?Se podr¨ªa cancelar a Beethoven? Norman Lebrecht afirma que s¨ª
La editorial Alianza publica en espa?ol el ¨²ltimo libro del influyente cr¨ªtico y ensayista brit¨¢nico donde repasa la vida del compositor de Bonn a trav¨¦s de un centenar de obras con an¨¦cdotas, grabaciones favoritas y mucho sensacionalismo
?Est¨¢ en peligro la m¨²sica de Beethoven? Es el temor que Norman Lebrecht (Londres, 76 a?os) expresa en el ep¨ªlogo de su libro de 2023 ?Por qu¨¦ Beethoven? Un fen¨®meno en cien obras, que acaba de publicar Alianza M¨²sica en espa?ol: ¡°Se ha pedido que se proh¨ªba a Beethoven por ser hombre y blanco, que se le silencie para dejar espacio a las voces reprimidas¡±. Prosigue con un vaticinio nada alentador: ¡°No pasar¨¢ mucho antes de que alg¨²n acad¨¦mico en busca de titularidad con un primo que se dedique a las relaciones p¨²blicas presente pruebas de que Beethoven tuvo acciones en una empresa de tr¨¢fico de esclavos, hizo que las cantantes adolescentes de su Novena Sinfon¨ªa le besaran en la boca, insult¨® a las minor¨ªas y se expuso en un lugar p¨²blico¡±. Y lo remata dejando al lector francamente preocupado: ¡°En realidad, todas estas afirmaciones son ciertas, menos una, como demuestra el libro que acaba usted de leer. En la situaci¨®n actual, la prohibici¨®n de Beethoven est¨¢ tan cerca como la aparici¨®n de un titular woke en The New York Times¡±.
Todo esto proviene de una de las voces m¨¢s influyentes de la cr¨ªtica de m¨²sica cl¨¢sica en ingl¨¦s. Lebrecht es el propietario de Slipped Disc, el portal de noticias de cl¨¢sica m¨¢s influyente, y autor de varios libros provocadores, como El mito del maestro (Acento, 1997) y ?Qui¨¦n mat¨® a la m¨²sica cl¨¢sica? (Acento, 1998), donde cuestiona el culto a la figura del director de orquesta y desvela los entresijos comerciales de la cl¨¢sica. Tambi¨¦n es un ameno ensayista y hasta un novelista de ¨¦xito, con su libro Genio y ansiedad: C¨®mo los jud¨ªos cambiaron el mundo, 1847-1947 (Alianza, 2022) y su best-seller titulado La canci¨®n de los nombres olvidados que fue adaptado a la gran pantalla en 2019. Su intensa actividad en los medios ha combinado el columnismo period¨ªstico (de The Daily Telegraph a la revista The Critic) con los programas radiof¨®nicos (en BBC Radio 3) y, en Espa?a, escribe desde hace casi 30 a?os en la revista Scherzo.
Lebrecht es, ante todo, un ¡°descuidado pero entretenido muckraker brit¨¢nico¡±, seg¨²n la certera descripci¨®n del music¨®logo estadounidense Richard Taruskin. Un brillante ¡°removedor de basura¡± que ha combinado una atractiva vena narrativa con frecuentes inexactitudes y una natural inclinaci¨®n al sensacionalismo. Sus desmanes editoriales obligaron a retirar de las librer¨ªas su monograf¨ªa Maestros, Masterpieces and Madness en 2007, tras una denuncia por difamaci¨®n de Klaus Heymann, fundador del sello discogr¨¢fico Naxos. Y su odio hacia el academicismo que representa la musicolog¨ªa no ha parado de crecer, tal como demostr¨® este mismo mes, en su columna en The Critic, donde tilda al difunto Taruskin de ¡°fanfarr¨®n¡± por cuestionar la veracidad de las memorias de Shostak¨®vich publicadas por Solomon Volkov en 1979, un libro completamente desacreditado desde hace d¨¦cadas para la mayor parte de los especialistas y para no pocos cr¨ªticos.
