La primavera del cuento
La literatura italiana, invitada de la Feria del Libro de Madrid, vive una eclosi¨®n de relatos cortos Al mismo tiempo, lucha por no dejar escapar a los lectores ¡°fuertes¡±. Italia es ¡°una mina de historias posibles¡±, afirman autores y editores
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Dice Alessandro Baricco (Tur¨ªn, 1958) que ahora en Italia es muy f¨¢cil publicar la primera novela, y muy dif¨ªcil la segunda. Las editoriales, explica, han cambiado su forma de trabajar. Buscan sin parar un golpe de ¨¦xito, pero luego no tienen la paciencia necesaria para acompa?ar a los escritores j¨®venes en su proceso de maduraci¨®n. Esa afanosa b¨²squeda de El Dorado va dejando un reguero de cad¨¢veres en el camino ¡ªbuenos escritores que terminan refugiados en el gui¨®n televisivo o en la literatura infantil¡ª, y provoca adem¨¢s un fen¨®meno muy curioso, una especie de maldici¨®n a la inversa para quienes, habi¨¦ndose paseado por avenidas de oro, no encuentran el camino de regreso. ¡°Ah¨ª est¨¢n los casos¡±, dice Baricco, ¡°de Roberto Saviano [Gomorra] o Paolo Giordano [La soledad de los n¨²meros primos]. No han sido capaces a¨²n de escribir un segundo libro a la altura del primero. Cuando se vende tanto no es f¨¢cil continuar¡±.
Baricco sabe de lo que habla. Sus novelas ¡ªSeda, Oc¨¦ano mar, Tierras de cristal, Ema¨²s¡ª suelen quedarse a vivir en las listas de las m¨¢s vendidas. Y la escuela de escritura que fund¨® en Tur¨ªn ¡ªla llam¨® Holden, en honor del protagonista de El guardi¨¢n entre el centeno, de J. D. Salinger¡ª constituye un observatorio privilegiado. Desde la cumbre y desde el llano, Baricco ve que el mundo de los escritores italianos sigue siendo ¡°muy vivo¡±, a pesar de que el entorno no es el m¨¢s favorable: ¡°No hay que olvidar que somos hijos de un pa¨ªs cansado. Un pa¨ªs, como el resto de Europa, que desde hace mucho tiempo no se apasiona por nada. Los j¨®venes autores tienen ante s¨ª el dif¨ªcil reto de contar un pa¨ªs bastante muerto¡±. El novelista, que en los pr¨®ximos meses ver¨¢ traducido al espa?ol su ¨²ltimo ¨¦xito en Italia, Mr Gwyn, concede una entrevista informal en el patio de la asociaci¨®n cultural Hiroshima Mon Amour, donde la editorial Fandango ha organizado una fiesta con motivo del Sal¨®n Internacional del Libro de Tur¨ªn. ¡°En cualquier caso¡±, aconseja, ¡°la cosa m¨¢s importante que tiene que hacer un escritor es seguir el hilo de su voz. Eso es lo ¨²nico importante¡±.
Las novelas de Baricco suelen quedarse a vivir en las listas de las m¨¢s vendidas.
M¨¢s dif¨ªcil a¨²n lo tienen los editores. El ¡°hilo de la voz¡± del mercado editorial se escucha cada vez m¨¢s lejano, m¨¢s confuso. El director general de Libros de Mondadori, Riccardo Cavallero (Ivrea, 1962), pone un ejemplo muy claro: ¡°Es la primera vez que yo recuerde que el Premio Pulitzer no se da a un escritor. Y esto es un s¨ªntoma. Algo est¨¢ pasando mundialmente. La gente est¨¢ perdida. La gente se est¨¢ buscando¡±. Cavallero admite que la preocupaci¨®n de Baricco ¡ªla falta de paciencia de las editoriales con los j¨®venes autores¡ª es hija de los tiempos: ¡°Es normal que cuando hay m¨¢s presi¨®n, m¨¢s problemas econ¨®micos, el nerviosismo de los operadores aumente. En lo que a Mondadori respecta, estamos lanzando nuevas colecciones a precios bajos para promocionar a nuevos autores. Una especie de gimnasio de nuevos escritores. Porque, en tiempos de crisis, tambi¨¦n el lector tiene que estar en nuestra mente. No puedes pedirle, aunque sea un lector fuerte, que asuma el riesgo de gastarse 22 euros en un libro que no sabe si le va a gustar¡±.
