El reinado de la Barbie
Para muchos ya es la mujer m¨¢s importante en la historia del ¡®hip-hop¡¯ Ha firmado alianzas con artistas como Madonna o Britney Spears Su imagen excesiva han convertido a Nicki Minaj en la ¨²nica capaz de hacer sombra a Lady Gaga
En el momento de escribir estas l¨ªneas, Pink friday, Roman reloaded, el segundo disco de Nicki Minaj, es n¨²mero uno en Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canad¨¢. Es decir, all¨ª donde importa. Ha pasado el mill¨®n de copias vendidas (253.000 en su primera semana en EE?UU). Y eso que las cr¨ªticas no han sido amables. Se le reconoce un talento innato y una personalidad arrolladora, pero hay quien dice que se ha dejado manipular; ella, que defiende con fiereza que es una rapera, no una artista pop, ha hecho un disco demasiado comercial.
Nunca ha tenido problemas en dejar que se censuren sus letras para que sean radiables (las eufem¨ªsticamente denominadas radio edit). As¨ª que parece premeditado que en este ¨¢lbum haya optado por cantar en vez de dar rienda suelta a ese fraseo que hizo que Kanye West dijera: ¡°Creo que tiene potencial para ser el segundo rapero m¨¢s importante de la historia¡± (para West, Eminem es, ha sido y ser¨¢ el n¨²mero uno). Y de sus declaraciones parece desprenderse que, en efecto, ni es una decisi¨®n inocente ni ha sido manipulada. ¡°Nunca he pensado en la m¨²sica como si en ella acabara todo. Siempre la he visto como un negocio, algo sobre lo que puedo cimentar un imperio¡±, dec¨ªa en una revista con el mismo desparpajo con el que afirmaba que su objetivo es desbancar a Jay-Z. Para que se hagan una idea, es como si un joven fabricante de software afirmara que va a por Bill Gates. Lo dice medio en broma, claro. Pero va en serio.
No hay que olvidar que, en agosto del a?o pasado, Forbes la incluy¨® en el puesto 15? de los artistas con mayores beneficios en el hip-hop, estimando sus ganancias en unos 6,5 millones de d¨®lares al a?o. Era la primera vez que una mujer acced¨ªa a esta lista. Un negocio boyante. Minaj ha firmado con cosm¨¦ticos OPI para una l¨ªnea de pintau?as y, seg¨²n ha anunciado su representante en Creative Artists, Mark Cheatham, ¡°estamos al habla para licenciar tambi¨¦n una fragancia y ropa a su nombre. Esperamos que Nicki Minaj se convierta en marca masiva¡±.
Eso significa optar a una audiencia mucho mayor que la del hip-hop. Por ejemplo, esa masa ingente de ni?os y, sobre todo, ni?as de ocho a?os que la adoran. Peque?os que en sus pelucas tecnicolor y en sus trajes de mu?eca ven disfraces, y en esas vocecitas que pone en ocasiones, a un personaje de dibujos animados. Claro que sus letras son procaces, pero si resulta complicado para un adulto entender sus frases, para los ni?os no son m¨¢s que sonidos. Palabras sin sentido que encajan.
En esa dualidad se mueve.?En la revista Allure, la periodista Judith Newman contaba que cuando entrevist¨® a Minaj le pidi¨® a la artista un aut¨®grafo para la hija de un amigo. Como no ten¨ªa nada mejor a mano, sac¨® una fotocopia de su carpeta de recortes de prensa sobre la artista y esta firm¨® en la parte de atr¨¢s. Cuando se lo dio a la ni?a, descubri¨® que el art¨ªculo trataba de las referencias al cunnilingus en las canciones de Minaj. ¡°De alguna forma sent¨ª que encajaba¡±, conclu¨ªa su art¨ªculo.
Sin embargo, nada parece acabar con el flechazo que la prensa estadounidense tiene con ella. Resumiendo sus argumentos: s¨ª, Nicki Minaj, el alter ego de Onika Tanya Maraj, una rapera de 29 a?os nacida en Trinidad y Tobago, pero crecida en Queens, es una ¡°exageraci¨®n andante¡±, seg¨²n el New York Times; pero tiene talento. Tanto, que ha conseguido imponerse en el machista mundo del hip-hop. Por si fuera poco, saliendo de un hogar con un padre adicto al crack que pegaba a su madre. Un tipo que vendi¨® los muebles para comprar drogas y hasta quem¨® la casa en un descuido. Lleg¨® a desearle la muerte, pero hoy le ha perdonado (de hecho, sus padres siguen juntos).