Esta nueva monograf¨ªa de Lebrecht sobre Beethoven es una especie de segunda parte de ?Por qu¨¦ Mahler? C¨®mo un hombre y diez sinfon¨ªas cambiaron el mundo (Alianza, 2011). Si en el anterior libro repasaba la impresionante fortuna de la m¨²sica de Mahler en contraste con la indiferencia que cosech¨® en su tiempo, ahora procede en sentido inverso con el caso ¨²nico de Beethoven, un compositor cuyo perenne ¨¦xito no ha deca¨ªdo desde su tiempo hasta nuestros d¨ªas. Sin embargo, afirma sin ninguna prueba que todo va a cambiar por culpa de una musicolog¨ªa que escucha a los movimientos sociales del Me Too y Black Lives Matter. Conviene aclarar que ning¨²n music¨®logo ha propuesto ¡°cancelar¡± a Beethoven, sino m¨¢s bien afrontar la falta de diversidad en la m¨²sica cl¨¢sica y la necesidad de ampliar la programaci¨®n con obras de compositores marginados. Vencer ese conservadurismo con un repertorio m¨¢s diverso e inclusivo ha permitido, por ejemplo, el renacer de la compositora afroamericana Florence Price. Pero esto es negativo para Lebrecht: ¡°La Orquesta Sinf¨®nica Nacional de Estados Unidos solo puede interpretar un ciclo de Beethoven junto con las obras de dos compositores afroamericanos, George Walker y William Grant Still, ninguno de los cuales presumir¨ªa de estar a su altura¡±, afirma en alusi¨®n al ciclo de conciertos Beethoven & American Masters de la NSO de Washington.
Si Lebrecht hubiese le¨ªdo a Taruskin, en lugar de insultarlo, habr¨ªa comprendido la verdadera raz¨®n de la pervivencia de la m¨²sica de Beethoven, algo que no aclara en las 400 p¨¢ginas de su libro. En el segundo tomo de su monumental Oxford History of Western Music, el music¨®logo estadounidense explica que la m¨²sica de Beethoven inaugur¨® el mundo musical en el que vivimos hoy. Sus composiciones cambiaron lo placentero por lo grandioso como finalidad art¨ªstica, lo que les otorg¨® un cariz sagrado con inmensas repercusiones venideras. Las grandes obras musicales, al igual que los grandes cuadros, comenzaron a exponerse en espacios p¨²blicos especialmente dise?ados para ello. As¨ª nacieron las salas de conciertos como museos o ¡°templos del arte¡± donde el p¨²blico no acude a entretenerse sino a elevarse. Y la ex¨¦gesis sonora de esos textos sagrados ha configurado, con el paso del tiempo, una serie de grandes interpretaciones que atesoramos desde principios del siglo XX gracias a las grabaciones. Tras Beethoven, desaparecieron pr¨¢cticas tan habituales hasta entonces en la m¨²sica cl¨¢sica como la improvisaci¨®n (hoy relacionada con el jazz), y los int¨¦rpretes cl¨¢sicos se convirtieron en los grandes ¡°lectores¡± de partituras escritas que siguen siendo en la actualidad.
Precisamente a esto se dedica el libro: el autor selecciona un centenar de esas composiciones o ¡°textos sagrados¡± de Beethoven, comenta sus particularidades y destaca las grabaciones que m¨¢s le gustan. La selecci¨®n no es cronol¨®gica y est¨¢ agrupada por temas (Beethoven enamorado, Beethoven encerrado, Beethoven en apuros¡). Esta estructura permite al autor una amena sucesi¨®n de comentarios biogr¨¢ficos del compositor, an¨¦cdotas de sus int¨¦rpretes junto a vivencias personales del propio Lebrecht. Comienza en 1798 con la Sonata Pat¨¦tica para comentar el mecenazgo que permiti¨® a Beethoven dedicarse a componer y culmina con los Drei Equali (1812) que sonaron en su funeral. Pero Lebrecht adereza cada historia con aspectos escabrosos y sensacionalistas como los peculiares h¨¢bitos sexuales del pr¨ªncipe Lichnowsky o el rudimentario cateterismo que le practic¨® el doctor Wawruch en sus ¨²ltimos meses. Esta obsesi¨®n le lleva a extra?as contradicciones, como afirmar que Beethoven nunca mantuvo relaciones sexuales y, al poco tiempo, plantear la hip¨®tesis de que tuviera una hija secreta con la condesa Josephine Brunsvik, a la que tambi¨¦n convierte en su ¡°Amada inmortal¡±.