Una expresi¨®n muy italiana. Los lectores fuertes. Afloran en todas las conversaciones. Un ej¨¦rcito silencioso, an¨®nimo, que constituye los cimientos del mercado editorial italiano. ¡°Dicen¡±, explica Cavallero, ¡°que el n¨²mero de lectores fuertes que siempre se ha dicho que existen en Italia [alrededor de dos millones y medio] ha bajado dram¨¢ticamente. Se habla de n¨²meros que parecen un holocausto. Se habla de 700.000¡ Yo no s¨¦ cu¨¢ntos se han perdido. Mi sensaci¨®n es justamente la contraria. Creo que la gente est¨¢ leyendo m¨¢s que antes, solo que la competencia de una editorial ya no es la de otra editorial, sino la de otros medios de lectura. Es como si est¨¢s en un bar y dices: ¡®Hoy hay menos gente que ayer¡¯, sin darte cuenta de que el mismo bar ha abierto un patio y tambi¨¦n all¨ª hay gente tomando caf¨¦. El problema es c¨®mo vamos a medir estas cosas, pero estoy convencido de que la gente lee m¨¢s, aunque de forma diferente. Lee m¨¢s en formato digital. Lee m¨¢s historias cortas, especialmente cuentos¡¡±.
Ah¨ª quer¨ªamos llegar. Hace tres a?os, durante una visita a la FIL de Guadalajara, a bordo de un coche que lo llevaba a la hermosa ciudad de Tlaquepaque, Mario Vargas Llosa cont¨® a un grupo de amigos su preocupaci¨®n porque el libro digital termine influyendo en la manera de escribir. Hay otros escritores que, por el contrario, sostienen que el h¨¢bito no hace al monje. De la conversaci¨®n con Riccardo Cavallero, un gran conocedor del mundo del libro anglosaj¨®n y tambi¨¦n del latino, se desprende que ya hay datos que le dan la raz¨®n al hoy ¡ªentonces todav¨ªa no lo era¡ª premio Nobel. ¡°Hay que reconocer un cambio¡±, desvela, ¡°los grandes autores que han vendido much¨ªsimo ¡ªhablo de autores de 400.000 ejemplares cada t¨ªtulo¡ª est¨¢n cambiando su forma de escribir influidos por el digital. Antes, los libros eran de 400, 500 o 600 p¨¢ginas. Hoy la gente quiere leer cosas m¨¢s cortitas. Se venden muchos cuentos. Estamos en la primavera del cuento. Y eso que, hist¨®ricamente, era una pesadilla para los editores, casi una ley f¨ªsica: si publicas cuentos, no vender¨¢s. Hoy en d¨ªa, en cambio, el p¨²blico los busca¡±.
El Sal¨®n Internacional del Libro de Tur¨ªn se parece a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la famosa FIL, en muchas cosas
Valga como ejemplo Niccol¨° Ammaniti (Roma, 1966), premio Strega 2007 con Como Dios manda (Mondadori). Su ¨²ltimo libro, que en Italia ha publicado Einaudi y en Espa?a lo har¨¢ Anagrama, se llama Il momento ¨¦ delicato. Es un libro de cuentos. El pasado s¨¢bado por la tarde, en una sala abarrotada de p¨²blico, sobre todo joven, el propio autor ley¨® uno de sus relatos, la disparatada historia de un tipo que, tras cometer una infidelidad en su piso, intenta borrar las huellas antes de que llegue su esposa. Ammaniti, adem¨¢s de escribir bien, demostr¨® una gran capacidad para dramatizar sus propios escritos. El p¨²blico se lo pas¨® en grande. Cavallero, el editor de Mondadori, subraya: ¡°Los cuentos adem¨¢s cubren la satisfacci¨®n intelectual de un lector ajetreado que solo tiene media hora para la lectura¡±.