Era una inadaptada: ¡°Nos mud¨¢bamos todo el tiempo, y cada vez que lo hac¨ªamos, yo esperaba que esa vez fuera la buena, la que tuviera la valla blanca, pero nunca era as¨ª¡±. Su ansia escapista fue la que le llev¨® a inventar personajes. En sus palabras, ¡°para evadirme de sus peleas, imaginaba que era otra persona. Primero me rebautic¨¦ como Cookie; despu¨¦s, Harajuku Barbie, y finalmente, Nicki Minaj. La fantas¨ªa era mi realidad¡±. Tambi¨¦n invent¨® a Roman Zolanski, el protagonista de Roman¡¯s revenge, su dueto con Eminem. ¡°El chico que vive en mi interior, mi hermano gemelo. Es un lun¨¢tico y es gay¡±, ha explicado. Ella misma jug¨® a la confusi¨®n bisexual y se declar¨® gay-friendly.
A pesar de los or¨ªgenes turbulentos y su fraseo lenguaraz, ha sabido generar una m¨ªstica colorista. Por alg¨²n motivo, hay una rendici¨®n total hacia ella. Se ha librado del vapuleo de ciertos sectores que s¨ª han sufrido Lady Gaga, Lana del Rey o Adele. Madonna la ha adoptado, como antes hizo con Britney Spears, que tambi¨¦n la adora. O la adoraba. Minaj era la telonera de Spears en su ¨²ltima gira, Femme fatale, donde tuvieron sus m¨¢s y sus menos debido a la tendencia de la rapera a no ajustarse al tiempo que se le hab¨ªa dado. Alinearse junto a la int¨¦rprete de Baby, one more time supuso todo un golpe de efecto para abrirse camino entre el p¨²blico adolescente, el paso definitivo para situarse en el mainstream. Ella es el plus al que acuden las estrellas de radiof¨®rmula en busca de credibilidad callejera. Y, al mismo tiempo, conserva su estatus entre la ¨¦lite del hip-hop. Su proyecci¨®n en los ¨²ltimos meses se ha multiplicado a velocidad de v¨¦rtigo. La Ambici¨®n Rubia le dio un cameo de lujo en su regreso discogr¨¢fico y en la actuaci¨®n de la Super Bowl, que siguieron 114 millones de personas. Triunf¨® en su aparici¨®n en Saturday night live, se hizo con el p¨²blico en American idol,arras¨® en la entrega de los Grammy en febrero. En esa ¨²ltima gala se present¨® del brazo de un hombre disfrazado del Papa y escenific¨® un exorcismo en escena, robando plano a Adele, una artista en el extremo contrario del espectro art¨ªstico. Si la brit¨¢nica es el paradigma de la normalidad, Minaj es puro exceso.
La creaci¨®n de su personaje no ha sido repentina. En sus inicios present¨® la sexualizaci¨®n de la mujer en el rap. ¡°He rebajado la sexualidad de mi imagen a prop¨®sito¡±, declar¨® a Interview. ¡°Quiero que la gente ¨Cy, sobre todo, las chicas j¨®venes¨C sea consciente de que nada en la vida depende del sex appeal. Hay que tener algo m¨¢s¡±. Sin embargo, ella misma parece contradecirse. Con el tiempo, ha subrayado la rotundidad de sus curvas en los videoclips. Y en agosto del a?o pasado se le escap¨® un pez¨®n en una actuaci¨®n televisada para Good morning America. Lo que a Janet Jackson casi le cuesta la carrera, ella lo manej¨® con soltura. ¡°?C¨®mo iba a hacer eso conscientemente? Me siento fatal, fue un accidente¡±, dec¨ªa hace unas semanas en una entrevista con la cadena ABC. Sus disculpas han sido aceptadas y no ha pasado del rango de an¨¦cdota.
