Pinceladas de la mujer moderna
Una muestra en M¨²nich narra la concepci¨®n femenina de Picasso, De Kooning y Beckmann Intenta romper el clich¨¦ de su machismo a trav¨¦s de 90 obras maestras
El caf¨¦ Les Deux Magots no es un bar cualquiera. Hubo un tiempo en el que en este local parisiense se sentaban los fil¨®sofos Jean-Paul Sastre y Simone de Beauvoir y era posible encontrarse con Ernest Hemingway. Y hubo una noche en la que una mujer de piel blanca jugaba a pasarse r¨¢pidamente un cuchillo entre los dedos sin clav¨¢rselo en la mano. Aunque a veces fallaba y le sal¨ªa alguna gota de sangre. Esa misma noche Pablo Picasso acudi¨® al caf¨¦ y se qued¨® fascinado con la peculiar performance de esa chica llamada Dora Maar. Lo mismo debi¨® de ocurrirle a ella, ya que finalmente estuvieron juntos durante 10 a?os y Maar se convirti¨® en una de las musas del pintor.
Los numerosos retratos que el artista malague?o hizo de su amante protagonizan, entre otras obras, la exposici¨®n Mujeres. Pablo Picasso, Max Beckmann, Willem De Kooning que la Pinakothek der Moderne de M¨²nich, en Alemania, acoge hasta el pr¨®ximo 15 de julio. Con unas 90 obras maestras de los tres creadores, la muestra busca explicar a golpe de imagen c¨®mo, pese al espectro de virilidad (cuando no machismo) que siempre ha acompa?ado la vida privada de los tres artistas, al coger el pincel su idea de la mujer cambiaba.
¡°Retratan f¨¦minas libres y emancipadas¡±, asegura un comunicado del museo alem¨¢n. Seg¨²n la tesis del centro, Picasso, Beckmann y De Kooning redefinieron la manera de pintar a la mujer tirando de valor y de modernidad. ¡°No es solo el objeto sobre el que se proyectan las fantas¨ªas masculinas, sino un catalizador para rexaminar su propia biograf¨ªa, como para Picasso, o una fuerza independiente en la que culminan las posibilidades expresivas del trabajo art¨ªstico, en el caso de De Kooning¡±, defiende el mismo documento.
Para respaldar su postura, la Pinakothek der Moderne luce algunas de las piezas m¨¢s famosas de los tres creadores. Como Mujeres, una serie de retratos que De Kooning realiz¨® a principios de los cincuenta y que llen¨® de carga er¨®tica y agresividad. ¡°?Qu¨¦ por qu¨¦ quise retratar a una mujer? Supongo que por qu¨¦ yo no lo soy. No hay mucha diferencia entre un hombre y una mujer cuando pintas¡±, as¨ª intentaba De Kooning desinflar las pol¨¦micas sobre su trabajo, a la saz¨®n considerado escandaloso.
Tambi¨¦n lo fue La pisseuse, una obra de 1965 en la que Picasso retrat¨® a su segunda esposa, Jacqueline Roque, orinando. A lo largo de las cinco secciones de la muestra, la pinacoteca b¨¢vara propone una suerte de repaso cubista a la trayectoria sentimental del malague?o: de las voluptuosas formas de Fernande Olivier recreadas en Dr¨ªade (1908) hasta los estridentes colores de Mujer con alcachofas (1941), uno de los citados retratos de Dora Maar.
Aliados ilustres han querido participar en la batalla de la exposici¨®n contra los clich¨¦s. El MoMA de Nueva York, el centro Pompidou de Par¨ªs, la Tate Modern londinense y la National Gallery de Australia han enviado prestigiosos refuerzos, extra¨ªdos de sus colecciones, hasta las cuatro paredes de M¨²nich.
All¨ª cuelga tambi¨¦n Quappi en rosa, el m¨¢s famoso entre los retratos que Beckmann realiz¨® en los a?os treinta de su esposa Quappi Von Kaulbach. Quiz¨¢s menos explicito que los otros dos artistas, el alem¨¢n esconde su pol¨¦mica en el maquillaje, el barniz de las u?as y el cigarrillo que luce la mujer. Una se?ora demasiado moderna para su contexto: la Alemania nazi. Claro est¨¢, no era el caf¨¦ de Deux Magots.
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