El Sal¨®n Internacional del Libro de Tur¨ªn se parece a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la famosa FIL, en muchas cosas. Esta es la feria m¨¢s importante del libro en italiano. Aquella, del espa?ol. Otras ferias tambi¨¦n muy relevantes ¡ªFr¨¢ncfort, Londres¡ª est¨¢n m¨¢s enfocadas a los profesionales, pero en Tur¨ªn y Guadalajara, aunque son un punto de encuentro y de negocio entre editores, agentes y libreros, el p¨²blico lector toma por asalto los pabellones y llena una por una todas las salas donde se celebran entrevistas o coloquios. Alg¨²n despistado, acostumbrado a la de Madrid ¡ªpaseos bajo la arboleda del Retiro a la caza del aut¨®grafo¡ª, puede pensar que es una buena manera de matar el tiempo. Pero tanto en Guadalajara como en Tur¨ªn hay que pagar para entrar. Y resulta estimulante observar grandes pabellones llenos de visitantes que han tenido que pagar 10 euros para entrar. Este a?o, adem¨¢s, el Sal¨®n del Libro de Tur¨ªn tuvo a Espa?a como pa¨ªs invitado y el p¨²blico abarrot¨® las salas donde hablaron Fernando Savater, Arturo P¨¦rez-Reverte, Almudena Grandes o Javier Cercas, por citar algunos de los m¨¢s buscados. Se nota que en Italia hay hambre de literatura espa?ola. La raz¨®n puede estar en lo que cuenta el escritor espa?ol Jos¨¦ ?ngel Gonz¨¢lez Sainz (Soria, 1956), autor de las novelas Volver al mundo y Ojos que no ven, y residente desde 1982 en Italia, primero en Venecia y ahora en Trieste.
Dice Gonz¨¢lez Sainz: ¡°El lector en espa?ol ha podido seguir perfectamente la literatura italiana del siglo XIX, del siglo XX y de lo que se est¨¢ haciendo hoy en d¨ªa. En cambio, el lector en italiano tiene much¨ªsimas dificultades para tener una m¨ªnima conciencia de la complejidad y la diversidad de la cultura espa?ola. Grandes nombres o no han sido traducidos o han sido muy mal traducidos y muy mal publicados. Estoy hablando de Ferlosio, o de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, completamente desconocido, o de Benet, muy mal traducido y muy mal presentado. Hay, eso s¨ª, una buena acogida de lo que en Italia llaman literatura espa?ola de ¨¦xito. Lo que les interesa a muchos editores italianos es poner una franja que ponga 100.000 ejemplares vendidos en Espa?a. Pero traducir obra de un autor, interesarse por visiones del mundo, dif¨ªcilmente. A ello, parad¨®jicamente, colaboran mucho los hispanistas, transmitiendo una serie de t¨®picos, los m¨¢s f¨¢ciles de recibir, que son los t¨®picos de lo malo que era el franquismo y lo mal que se hizo la transici¨®n. La labor ha consistido en denigrar al adversario y denigrar lo propio. En eso los espa?oles somos verdaderos atletas de halterofilia¡±. A intentar paliar en parte esa carencia se est¨¢ dedicando ahora en Italia una editorial peque?a, La Nuova Frontiera, fundada en 2002 por Lorenzo Ribaldi a partir de una experiencia personal: ¡°Yo hab¨ªa vivido en Espa?a y me di cuenta de que en las estanter¨ªas de las librer¨ªas italianas no estaban traducidos los libros que a m¨ª me gustaban. No es f¨¢cil convencer a los italianos de que lean a autores traducidos del espa?ol, pero en gran parte lo estamos consiguiendo gracias a las ayudas oficiales que hay en Espa?a para la traducci¨®n. Son estructuras p¨²blicas que funcionan muy bien. Hay que tener en cuenta que, en Italia, la pr¨¢ctica totalidad de las ventas se las reparten entre cuatro grandes grupos editoriales. El resto nos tenemos que pelear por el 10% que sobra¡¡±.
