Telerrealidad en la sala de partos

¡°Nunca he rodado tanta verdad¡±. Es dif¨ªcil no estar de acuerdo con David Miralles (21 d¨ªas, Conexi¨®n Samantha), codirector, junto a Jordi Rosell (Supervivientes), de Baby Boom, la adaptaci¨®n espa?ola de One Born Every Minute, un programa en el que se muestra el d¨ªa a d¨ªa de una maternidad. Desde que los futuros padres ingresan por la puerta de urgencias hasta que tienen en sus manos al reci¨¦n nacido. Con el ojo puesto siempre en los padres ¡ªsobre todo, es claro, en la madre¡ª y en los profesionales ¡ªespecialmente las matronas.

Para conseguirlo, los responsables del programa (estreno a las 22.30) instalaron 40 c¨¢maras robotizadas, similares a las de seguridad, en habitaciones, pasillos, paritorios y quir¨®fanos de la madrile?a maternidad de O¡¯Donnell, donde vienen al mundo alrededor de 7.000 ni?os al a?o. Las c¨¢maras grabaron las 24 horas del d¨ªa durante seis semanas de enero y febrero, con una m¨ªnima presencia del equipo del programa para no interferir en el trabajo de los profesionales y en las cuitas de los padres. Para respetar a los trabajadores que declinaron aparecer en pantalla, un control de realizaci¨®n instalado en la propia maternidad ajustaba los encuadres y zooms, explica Miralles, trabajo que se completa en el montaje y con la siempre eficaz Gemma Nierga como narradora ¨Cen breves y contadas intervenciones-.

Antes del despliegue, tuvieron que convencer a la direcci¨®n del hospital Gregorio Mara?¨®n y a los empleados de la maternidad con una promesa de trabajo respetuoso que, seg¨²n asegura Marisa Mart¨ªnez, directora de Materno-Infantil del Mara?¨®n, se ha cumplido. ¡°Comparten nuestros valores de respeto a la intimidad de los pacientes¡±, dice. Lo corroboran Amor Colomer y Gemma Domingo, matronas, que no ocultan el miedo inicial a unas c¨¢maras que terminaron por olvidar. Pese a que todos los participantes contaban con la posibilidad de retirarse en cualquier momento, los m¨¦dicos han sido los m¨¢s reacios a dejarse grabar. Finalmente, una comisi¨®n del hospital ha velado, en ¨²ltima instancia, para que lo que salga en antena sea, no solo respetuoso, sino que ¡°est¨¦ bien contado¡± desde el punto de vista m¨¦dico.

Adem¨¢s de las matronas, el otro pilar del programa, obviamente, son los padres que han consentido, sin remuneraci¨®n de por medio, compartir sus historias e inquietudes en el ¨²ltimo tramo del embarazo y filmados en momentos tan delicados, en los que puede salir lo mejor y lo peor de cada uno. ¡°Yo ten¨ªa pensado grabarlo de todos modos¡±, cuenta uno de los padres. Otros hablan del ¡°bonito recuerdo¡± que quedar¨¢ para sus hijos -en forma de un DVD que el programa les regala- y niegan un af¨¢n exhibicionista.

Las parejas, que quieren ser un ¡°mosaico de la sociedad espa?ola: personas que sufren la crisis, madres solteras, adolescentes, familias desestructuradas o acomodadas¡±, dice Rosell, son seguidas por las c¨¢maras desde que ingresan en urgencias hasta los momentos posteriores al nacimiento e incluso, en algunos casos, hasta la sala de neonatolog¨ªa si el peque?o es prematuro. Las esperas, los nervios, las carreras, alguna broma, el dolor ¡ªlas madres apoyadas en las paredes cuando llega una contracci¨®n¡ª, los gritos, las anestesias, las decisiones de matronas o m¨¦dicos, las l¨¢grimas, la angustia de la espera de los familiares, los comentarios del personal, las risas. Todo se oye y todo se ve. Sin caer en el morbo ni en la sensibler¨ªa. Habr¨¢ a quien le parezca demasiado expl¨ªcito, pero cualquiera que haya asistido a un parto se dar¨¢ cuenta de que lo que se ve en los ocho programas de esta que quiere ser la primera temporada de Baby Boom es lo que hay.

Es justo lo que pretend¨ªa la productora Shine, due?a del formato One born every minute. Macarena Rey, responsable de la filial espa?ola de la productora, en la presentaci¨®n del programa, lo resumi¨® as¨ª. ¡°Es m¨¢s que un reality, es realidad en estado puro¡±.