¡®Gladiator II¡¯: una pel¨ªcula ¡®de romanos¡¯ para la generaci¨®n Z
La historiadora Mar¨ªa Engracia Mu?oz-Santos cree que juzgar el filme por su rigor hist¨®rico no tiene sentido. Su trasfondo tiene que ver m¨¢s con la pol¨ªtica y con Trump
Hace 24 a?os que se estren¨® aquel magn¨ªfico Gladiator, y Ridley Scott ha sido muy consciente de ello. La generaci¨®n X, los que entonces est¨¢bamos en la veintena, estamos ya en la adultez. Scott busca al nuevo p¨²blico y se nota en la evoluci¨®n de sus ¨²ltimos filmes a las nuevas necesidades comerciales.
Si algo destaca en Gladiator II es la fantas¨ªa. Desborda en sus secuencias el ingenio, la imaginaci¨®n (desmesurada), la creatividad y la irrealidad. Animales imposibles como el rinoceronte montado por un gladiador, tiburones en una naumaquia (batalla naval) y los babuinos engendros son una prueba de que no estamos ante una pel¨ªcula cuyo objetivo sea la realidad. Y no voy a hablar de la falta de rigor hist¨®rico porque era previsible.
Las secuencias tienen apariencia de c¨®mic, cosa que ya se anuncia con la aparici¨®n de Peter Mensah (Jugurtha), un actor t¨ªpico en este tipo de pel¨ªculas. Otro elemento curioso y a destacar es la poco realista actuaci¨®n de Connie Nielsen (Lucilla), muy digna ella, pero muy poco romana. Sin pudicicia en el vestir, y no convence ni como patricia ni como madre. Desde luego, el mayor peso lo tiene Denzel Washington (Macrinus), verdadero protagonista de la historia. No podr¨¢ decir que es uno de sus mejores papeles, aunque como buen actor que es est¨¢ a la altura de las circunstancias. Tampoco creo que sea el azar el que haya elegido a dos personajes tan parecidos f¨ªsicamente: Paul Mescal (Jano) y Pedro Pascal (Acacio). Enfrentados parecen un espejo.
La historia peca de ser demasiado t¨ªpica y muy previsible, aunque Scott ha intentado jugar con varios giros, que se quedan colgados y nos dejan a medias. Parece que faltan secuencias y explicaciones.
La decadencia del mundo romano imperialista, que recuerda tanto a la actualidad, est¨¢ bien tra¨ªda con un paralelo indiscutible entre el presidente electo Donald Trump y Geta y Caracalla. Estoy segura de que la elecci¨®n del color del pelo de los dos emperadores no est¨¢ realizada al azar, ni es por un simple juego visual. El que muere es Geta, a manos de su hermano, una lucha entre dos aspectos psicol¨®gicos de un mismo personaje. ?Nos quiere decir Scott que Trump sucumbir¨¢ a manos de ¨¦l mismo? La historia nos cuenta que fue as¨ª, Geta muri¨® a manos de su hermano, pero la presencia de Macrino es una libertad que se ha tomado el director. Imagino que es su forma de contarnos que Macrino fue quien gobern¨® tras Caracalla tras destronarle. Pero no, no era un lanista.
En la pel¨ªcula no faltan los gui?os a otros tantos filmes. Tambi¨¦n a los de romanos como Espartaco de Kubrick, con aquel ¡°Yo soy Espartaco¡±, pero que pasa desapercibido en Gladiator II porque no le da el suficiente impacto glorioso al momento. O la forma de luchar y cortar cabezas, a lo Espartaco. Una de las secuencias me recuerda vagamente a la damnatio ad bestias de El signo de la cruz, con las guirnaldas de flores. Hay otros momentos que evocan a otras pel¨ªculas: las secuencias histri¨®nicas de anfiteatro son una adaptaci¨®n de aquellas similares que aparec¨ªan en Los juegos del hambre, y el rinoceronte montado recuerda demasiado a Star Wars: el ataque de los clones, cuando Anakin monta un bicho muy similar a este para huir de una damnatio ad bestias en una galaxia muy muy lejana. Clich¨¦s que el director sab¨ªa de antemano que iban a funcionar. Algunos encajados m¨¢s acertadamente que otros.