"Italia es una mina de historias posibles", dice Bruno Arpaia
Y cada vez sobra menos. Lo cuenta Gianluca Foglia, director editorial de Feltrinelli: ¡°Los ¨²ltimos meses han sido muy dif¨ªciles. A partir de septiembre de 2011 se produjo una gran ca¨ªda en las ventas. Hoy contin¨²a, aunque hay datos que nos llevan al optimismo. Hay que tener en cuenta que en Italia hay una minor¨ªa que lee mucho, los llamados lectores fuertes, que demandan libros bien hechos, de buenos autores, de calidad. Pero, enfrente, hay una gran mayor¨ªa, m¨¢s o menos la mitad de la poblaci¨®n, que no lee un solo libro al a?o. Por eso, nuestra respuesta a la crisis y al desaf¨ªo de Internet no puede ser otra que la calidad¡±. Mimbres no faltan. Foglia cita a Alessandro Baricco, Niccol¨° Ammaniti o Erri de Luca, y tambi¨¦n a los exitosos escritores de novela negra Gianrico Carofiglio, Andrea Camilleri o Giancarlo de Cataldo. ¡°La literatura italiana de hoy es menos militante que la del pasado. A los escritores italianos de hoy les interesa desentra?ar la vida cotidiana¡±. A Gianluca Foglia y a Carlo Feltrinelli se les ve¨ªa en el Sal¨®n de Tur¨ªn entusiasmados con el acuerdo con Anagrama: ¡°Nos interesa mucho mantener la impronta del sello. Tenemos que aprender mucho de la manera de leer, de editar, de Jorge Herralde. No tenemos ning¨²n inter¨¦s en quitarle autonom¨ªa a Anagrama. Todo lo contrario¡±.
Herralde se deja querer. Sentado en el estand de Feltrinelli, explica que su editorial siempre mir¨® a Italia. ¡°El primer libro que publicamos fue de Pavese y durante a?os cuatro autores fundamentales para nosotros han sido Alessandro Baricco, Roberto Calasso, Claudio Magris y Antonio Tabucchi¡ Si bien es verdad que ahora no se sabe qu¨¦ va a pasar con la edici¨®n. Yo siempre he sido militante anticatastrofista, y hasta el momento con motivos, pero ahora verdaderamente no se sabe qu¨¦ va a pasar. Si siempre fue dif¨ªcil jugar a profeta, ahora, con el libro electr¨®nico, es sencillamente imposible¡±.
En medio de la incertidumbre que se respiraba en Tur¨ªn, los escritores Bruno Arpaia (N¨¢poles, 1947) y Giancarlo de Cataldo (Taranto, 1956) ofrecen dos recetas para no perder la br¨²jula en tiempos de tempestad. Dice Arpaia: ¡°Veo mucha vida, tambi¨¦n en los escritores j¨®venes. Italia es una mina de historias posibles. Nuestro trabajo es ajustar cuentas con la realidad, que siempre es huidiza. La labor de un narrador es perseguirla. Tratar de describir las cosas aparentemente invisibles, trazar nuevos mapas de lo invisible. Si lo logras, eres un escritor bueno¡±. Y remata De Cataldo: ¡°Mi objetivo es conservar el instinto para contar historias. Naturalmente, el desarrollo tecnol¨®gico influye. No somos impermeables. Pero los escritores vivimos de una energ¨ªa propia, muy ¨ªntima, a veces secreta. No creo que cambie nuestra idea de literatura. Si la cambia, es que no era muy fuerte¡±.
La feria de Italia
La literatura italiana ser¨¢ la protagonista de la 71? edici¨®n de la feria, que se celebrar¨¢ en el paseo de Coches del parque del Retiro del 25 de mayo al 10 de junio.
Actos: el escritor italiano Claudio Magris inaugurar¨¢ la feria el viernes 25, a las 19.30, en el pabell¨®n de actividades Banco Sabadell. Erri de Luca, Roberto Calasso, Niccol¨° Ammaniti, Alessandro Mari, Dacia Maraini, Fabio Volo y Michela Murgia, entre otros, viajar¨¢n a Madrid en esos d¨ªas. Se rendir¨¢ homenaje a Antonio Tabucchi, Elsa Morante y Giulio Einaudi.
Casetas: 272 editores, 52 librer¨ªas generales, 66 librer¨ªas especializadas, 24 organismos oficiales y 11 distribuidores.
Horario. De lunes a viernes: de 11.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.30. S¨¢bados, domingos y festivos: de 10.30 a 14.30 y de 17.00 a 21.30.
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