¡°Desde el 11-S la literatura norteamericana est¨¢ amaestrada¡±
Chuck Palanhiuk presenta en Bilbao 'Al desnudo' su ultimo trabajo editado en Espa?a

El irreverente escritor estadounidense Chuck Palahniuk medita muy bien cada una de sus respuestas, a menudo sazonadas con una buena pizca de humor negro, sin eludir ninguna cuesti¨®n. El autor de El club de la lucha, irreductible rompedor de tab¨²es, presenta en el V Festival Internacional de Las Letras de Bilbao, Gutun zuria Al desnudo (Literatura Mondadori), su ¨²ltima novela publicada en Espa?a.
Pregunta. ?C¨®mo cree que ha evolucionado esa generaci¨®n de escritores estadounidenses provocadores e irreverentes que eclosion¨® en los 90?
Respuesta. No creo que hayan sido muy provocativos. Es como si los libros se hubieran convertido en la provincia de la comodidad, de la lectura f¨¢cil. Las personas provocadoras que conozco se han pasado a las pel¨ªculas, al juego, al ocio¡los libros no tienen mucha importancia para ellos. Son m¨¢s t¨ªmidos.
P. ?Qu¨¦ opina de la nueva generaci¨®n de narradores estadounidenses, m¨¢s abierta al mundo global y marcada por la multiculturalidad?
R. Quiz¨¢ puedan escribir sobre cosas multiculturales, pero las historias no son tan extremas. Sobre todo desde el 11-S no hemos visto mucha literatura transgresora, est¨¢ m¨¢s amaestrada. Esto es solo una teor¨ªa: Tengo amigos que son profesores universitarios y me dicen que la literatura sufre porque la gente est¨¢ demasiado feliz, demasiado medicada. Los alumnos m¨¢s brillantes, los que podr¨ªan escribir algo, est¨¢n tomando antidepresivos, tranquilizantes, medicados, as¨ª que no tienen altibajos emocionales. Son siempre felices. Hay una frase popular que dice que un escritor debe escribir cuando est¨¢ de buen humor y publicar cuando est¨¢ de mal humor. Esos altibajos emocionales tienen que existir.
P. Uno de los personajes del libro (Terrence Terry) llega a advertir a Katherine que el mundo ¡°no es m¨¢s que una aglomeraci¨®n de buitres y hienas que te quieren arrancar un mordisco¡±. ?No es una visi¨®n demasiado pesimista de la realidad?
R. No. Mi editor en EEUU me dijo que las biograf¨ªas de las personas famosas mayores ya est¨¢n escritas e impresas esperando a que estas personas mueran. Y son terribles. En cuanto fallecen, estos libros est¨¢n en las librer¨ªas en dos o tres d¨ªas y se venden fant¨¢sticamente. As¨ª que el mundo est¨¢ lleno de buitres que esperan.
P. La enfermiza relaci¨®n de Hazie Coogan con Katherine Kenton marca la historia. En el libro llega a afirmar que ¡°todas las estrellas de cine son esclavas de alguien¡±. ?Lo cree as¨ª?
R. S¨ª, ser la creaci¨®n de alguien, estar obligado a algo, estar al servicio de alguien¡creo que cuanto m¨¢s famoso eres, cuanta m¨¢s gloria vas adquiriendo, m¨¢s dependes de otra persona. Es una esclavitud.
P. Es un libro lleno de nombres propios, entre los que destaca el de Lillian Hellman, que est¨¢ muy presente. ?Es su particular homenaje a la dramaturga americana?
R. S¨ª, pero tambi¨¦n y sobre todo, quer¨ªa mostrar c¨®mo se castigaba a aquellos que se disfrazaban y adoptaban unos papeles que no les correspond¨ªan. Como por ejemplo, Stephen Glass, inventado historias para New Republic, Jayson Blair, inventando historias para el New York Times, Greg Mortenson, que escribi¨® Three cups of tea, o James Frey, autor de Million Little Pieces. En la historia reciente, muchas personas han sido castigadas por crear su vida, por distorsionar su propia imagen. Lillian fue famosa por ello en un momento en el que muy pocos lo hac¨ªa, es un ejemplo cl¨¢sico de este comportamiento. La incluyo en el relato tambi¨¦n porque establece una simetr¨ªa con las otras dos protagonistas.
P. Establece m¨²ltiples paralelismos entre la vida y el mundo de la meca del cine. ?Es la vida un mero reflejo de Hollywood o es al rev¨¦s?
R. La vida es lo primero. Nos gustan las historias que sean espejos en los que nos podamos reflejar, sobre todo si son espejos que nos devuelven una imagen buena de nosotros. Nos sentimos atra¨ªdos por las historias de las pel¨ªculas porque reflejan algo nuestro, pero lo hacen de una forma glorificante.