Las comparaciones con Lady Gaga son constantes, algo que a Minaj le pone de los nervios. Al igual que los fans de Gaga se autodenominan ¡°little monsters¡± (peque?os monstruos), los de Minaj se proclaman como ¡°Barbies¡± (o, abreviadamente, ¡°Barbz¡±) en Twitter. Ella misma se ha declarado una obsesa de la mu?eca. Tanto, que Mattel aprovech¨® toda esta publicidad realizando una Barbie a imagen de Minaj. En diciembre se subast¨® por 15.000 d¨®lares, y los beneficios fueron a parar a una ONG para combatir el sida. De igual manera, Minaj ha desplazado a Lady Gaga como imagen de Viva Glam, la l¨ªnea solidaria de cosm¨¦ticos MAC contra el sida. John Demsey, presidente de Est¨¦e Lauder Companies, le propuso colaborar con la marca en 2010 lanzando una edici¨®n limitada de 2.500 barras de labios bautizadas como Pink Friday. La abrumadora respuesta de los Barbz le oblig¨® a subir esa cifra a 30.000. ¡°Se convirti¨® en la acci¨®n online m¨¢s exitosa de MAC hasta la fecha¡±, confes¨® el ejecutivo.
A mediados de abril, Minaj se cogi¨® una rabieta con sus Barbz al enterarse de que algunas de sus nuevas canciones hab¨ªan sido filtradas online por una web de fans antes de publicarse. Como protesta, acab¨® borrando su perfil de Twitter, que ten¨ªa m¨¢s de 11 millones de seguidores. Tiene 30 d¨ªas para recuperar su perfil desde la fecha en que lo finiquit¨®. Entre tanto, 58 cuentas ap¨®crifas preservan su nombre en la red social. Lady Gaga tiene 140 m¨¢s la oficial. Tras ese gesto de deserci¨®n intern¨¢utica se oculta el aut¨¦ntico dilema que Nicki Minaj debe afrontar: si es capaz de asumir con deportividad los riesgos de jugar en primera divisi¨®n o si prefiere ser un entretenimiento suplente en el campo del ¨¦xito desenfrenado.
Maneras de icono En dos a?os, Minaj ha ascendido a los altares de la moda. La vimos disfrazada de cardenal con una capa de Versace en los ¨²ltimos Premios Grammy y code¨¢ndose con Anna Wintour en un desfile de Carolina Herrera en Nueva York. Tambi¨¦n se ha alineado con pesos pesados de la talla de Kanye West y Jay-Z (arriba, actuando en el estadio de los Yankees, en 2010). N¨²mero uno Su segundo ¨¢lbum, ¡®Pink friday, Roman reloaded¡¯, ha encabezado las listas de EE UU, Reino Unido, Australia y Canad¨¢. La alianza con Madonna, que le dio un cameo de lujo en su nuevo disco, le ha servido de empuj¨®n. Su aparici¨®n en la Super Bowl la siguieron 114 millones de espectadores. Un negocio rosa Ha traducido su c¨®digo colorista en dinero. En 2011, ¡®Forbes¡¯ la incluy¨® en su lista de ¡®hiphoperos¡¯ con m¨¢s ingresos, con ganancias anuales de 6,5 millones de d¨®lares. Era la primera mujer en esa lista. MAC le ofreci¨® fabricar 2.500 barras de labios inspiradas en su rosa. La respuesta fue tal, que tuvo que subir la cifra a 30.000.
Maneras de icono En dos a?os, Minaj ha ascendido a los altares de la moda. La vimos disfrazada de cardenal con una capa de Versace en los ¨²ltimos Premios Grammy y code¨¢ndose con Anna Wintour en un desfile de Carolina Herrera en Nueva York. Tambi¨¦n se ha alineado con pesos pesados de la talla de Kanye West y Jay-Z (arriba, actuando en el estadio de los Yankees, en 2010). N¨²mero uno Su segundo ¨¢lbum, ¡®Pink friday, Roman reloaded¡¯, ha encabezado las listas de EE UU, Reino Unido, Australia y Canad¨¢. La alianza con Madonna, que le dio un cameo de lujo en su nuevo disco, le ha servido de empuj¨®n. Su aparici¨®n en la Super Bowl la siguieron 114 millones de espectadores. Un negocio rosa Ha traducido su c¨®digo colorista en dinero. En 2011, ¡®Forbes¡¯ la incluy¨® en su lista de ¡®hiphoperos¡¯ con m¨¢s ingresos, con ganancias anuales de 6,5 millones de d¨®lares. Era la primera mujer en esa lista. MAC le ofreci¨® fabricar 2.500 barras de labios inspiradas en su rosa. La respuesta fue tal, que tuvo que subir la cifra a 30.000.
Babelia
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