La vida de alguien
Eduard Cort¨¦s ha decidido componer una pel¨ªcula de timos de las de siempre, quiz¨¢ la opci¨®n m¨¢s f¨¢cil pero un producto muy entretenido, y eso no es poco
La vida (real) de pel¨ªcula de Gonzalo Garc¨ªa-Pelayo y su familia admite muchas pel¨ªculas (de ficci¨®n) posibles, y esta es solo una de ellas. Se podr¨ªa haber hecho una comedia negra, una farsa despendolada, un documental, un thriller de intriga o un retrato social de tintes dram¨¢ticos sobre el ascenso a la c¨²spide de la sociedad, y, sin embargo, Eduard Cort¨¦s, con la ayuda de su habitual coguionista, Piti Espa?ol, ha decidido componer con The Pelayos una pel¨ªcula de timos de las de siempre. Era, quiz¨¢, la opci¨®n m¨¢s f¨¢cil, seguramente la m¨¢s comercial, aunque eso a¨²n est¨¢ por ver, pero vaya por delante que estamos ante un producto muy entretenido, y eso no es poco.
'THE PELAYOS'
Direcci¨®n: Eduard Cort¨¦s.
Int¨¦rpretes: Daniel Br¨¹hl, Llu¨ªs Homar, Vicente Romero, Miguel ?. Silvestre, Eduard Fern¨¢ndez.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2012.
Duraci¨®n: 100 minutos.
Productor musical, apoderado de toreros, de jugadores de p¨®quer, locutor de radio, director de cine (en alg¨²n caso coqueteando con el porno) y, sobre todo, jugador profesional de ruleta en los casinos de medio mundo, Garc¨ªa- Pelayo embarc¨® a buena parte de su familia en una aventura m¨¢s grande que la propia vida, en una aventura de pel¨ªcula. Y ah¨ª es donde entra el estilo que Cort¨¦s ha estampado a su relato. Al ver Ocean¡¯s eleven nadie piensa que estamos ante una pel¨ªcula veros¨ªmil; es un entretenimiento de lujo, y punto. En cambio, la vida de los Pelayo desbancando casinos es pura realidad y Cort¨¦s, en lugar de intentar justificar su historia por medio de elementos formales que le otorguen esa credibilidad, y quiz¨¢ consciente de su car¨¢cter inveros¨ªmil a pesar de ser verdad, lo que ha hecho es despojarla de elementos realistas a trav¨¦s de la forma (fotograf¨ªa, montaje, acelerones¡) e incluso del fondo (con un retrato de caracteres muy estereotipado, comenzando por la banda y terminando por el villano, aqu¨ª el gerente del casino de Madrid). Aunque lo bueno de todo ello es que el retrato de la banda, cada uno con su peculiar idiosincrasia, funciona bien, y que el subtexto principal (el de un hijo que no persigue sus propios sue?os, sino los de su padre) ejerce de contrapunto emocional al divertimento general.
En la excelente La vida de nadie, Cort¨¦s nos hab¨ªa contado la historia de un pobre tipo que se hab¨ªa inventado su vida. En The Pelayos, en cambio, relata una vida real que parece inventada. Y es ese barniz peliculero el que nos deja la duda de si esta era la mejor opci¨®n.
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