Nicole Kidman, una buena actriz atrapada en una m¨¢scara
'The paperboy' se deja ver y o¨ªr, pero su intento de crear suspense es in¨²til 'Post tenebras lux' es tal vez la pretensi¨®n autoral m¨¢s insoportable del festival

Sabiendo y deseando que las obras maestras pueden aparecer en cualquier cinematograf¨ªa, incluida la asi¨¢tica, mis ortodoxos gustos sienten pasi¨®n ancestral (y justificada) por el gran cine norteamericano. Cannes acostumbra a descubrirnos dos o tres de las mejores pel¨ªculas que se han rodado all¨ª cada a?o. Pero en esta edici¨®n, no hay manera. O sea, que probablemente no existen. Y se supone que la elecci¨®n es concienzuda. Pero nada de lo que han exhibido aqu¨ª, indistintamente de que haya sido concebido por Hollywood o por el cine independiente norteamericano, posee esa a?orada calidad, la sensaci¨®n de que el producto es brillante y perdurable.
Ayer vimos The paperboy, dirigida por Lee Daniels, alguien que adquiri¨® un prestigio tal vez excesivo con Precious, aquella historia naturalista sobre una chica negra, gorda y angustiada a la que su madre viola, maltrata y explota sistem¨¢ticamente. En esta ocasi¨®n Daniels abandona el tono cercano al documental que utilizaba en Precious para describir una ficci¨®n pretendidamente inquietante sobre dos periodistas que intentan reabrir un caso criminal y demostrar la inocencia de un cazador de caimanes que fue acusado de asesinato y espera en el corredor de la muerte que se cumpla la sentencia. Lo hacen ayudados por una exuberante se?ora que mantiene er¨®tica correspondencia con el reo y por el hermano peque?o de uno de los periodistas, alguien en la edad de la incertidumbre, enamorado en vano de esa voluptuosa mujer que solo anhela emociones fuertes.
Lee Daniels nos ir¨¢ revelando que nada ni nadie es lo que parece en una trama entre costumbrista y violenta. Nicole Kidman, una estrella que est¨¢ envejeciendo y anda l¨®gicamente a la b¨²squeda de papeles sabrosos en proyectos que otorguen prestigio, acepta humildemente interpretar a un personaje de reparto y lo borda. Hay una secuencia t¨®rrida que se desarrolla en la c¨¢rcel y en la que ella y el preso alcanzan mutuamente el orgasmo sin poder tocarse, que evidencia lo buena actriz que puede ser. Pero tengo desde hace unos a?os un problema con Nicole Kidman. Y es la molesta sensaci¨®n de que su rostro y su cuerpo han pasado muchas veces por el quir¨®fano intentando alejar la decadencia f¨ªsica. Y se nota excesivamente. Su expresividad y sus gestos est¨¢n condicionados por ello, notas que esta actriz ha convertido su preciosa cara en una m¨¢scara. The paperboy se deja ver y o¨ªr, pero su intento de crear suspense y desasosiego es in¨²til. El guion tiene vocaci¨®n de retorcimiento, pero la pel¨ªcula est¨¢ contada de forma plana.
Sent¨ª un rechazo visceral y racional ante las primeras e inentendibles pel¨ªculas del director mexicano Carlos Reygadas. Pero me enganch¨® poderosamente la tercera. Se titulaba Luz silenciosa. Comenzaba y terminaba captando el amanecer y el atardecer como nunca lo hab¨ªa hecho el cine. Y no era un recurso est¨¦tico, ten¨ªa sentido. Tambi¨¦n pose¨ªa un extra?o hipnotismo la historia que narraba. En Post tenebras lux Reygadas retorna a sus or¨ªgenes, a un argumento tan gratuito como ininteligible rodado con una est¨¦tica cargante. Deduzco que el diablo ha visitado a una familia de la alta burgues¨ªa mexicana que se ha retirado a vivir al campo y que el padre es un adicto a la pornograf¨ªa que busca ayuda en una especie de Alcoh¨®licos An¨®nimos. Pero tampoco lo tengo claro, ya que existen historias paralelas y surrealistas que podr¨ªan hacerte pensar que est¨¢ hablando de otras cosas. ?l lo sabr¨¢, pero no hay forma de que mi condici¨®n de espectador lo averig¨¹e. Y tampoco existe nada en esas im¨¢genes y en esos di¨¢logos que te entretenga m¨ªnimamente. De todas las vacuidades con pretensiones autorales que ha ofrecido hasta el momento el festival, esta tal vez sea la m¨¢s insoportable.
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