Nobleza obliga
Mart¨ªn/Moreno, Bautista, Fandi?o "la nobleza del segundo se qued¨® con la sola recompensa de la ovaci¨®n en el arrastre"

Parec¨ªa tan metido Bautista en la lidia del segundo de la tarde que, en cuanto sonaron los clarines que anunciaban el inicio del tercio de muleta, arranc¨® presto hasta el centro del ruedo para brindar la faena al respetable. Tan metido estaba que olvid¨® cumplir con el protocolo de pedir permiso al presidente, lo que hizo cuando el tendido 7 le llam¨® la atenci¨®n. Se presagiaba faena de categor¨ªa. La verdad es que hasta ese momento todo le hab¨ªa salido de dulce: recibi¨® al toro de salida con cinco ver¨®nicas muy templadas en las que animal meti¨® la cara y anunci¨® su calidad. Lo llev¨® al caballo en un est¨¦tico galleo por chicuelinas; cumpli¨® y blande¨® el animal ante el picador. A continuaci¨®n, su compa?ero Fandi?o se luci¨® de verdad es un precioso quite por tres ver¨®nicas templad¨ªsimas y suaves, lo que hizo que Bautista le respondiera con otro por delantales de menor nivel. Acudi¨® con alegr¨ªa ¡®Madro?ito¡¯ en banderillas, con las que se dej¨® ver con enorme torer¨ªa Curro Robles en un primer par excelente.
Mart¨ªn/Moreno, Bautista, Fandi?o
Toros de Adolfo Mart¨ªn, bien presentados, mansones; segundo, bravo y muy noble; tercero, blando y muy noble; cuarto y quinto, inv¨¢lidos; primero y sexto, -este, bravo- descastados y deslucidos.
Jos¨¦ Luis Moreno: pinchazo y estocada _aviso_ y dos descabellos (silencio); casi entera (silencio).
Juan Bautista: media estocada (ovaci¨®n y algunos pitos); casi entera (silencio).
Iv¨¢n Fandi?o: _aviso_ tres pinchazos, _2? aviso_ y un descabello (ovaci¨®n y algunos pitos); pinchazo y estocada ca¨ªda (silencio).
Plaza de las Ventas. 2 de junio. Vig¨¦simo cuarta y ¨²ltima corrida de feria. Lleno..
Despu¨¦s de la brillantez narrada, es normal que Bautista acudiera con ganas al centro del ruedo muleta en mano, y quien m¨¢s, quien menos, esperaba que culminara lo que bien hab¨ªa comenzado. Pero no fue as¨ª. Y no es que estuviera mal, sino que su toreo no alcanz¨® la calidad el toro. Humillaba el animal en una embestida larga, y era evidente que Bautista no acababa de entrar en faena, con gracia insuficiente para que el encuentro explotara de emoci¨®n. Aunque parezca mentira, suele ocurrir. Sin saber muy bien por qu¨¦, la l¨ªnea ascendente se rompe en un momento dado y ya no hay qui¨¦n la arregle. Lo cierto es que la nobleza de ese toro segundo se qued¨® con la sola recompensa de la ovaci¨®n en el arrastre, pero se llev¨® las orejas que, en buena lid, debiera haber ganado Juan Bautista. No estuvo, pues, a la altura de la noble embestida que ¡®Madro?ito¡¯ le ofreci¨®.
Un caso muy parecido es el de Iv¨¢n Fandi?o. Lleg¨® a esta ¨²ltima corrida con el compromiso de acabar como el triunfador de la feria, pero se ha ido con m¨¢s pena que gloria. Desfondado, quiz¨¢, pero tampoco respondi¨® a la expectaci¨®n creada ni a la nobleza que le ofreci¨® el tercero de la tarde, muy blando en los dos primeros tercios, pero lleg¨® a la muleta engallado y con la codicia y acometividad necesarias para que ambos -toro y torero- alcanzaran el triunfo. Fandi?o lo luci¨® en cuatro tandas de derechazos, cit¨¢ndolo desde lejos, dejando que el toro galopara hacia el enga?o y humillara en el encuentro. Los muletazos tuvieron hondura y ligaz¨®n, especialmente las dos primeras tandas, pero a medida que el animal perdi¨® recorrido, a la faena le falt¨® el cl¨ªmax imprescindible para que aquello alcanzara la categor¨ªa de algo grande. No fue as¨ª; m¨¢s bien una correcta faena con la derecha -por el lado izquierdo no ten¨ªa el animal ni un pase-, de m¨¢s a menos. Y lleg¨® la traca final: un m¨ªtin horroroso protagoniz¨® Fandi?o con la espada, y eso estuvo pero que muy mal.
Jos¨¦ Luis Moreno pech¨® con el peor lote, y ¨¦l tampoco se mostr¨® suelto y sobrado; m¨¢s bien, se le vio triste, apagado y precavido ante su primero, reserv¨®n y parado, y nada pudo hacer ante el inv¨¢lido cuarto. Bautista aburri¨® soberanamente en el quinto, que se derrumb¨® dos veces, y Fandi?o nada pudo hacer ante el ¨¢spero sexto.
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