Fines de raza
Expolic¨ªa reciclado en asesor y guionista de series televisivas de tem¨¢tica criminal y en director claramente comprometido con la revitalizaci¨®n de las claves del polar, Olivier Marchal parte en Les Lyonnais de las memorias de quien fuera l¨ªder del llamado gang de los lioneses Edmond Vidal. La pel¨ªcula es un competente ejercicio de g¨¦nero, aunque invita a pensar que el testimonio de partida ha sido sometido a un radical proceso de anabolizaci¨®n ficcional, que convierte muchos de los momentos clim¨¢ticos de la vida del personaje en transparentes relecturas de reconocibles cl¨¢sicos de la saga mafiosa. O eso, o bien en la figura de Edmond Vidal se oculta un mit¨®mano empe?ado en contar su vida como una apostilla a, entre otros modelos, la trilog¨ªa de ¡°El Padrino¡± (1972-74-90) de Francis Ford Coppola.
G¨¦rard Lanvin y Tcheky Karyo encarnan a las versiones crepusculares de los dos j¨®venes delincuentes de etnia gitana, encarnados por Dimirri Storoge y Olivier Chantreau, cuyas andanzas se rememoran, en colores degradados, a trav¨¦s del constante juego de saltos temporales que estructura la trama: una carrera criminal que parte de un min¨²sculo robo de cerezas, castigado con desmedida severidad, y que avanza colocando en la cuerda floja el sagrado sentido de la amistad viril que fundamenta ese compartido c¨®digo de honor al margen de la legalidad.
'Les lyonnais'
Direcci¨®n:Olivier Marchand.
Int¨¦rpretes: G¨¦rard Lanvin, Tcheky Karyo, Dimitri Storoge, Olivier Chantreau, Valeria Cavalli, Patrick Catalifo.
G¨¦nero: Thriller. Francia-B¨¦lgica, 2011.
Duraci¨®n: 102 minutos.
Marchand, que por primera vez coloca el centro del relato al otro lado del gremio policial, despliega un eficaz manejo de la tensi¨®n narrativa, pero parece forzar constantemente la armon¨ªa entre dos pel¨ªculas muy distintas: por un lado, el duelo elegiaco entre dos fines de raza que, en buena medida, se han convertido en figuras antit¨¦ticas e irreconciliables; por otro, la cr¨®nica retro, un poco al modo del d¨ªptico ¡°Mesrine¡± (2008) de Jean Fran?ois Richet y, en menor medida, de la sobresaliente ¡°Carlos¡± (2010) de Olivier Assayas, de la memoria forajida del citado clan de Lyon. El resultado es una pel¨ªcula que, pese a no desfallecer en su pulso narrativo, no logra, finalmente, cuadrar sus grandes ambiciones con unos resultados discutibles, condicionados por la debilidad de Olivier Marchand al privilegiar gui?o cin¨¦filo y ejercicio de estilo por delante de la ilusi¨®n de vida y verdad.
Babelia
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