Dejando a un lado todas las consideraciones biogr¨¢ficas de Beethoven, tejidas con m¨¢s o menos imaginaci¨®n y a veces contrastadas con la Wikipedia, los comentarios m¨¢s interesantes del libro tratan sobre los int¨¦rpretes. Lebrecht ha conocido a muchos de los grandes directores e instrumentistas beethovenianos de los ¨²ltimos 40 a?os. Sus retratos de primera mano de directores como el ¡°santo loco¡± Klaus Tennstedt y el ¡°pacificador¡± Neville Marriner son muy atractivos. De hecho, investiga que la S¨¦ptima sinfon¨ªa es la obra de Beethoven m¨¢s programada por las grandes orquestas y pregunta por ello a directores como Iv¨¢n Fischer, Simon Rattle, Riccardo Chailly, Franz Welser-M?st, Leonard Slatkin y Fabio Luisi. Tambi¨¦n les consulta sus grabaciones favoritas, como hace en el Concierto para viol¨ªn con Gidon Kremer, y termina decant¨¢ndose por la maravillosa grabaci¨®n en vivo de Ginette Neveu, en septiembre de 1949, un mes antes de morir en un accidente a¨¦reo a los treinta a?os. Hay muchas recomendaciones y comentarios interesantes sobre grabaciones de Beethoven, entre las que destacan Alicia de Larrocha y el Cuarteto Casals como ¨²nicas representaciones espa?olas.
La parte m¨¢s personal (y sincera) del libro se centra en la Sinfon¨ªa Pastoral. Aqu¨ª el autor narra la terrible relaci¨®n con su madrastra, que le llev¨® a odiar instintivamente esa composici¨®n y el disco de Bruno Walter que le pon¨ªa en casa. Pero Lebrecht dedica un inter¨¦s especial a dos famosos temas especulativos beethovenianos con desigual fortuna. Por un lado, sigue manteniendo la rocambolesca historia de las ra¨ªces familiares espa?olas del compositor, algo que fue desmentido en EL PA?S hace tres a?os, tras la difusi¨®n del registro bautismal de su abuela paterna que hab¨ªa nacido en Ch?telet, un municipio belga pr¨®ximo a la ciudad de Charleroi. Y, por otro, la dedicatoria de la famos¨ªsima bagatela F¨¹r Elise, que el autor convierte en un episodio de ¡°robos, fraude, sexo, nazis, enga?o intencionado y corrupci¨®n¡±. En este caso, Lebrecht aporta una nueva y complej¨ªsima teor¨ªa, con ayuda de Michael Lorenz de la Universidad de Viena, donde atribuye el t¨ªtulo de la obra a una falsificaci¨®n para otorgar posteridad a Elise Schachner, la nieta que tuvo la poseedora del aut¨®grafo desaparecido de la obra. Pero no toma en consideraci¨®n la ¨²ltima aportaci¨®n de Klaus Martin Kopitz, publicada en 2020 en The Musical Times, donde mantiene viva la hip¨®tesis de que la obra se dedic¨® a la cantante Elisabeth R?ckel.
En resumen, Beethoven sigue siendo pr¨¢cticamente un sin¨®nimo de lo que hoy llamamos ¡°m¨²sica cl¨¢sica¡±, por lo que es imposible su cancelaci¨®n. De hecho, a esa misma conclusi¨®n llega el art¨ªculo de James Mitchell en Varsity, una publicaci¨®n independiente de la Universidad de Cambridge, en diciembre de 2020, que Lebrecht no cita en este libro, pero sobre el que apoya todos sus temores infundados. Larga vida a la m¨²sica de Beethoven, pero ojal¨¢ dentro de un repertorio cada vez m¨¢s diverso e inclusivo.
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