Un tebeo para levantarse tras la ca¨ªda

¡°Fracasar es bueno, no hay que tener miedo a estrellarse y empezar de cero¡±. Lo dice alguien que se ha descalabrado unas cuantas veces y que en pocos a?os ha pasado de no tener nada a ser multimillonario en acciones de una empresa de Internet (Teknoland), para perderlo todo 24 horas despu¨¦s y... vuelta empezar. Es David Cantolla (Madrid, 1967), hoy de nuevo en lo alto de la monta?a rusa de su vida tras crear el personaje infantil Pocoy¨® y otras series de animaci¨®n que en la actualidad se emiten en 120 paises y ven m¨¢s de 200 millones de personas. ¡°En realidad, es m¨¢s sencillo tener ¨¦xito a que te toque la loter¨ªa, aunque hay que trabajar mucho m¨¢s¡±.

Si uno se plantea que Cantolla es b¨¢sicamente un emprendedor de ¨¦xito, con negocios en el sector de los videojuegos y fundador de varias compa?¨ªas dedicadas a la tecnolog¨ªa y el entretenimiento, puedes preguntarte qu¨¦ hace su historia en las p¨¢ginas de cultura de un peri¨®dico. Sencillo. Despu¨¦s de un a?o de trabajo, un guion y cientos de dibujos, est¨¢ a punto de salir de la imprenta ?xito para perdedores, novela gr¨¢fica que ha hecho a cuatro manos con el ilustrador Juan D¨ªaz-Faes, en la que cuenta su experiencia en el mundo de los negocios y anima a la gente a no dejarse dominar por el miedo en tiempos de crisis como estos.

Seg¨²n Cantolla, el mundo empresarial esta lleno de ¡°drama literario¡±. ¡°Hay cosas apasionantes, hay grandes h¨¦roes, villanos, mezquindades, descubrimientos personales¡­ pero la mayor¨ªa de la gente lo desconoce¡±.

Cantolla estudi¨® Bellas Artes y dice que cuando a mediados de los noventa empez¨® a juguetear con Internet en la universidad, no imagin¨® convertirse en empresario. ¡°Pero me toc¨® vivirlo y vivir cosas muy emocionantes, y cre¨ª que era interesante contarlo¡±.

?Por qu¨¦ de esta forma y no en un libro de testimonio al uso? Desde peque?o a David Cantolla le apasiona el tebeo y tiene su casa llena de libros de historietas. ¡°Me di cuenta de que no hab¨ªa nada del mundo empresarial en el cat¨¢logo de la novela gr¨¢fica y me dije: ¡®Si hay drama ah¨ª y lo tengo muy a mano, por qu¨¦ no contarlo¡±. El fundador de Teknoland, proyecto pionero de Internet en Espa?a, describe su trayectoria profesional como una aventura en la que ¡°todo me sale bien pasando por todo me sale mal¡±. ?xito para perdedores (Astiberri) describe aquel momento loco de la burbuja tecnol¨®gica, cuando la especulaci¨®n financiera arrastr¨® a aquella peque?a empresa propiedad de seis socios hasta el ¨ªndice Nasdaq y al salir a bolsa las acciones fueron valoradas en 250 millones de d¨®lares.

¡°Era demencial, y de un d¨ªa para otro todo explot¨® y no ten¨ªamos nada¡±. Para explicarlo, Cantolla cita la valoraci¨®n que hizo de aquellos momentos el empresario de telecomunicaciones argentino Mart¨ªn Varsavsky: ¡°Hace diez a?os todos los que ¨¦ramos Internet est¨¢bamos lami¨¦ndonos las heridas. Nos hab¨ªamos subido a una monta?a rusa desquiciante que nos llev¨® de un punto en el que todo lo que toc¨¢bamos se convert¨ªa en champ¨¢n a otro en el que todo lo que hac¨ªamos era una mierda. Recordando 2001-2002, veo esa ¨¦poca no como un periodo en el que las empresas de Internet casi destruyen los mercados financieros, sino como un tiempo en el que los mercados financieros casi se cargaron Internet¡±.

Pero ese no es el coraz¨®n de ?xito para perdedores, en el que David y el maestro Yan ¡ªpersonaje de ficci¨®n que expresa ¡°las reflexiones inteligentes de mucha personas inteligentes¡±¡ª demuestran que se puede convivir sin traumas con la derrota.

Despu¨¦s de quedar en la ruina absoluta y abandonado por los bancos se invent¨® Pocoy¨®, serie de animaci¨®n infantil que se convirti¨® en un ¨¦xito comercial en los cinco continentes y obtuvo numerosos premios. Hace tres a?os vendi¨® su participaci¨®n y abandon¨® la empresa. En la actualidad David Cantolla sigue fundando compa?¨ªas, y sus videojuegos y series (Jelly Jamm) se ven en todo el mundo. ¡°La historia de ?xito para perdedores ense?a que cualquiera puede hacer cosas importantes, que hay que intentarlo siempre y no temer estrellarse¡±.

En estos tiempos de crisis, m¨¢s que nunca, valen las ense?anzas del maestro Yan, que nos cuenta que si dos personas caen al mar en un naufragio pueden hacer dos cosas: o quedarse quietos a esperar que pase un barco, o nadar. David lo tiene claro: ¡°Hay que nadar¡­ quedarse paralizado o aguardar a que una luz te ilumine no conduce a nada; es mejor equivocarse¡±.