Faberg¨¦ inaugura 'boutique' en Nueva York
La casa de joyer¨ªa presenta una colecci¨®n exclusiva para emular los lazos hist¨®ricos de la firma con la aristocracia americana
A lo largo de casi todo el siglo XX solo los coleccionistas, las ricas herederas o los millonarios norteamericanos pod¨ªan permitirse el lujo de poseer una de las piezas elaboradas por el orfebre de los zares, Peter Carl Faberg¨¦. Para hacerse con ellas deb¨ªan esperar a que se celebrara una subasta que incluyera alguna de las joyas del artesano ruso entre sus lotes. Desde hace una semana ya no necesitar¨¢n pujar m¨¢s. El 23 de mayo, la casa de Faberg¨¦ inaugur¨® boutique en el n¨²mero 694 de la Avenida Madison de Nueva York. Se trata de su primer establecimiento en Estados Unidos y el cuarto de la firma, tras los inaugurados en Ginebra, Hong Kong y Londres entre 2009 y 2011.
Desde que en 2007 los nuevos due?os decidieran reincorporar a la casa de joyer¨ªa a los herederos de su fundador -que perdieron el derecho a dise?ar joyas bajo el nombre de Faberg¨¦ en 1951- la firma ha recuperado el esplendor de anta?o. Bajo la ¨®rdenes de su nueva directora creativa, Katharina Flohr, y con el asesoramiento de Tatiana y Sarah Faberg¨¦, las biznietas del orfebre de los Romanov, la empresa ha entrado en una segunda ¨¦poca dorada que persigue incorporar a la est¨¦tica tradicional una identidad m¨¢s contempor¨¢nea. Una filosof¨ªa de la que la tienda neoyorkina es un buen ejemplo.
Todo est¨¢ dispuesto para que el cliente se sienta ¡°en el para¨ªso del lujo"
Como no pod¨ªa ser de otra manera, todo en el establecimiento de Nueva York destila realeza. Desde la entrada con celos¨ªas plateadas, que evoca el huevo Coronaci¨®n - que Peter Carl Faberg¨¦ cre¨® especialmente para la coronaci¨®n del ¨²ltimo zar, Nicol¨¢s II-, hasta su suntuoso interior, con suelo de roble, paredes tapizadas de seda, acabados en madera de tonos gris y plata¡ Todo en los 850 metros cuadrados de la nueva tienda est¨¢ dispuesto para que el cliente se sienta ¡°en el para¨ªso del lujo¡±, como indica su p¨¢gina web.
Para celebrar su desembarco en EE UU, adem¨¢s de los relojes y las piezas de alta joyer¨ªa t¨ªpicas de la casa, Flohr ha creado expresamente la colecci¨®n Les Pr¨¦cieuses para emular los ¡°lazos hist¨®ricos de la casa con la edad dorada de la sociedad americana¡±, tal y como explica la casa Faberg¨¦ en Internet. Los nuevos dise?os exclusivos se componen de piedras preciosas sobrias engastadas en monturas de diamantes u oro blanco y amarillo. Quienes prefieran algo m¨¢s tradicional podr¨¢n adquirir el legendario huevo Z?na¨ªde, de oro blanco con diamantes y rub¨ªes, convertido en colgante.
La empresa ha entrado en una segunda ¨¦poca dorada que persigue incorporar a la est¨¦tica tradicional una identidad m¨¢s contempor¨¢nea
Hace un siglo Faberg¨¦ consigui¨® atraer a lo m¨¢s selecto de la sociedad estadounidense con las mismas piezas y los mismos huevos de pascua engarzados en piedras preciosas con los que cautiv¨® a los ¨²ltimos Romanov. El banquero J.P. Morgan era un cliente fiel. El magnate ferroviario Henry Walters surc¨® con su yate el r¨ªo Neva hasta San Petersburgo para visitar personalmente al orfebre ruso. La casa de joyer¨ªa, bajo la supervisi¨®n directa de su fundador, cre¨® en exclusiva para Consuelo Vanderbilt, la nieta del todopoderoso naviero, el famoso huevo Duquesa de Marlboroug o de la Serpiente, un reloj de m¨¢rmol rosa con la forma del emblem¨¢tico huevo Faberg¨¦, el ¨²nico que se elabor¨® para alguien no perteneciente a la familia real rusa.
A la inauguraci¨®n en el Jard¨ªn Bot¨¢nico de Nueva York acudieron invitadas como Olivia Palermo o Ivanka Trump, representantes de la actual alta sociedad estadounidense que poco tiene que ver con la que, a principios del siglo XX, visitaba los salones de los zares para contemplar las joyas realizadas por Faberg¨¦ pero que, probablemente, se dejen las mismas sumas de dinero por uno de sus brazaletes.
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