El planeta Johnston colisiona con Espa?a
Una muestra de los dibujos y una gira de conciertos traen a cuatro ciudades espa?olas las legendarias visiones de un icono del 'grunge'
"No dejes que nadie te diga que es mejor vivir colocado que en la realidad", proclama en tono amenazante el superh¨¦roe Destructor de drogas en uno de los dibujos hechos a boli, rotulador o simple l¨¢piz de madera. Una lucha, en cierto modo, que el propio Daniel Johnston ha librado con los medicamentos que le han acompa?ado siempre para darse de tortas con la enfermedad mental que le ha mantenido toda su vida haciendo equilibrios en los bordes de la locura y la genialidad. Un emocionante universo que la Casa Encendida explora estos d¨ªas con la exposici¨®n sobre la figura de un artista convertido en icono de una generaci¨®n de m¨²sicos que le vener¨® como Sonic Youth, Kurt Cobain o Yo la Tengo. Un recorrido a trav¨¦s de sus dibujos, primeras grabaciones en casete y un concierto que se celebrar¨¢ esta noche en la misma Casa Encendida.
Y ah¨ª estaba ¨¦l haciendo la prueba de sonido esta ma?ana. Con una botella de Coca-Cola light y toda la pachorra del mundo. Leyendo en un atril sus propias canciones, que recuerda con dificultad, y que lleva anotadas en p¨¢ginas arrancadas de un gran bloc de notas. Pantal¨®n de ch¨¢ndal, polo ra¨ªdo y como reci¨¦n levantado, con una peque?a guitarra que hizo sonar para 13 periodistas como si fuera la primera vez que ten¨ªa p¨²blico. "?Quer¨¦is que toque otra?", ha soltado con toda la amabilidad e ingenuidad de un principiante.
En el piso de arriba, una sala del centro cultural alberga una retrospectiva de los dibujos que su manager y amigo Jeff Tartacov fue coleccionando durante a?os. En cuatro magnetofones pueden escucharse las cintas de sus primeras grabaciones, tambi¨¦n la del ¨¢lbum mil veces reproducido en camisetas Hi, how are you. Precisamente en esa cinta, suelta Johnston en una de las canciones: "Soy un ni?o en mi universo". Y as¨ª es como ha transitado en una vida de luz y mucha oscuridad, a trav¨¦s de una estructura de personajes imaginarios que no le han abandonado nunca y en los que siempre, de alguna forma, acaba emergiendo ¨¦l: la rana Jeremiah, Joe el Boxeador o el Capit¨¢n Am¨¦rica.
Todos ellos forman un sistema de pensamiento ¨Cs¨ª, aunque suene exagerado trat¨¢ndose de un artista de m¨²sica popular- que va de la inocencia a la experiencia siempre incompleta y sembrada de los peligros de la corrupci¨®n del esp¨ªritu representados por figuras demon¨ªacas o patos de dos cabezas que mantienen conversaciones entre s¨ª. Unos dibujos a los que uno se asoma, al comienzo, con simpat¨ªa, y enseguida, con cierto dolor por el padecimiento del autor. Al final del camino, siempre se encuentra su redenci¨®n espiritual en forma de ese fantasma Casper que no se ha cansado de dibujar. Un zootropo construido con la rueda de una bicicleta da vida a este personaje mientras gira a toda velocidad al fondo de la sala.
"Daniel Johnston es un artista con una influencia clara para el arte contempor¨¢neo y destaca por su capacidad para captar al p¨²blico mostrando sus emociones desnudas" afirma Estela Aparisi, una de las dos comisarias de la exposici¨®n. La muestra -"la m¨¢s completa de este artista realizada en Espa?a"- se inaugura el pr¨®ximo viernes y est¨¢ comisariada por Estela Aparisi e I?igo Pastor, de Munster Records (el sello que tiene algunos de sus derechos). Bajo la apariencia na?f e infantil de su obra, se encuentra un complejo mundo de simbolog¨ªa que, al final, termina interrog¨¢ndose sobre esas preguntas que sit¨²an siempre en el l¨ªmite de su propia resistencia al ser humano.
Babelia
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