Ausencias elocuentes

Debut en la direcci¨®n del productor ?lvaro Longoria, en cuya trayectoria figuran t¨ªtulos como La zona (2007), Habitaci¨®n en Roma (2010), el d¨ªptico del Che dirigido por Steven Soderbergh y la pel¨ªcula colectiva 7 d¨ªas en La Habana (2012), que se presentar¨¢ estos d¨ªas en Cannes, Hijos de las nubes. La ¨²ltima colonia naci¨® con el prop¨®sito de contar el conflicto del S¨¢hara convocando a todas las posiciones en liza. Es, no obstante, en el fracaso de cumplir ese prop¨®sito inicial donde la pel¨ªcula encuentra su fuerza, sus momentos m¨¢s elocuentes. Hijos de las nubes es un trabajo valioso por lo que dice y por c¨®mo lo dice en sus tramos m¨¢s did¨¢cticos: sirvi¨¦ndose de testimonios y de concisas animaciones a cargo del dibujante Aleix Sal¨®, autor de Espa?ist¨¢n y Simiocracia ¡ªdos eficaces libros, ir¨®nicos y divulgativos, sobre la crisis financiera¡ª, el documental logra explicar y transmitir el conflicto con encomiable transparencia, yendo a las ra¨ªces, ahondando en ese lado humano de la ecuaci¨®n que organismos como la ONU siguen resisti¨¦ndose a reconocer y delatando los intereses gubernamentales que propician el paralizante statu quo. Pero lo m¨¢s valioso de Hijos de las nubes est¨¢ en otro lado: en las ausencias, en los silencios inc¨®modos, en las espantadas vergonzantes.

Poco antes de llegar a su conclusi¨®n, se enumera a todos aquellos que se han negado a ser entrevistados en el documental: Javier Solana, el exministro Moratinos, Val¨¦ry Giscard d¡¯Estaing, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el ex primer ministro argelino Abdelaziz Belkhadun, Kofi Annan, James Baker y toda autoridad marroqu¨ª. Esos agujeros en el tejido previsto del documental resuenan con poderosa fuerza. Lo ¨²nico a reprochar son los momentos (demasiados) en que el documental sucumbe a cierto culto a la personalidad y convierte a su productor Javier Bardem en tenso caballero sin espada de la justa reivindicaci¨®n.