Ridley Scott siempre apuesta en sus pel¨ªculas por un fuerte impacto art¨ªstico. En lo que es un genio es en utilizar el arte pict¨®rico en su cine. Si en Gladiator de 2000 se inspira en el pintor Alma-Tadema, en Gladiator II ha optado por dos corrientes pict¨®ricas contrapuestas. La opulencia y decrepitud del mundo romano nos la pinta con estilo rococ¨®, el Barroco franc¨¦s del siglo XVIII. Incluso cuela alguna carroza con dorados de estilo imperial europeo de los pasados siglos. La Roma de la rep¨²blica, del SPQR, la representa con im¨¢genes de los grandes pintores del romanticismo, con la luna llena en el cielo, oscuros, nubes y ruinas. El Barroco acompa?a a los emperadores, el Romanticismo a Jano.
En general, la pel¨ªcula tiene una tremenda falta de impacto, algo a lo que nos hab¨ªa acostumbrado con su primera Gladiator. Le falta ¨¦pica, que suple con la m¨²sica y escenas de la primera. El argumento es lento, y como en Napole¨®n priman los sentimientos y la salud mental sobre las escenas apote¨®sicas y vibrantes. Si esperas salir de Gladiator II con un subid¨®n de adrenalina, olv¨ªdate. Se trata de una pel¨ªcula que se acerca m¨¢s a Pompeya de Paul W. S. Anderson (2014) que al Gladiator de 2000.
Ni los momentos espect¨¢culo son resultones. No digamos los errores que los acompa?an. Las ejecuciones de condenados a muerte no eran como se presentan en las pel¨ªculas. En las naumaquias solo participaban condenados a muerte. Los gladiadores nunca lucharon contra animales (y menos a¨²n montaron rinocerontes). Los tiburones nunca fueron usados en un espect¨¢culo.
Roma es blanca y no colorista. En alguna secuencia se ha colado una iglesia renacentista. Ellas van demasiado escotadas. A los gladiadores les falta el casco, algunos que s¨ª llevan son de soldados de ¨¦poca republicana. Las excepciones son los que son una copia de los genuinos de gladiador encontrados en las ruinas de Pompeya.
Sentimientos, falta de impacto. Muy buc¨®lica, id¨ªlica y po¨¦tica. Sin un gran peso patri¨®tico (como s¨ª debe ser una pel¨ªcula de romanos), tampoco ¨¦pico (??c¨®mo lo he echado de menos!!). ?Van a ser as¨ª a partir de ahora las pel¨ªculas de romanos? Nos tendremos que acostumbrar, queremos disfrutar del nuevo cine de ambientaci¨®n hist¨®rica que se nos viene. Ahora, con vestir a los actores con una coraza, con una toga o con una estola, es m¨¢s que suficiente para llamarlas ¡°de romanos¡±.
Estoy segura de que no va a dejar a nadie indiferente esta pel¨ªcula. Las cr¨ªticas oscilan entre los que opinan que es magn¨ªfica y los que es mediocre. No creo que est¨¦ en posici¨®n de valorar una pel¨ªcula que, como los buenos mitos griegos y romanos, lo que ha buscado es adaptarse a los nuevos contextos.
Hace tiempo que debimos dejar de llamar a estas pel¨ªculas peplum, aquellos tiempos pasaron hace muchas d¨¦cadas. Estas nuevas pel¨ªculas ¡°de romanos¡± son otra cosa. El c¨®mic, la novela gr¨¢fica, incluso los videos cortos de TikTok hacen del cine que deber¨ªa ser ¨¦pico una historia descafeinada, que se eterniza en la pantalla donde lo que destaca son los sentimientos y en la que incluso en algunas escenas parece que los personajes hacen terapia para entender su infancia.
Si vas a ver Gladiator II, recuerda: no es una pel¨ªcula hist¨®rica, es de ambientaci¨®n hist¨®rica. Disfruta de ella y, si quieres saber sobre la antigua Roma, lee ensayos, no vayas al cine. El cine solo es espect¨¢culo.
Babelia
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