Esta fotograf¨ªa se ha hecho con un cubo de basura

Ahora que tan de moda quieren poner algunos a los emprendedores, la ocasi¨®n se antoja como la m¨¢s propicia para contar historias de ciudadanos con iniciativas sensibles, solidarias y creativas. Este es el caso de dos profesionales que viven en Berl¨ªn y que un buen d¨ªa tuvieron la idea de ofrecerles a los encargados de retirar las basuras de las calles una actividad paralela a su trabajo que muchos de estos empleados p¨²blicos consideran penoso, tedioso y rutinario.

Se llaman Mirko Derpmann, director creativo de la agencia Scholz & Friends, de 40 a?os y Christoph Blaschke, de 39, arquitecto. Mirko y Christoph pensaron que ser¨ªa una gran ocurrencia transformar los feos y fr¨ªos contenedores de basura en c¨¢maras fotogr¨¢ficas. Concretamente en c¨¢maras estenopeicas -como las c¨¢maras oscuras que a muchos cr¨ªos les encargaban en las clases de manualidades-. Se pusieron manos a la obra y una vez que lograron perfeccionar una buena m¨¢quina propusieron al departamento de limpieza del Ayuntamiento de Hamburgo que se involucrara en el asunto. "Dijeron que s¨ª, as¨ª que finalmente encontramos once empleados (uno de ellos una mujer) interesados en fotografiar los lugares favoritos de su ciudad con el contenedor de la basura", explica Derpmann desde su despacho en la capital alemana. As¨ª nac¨ªa el Trashcam Project, el proyecto c¨¢marabasura.

"Empezamos a principios de marzo a probar si la cosa funcionaba. Hicimos un agujero en la parte delantera del contenedor en la que pegamos una pieza que previamente hab¨ªamos perforado con un l¨¢ser para obtener una abertura de 0,8 mil¨ªmetros de di¨¢metro. Construimos una especia de marco en el que fijar el papel fotogr¨¢fico dentro del contenedor y tomamos la primera fotograf¨ªa", contin¨²a Derpmann. El resultado es esta fotograf¨ªa, el comienzo de un proyecto que sus protagonistas todav¨ªa no saben muy bien hasta d¨®nde puede llegar.

Por supuesto hubo alg¨²n que otro problema estructural. El fundamental consist¨ªa en encontrar la manera de introducir el papel fotogr¨¢fico en semejante mamotreto de c¨¢mara de 1.100 litros de volumen sin que se velara por el efecto de la luz. A grandes problemas, grandes soluciones. "Encontramos la f¨®rmula. Era un engorro tener que trasladar el contenedor desde un cuartel general hasta el lugar elegido para hacer la toma, as¨ª que decidimos hacernos con un cuarto oscuro port¨¢til. Utilizamos una furgoneta estanca con luz roja para meter el papel", explica el publicista.

El siguiente paso consist¨ªa en encontrar un laboratorio en el que se pudieran revelar las fotograf¨ªas tomadas por los empleados de la limpieza. Tambi¨¦n lo construyeron ellos con la ayuda del fot¨®grafo residente en Hamburgo Mattias Hewing, que colabora en el proceso de positivado de las copias.

"El tiempo de exposici¨®n lo calculamos con un fot¨®metro normal. Utilizamos papel preparado para 8 asa y normalmente tomar una fotograf¨ªa requiere entre 5 y 45 minutos", asegura Derpmann que confiesa tener la intenci¨®n de organizar una exposici¨®n con las instant¨¢neas, aunque todav¨ªa est¨¢n buscando el momento y el lugar adecuado.