P. En su libro nada es lo que parece y el retrato que hace del viejo Hollywood es demoledor. ?No hay nada de verdad en la meca del cine?
R. (Largo silencio) Los actores que conozco son muy conscientes del efecto que crean porque es su trabajo. Por eso son mucho m¨¢s conscientes de c¨®mo se comportan y tienen m¨¢s cuidado, son conscientes del efecto que causan. Nosotros tambi¨¦n, pero mucho menos que un actor famoso. Les resulta muy dif¨ªcil conocer el amor, enamorarse, porque es algo realmente aut¨¦ntico. Ese es el problema para ellos.
P. ?Se parece en algo el actual Hollywood al viejo?
R. En contraposici¨®n a lo que vemos hoy, en el pasado hab¨ªa unos pocos artistas que llegaban a la fama durante un periodo bastante largo. En la actualidad el modelo es que salga un enorme n¨²mero de actores, pero sus carreras son muy, muy cortas. Por eso Al desnudo habla del viejo Hollywood, para que tuviera una historia un poco m¨¢s larga.
P. En su libro habla de la naturaleza del equilibrio que afecta a los actores, por la que niveles repentinamente altos de elogios desencadenan una cantidad equivalente de desprecio hacia uno mismo. ?Son m¨¢s desgraciadas las estrellas de Hollywood que el resto de los mortales?
R. Pienso que todos tenemos el mismo n¨²mero de latidos. Pero en algunas profesiones se contrastan grandes momentos de felicidad, con otros de baj¨®n. Su ¨¦xito depende del ¨¦xito que tenga creando crisis y representando algo en crisis.
P. El libro est¨¢ escrito casi como un guion cinematogr¨¢fico. ?Es por pura coherencia con el argumento?
R. Cualquier libro que escribo trato de hacerlo de una forma no ficticia, adapt¨¢ndolo al relato. Tiene una parte de guion, pero tambi¨¦n intento reproducir las columnas de cotilleo de los peri¨®dicos, por eso utilizo las negritas en los nombres. Se corresponde con la naturaleza org¨¢nica del relato.
P. En sus obras trata de desenmascarar de forma perversa la falsedad de nuestras certezas. ?Cu¨¢l es en su opini¨®n la mayor falsedad de nuestro tiempo?
R. No estoy seguro de que lo que te voy a decir lo podamos calificar de mentira. Cuando era joven, la verdad era lo que dec¨ªa el Papa, el presidente o el New York Times. Ahora eso ha estallado. Quiz¨¢ uno de los motivos de la crisis que hay es c¨®mo vivimos sin esa verdad, sin esa ¨²nica verdad.
P. Katherine Kenton recuerda mucho a Elisabeth Taylor. ?Se ha inspirado en ella?
R. Katherine es una combinaci¨®n de Elisabeth Taylor, Katherine Hepburn, Judy Garland, Marilyn Monroe, muchas actrices famosas. Tienen historias muy similares. Primero se casan por amor y despu¨¦s con personas que puedan hacer algo por ellas. Terminaron sus vidas viviendo solas, con un asistente o un ama de llaves.
P. Su twitter, que tiene 400.000 seguidores, lo gestiona Dennis Widmyer. ?Reniega de las nuevas tecnolog¨ªas?
R. (Carcajada). Dennis deber¨ªa estar sentado aqu¨ª. Dennis es mi Hazie. Es el webmaster que controla todos los temas p¨²blicos. Si muero de una manera espectacular, ser¨¢ quien m¨¢s se beneficie de ello.
P. ?La huella que deja Internet en la literatura actual es positiva o negativa?
R. Definitivamente, positiva. Millones y millones de personas est¨¢n leyendo y escribiendo en Internet. Es una explosi¨®n. En los 80 los v¨ªdeos musicales hicieron la m¨²sica tan excitante que explot¨® la m¨²sica, que se hizo muy popular. La generaci¨®n siguiente tuvo que definirse a s¨ª mismos por una forma cultural diferente y eligieron la lectura y la escritura. De la misma forma, Internet ha explotado la lectura y la escritura. Cada uno puede escribir y leer lo que quiera.
P. Su estilo inconfundible le ha convertido en un icono. ?Le molesta?
R. (Largo silencio) He visto cosas incre¨ªbles en Wikipedia sobre m¨ª. La gente proyecta sobre m¨ª muchas cosas suyas o que quieren tener o sienten, y eso es muy dulce. A m¨ª no me importa que lo hagan. Todos somos un personaje en la vida de otros.
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