Tarde de chuchos
La pel¨ªcula se abre con una larga secuencia donde la c¨¢mara sigue a los dos protagonistas, ataviados de nazarenos, desplaz¨¢ndose en moto por una avenida sevillana mientras hablan de justicia social y de los diversos factores que les han condenado a una desesperada marginalidad.
EL MUNDO ES NUESTRO
Direcci¨®n: Alfonso S¨¢nchez. Int¨¦rpretes: Alfonso S¨¢nchez, Alberto L¨®pez, Maite Sandoval, Antonia G¨®mez, Antonio Dechent.
G¨¦nero: comedia. Espa?a, 2012.
Duraci¨®n: 87 minutos.
Es un momento que parece evocar, en clave localista, el ritmo y las maneras del caracter¨ªstico di¨¢logo tarantiano, pero tambi¨¦n remite, aunque quiz¨¢ sea un eco inconsciente, al esp¨ªritu contracultural que distingu¨ªa a las pel¨ªculas de Gonzalo Garc¨ªa Pelayo, aislado adalid de un cine alternativo sure?o que este a?o, por los desv¨ªos del destino, se ha convertido en icono de un modelo cinematogr¨¢fico muy distinto como figura inspiradora de la reciente Los Pelayo.
El mundo es nuestro es el debut en la direcci¨®n de Alfonso S¨¢nchez, que, junto a su c¨®mplice y compa?ero de fatigas Alberto L¨®pez (poderosa revelaci¨®n), lleva a?os dando guerra en el terreno de la microficci¨®n intern¨¢utica (o, si lo prefieren, la webserie): no se pierdan a Rafi y Fali, dos de sus mejores composiciones c¨®micas, protagonistas de la serie de v¨ªdeos, disponibles en YouTube, que se abri¨® con la pieza Eso es as¨ª.
En este primer largo, S¨¢nchez y L¨®pez recurren a otras de sus creaciones previas para la red: el Culebra y el Cabesa, dos entra?ables piltrafas del arroyo que aqu¨ª se ven abocadas, en el p¨¢ramo de la esperanza resultante de la acci¨®n combinada de crisis y corrupci¨®n, al mismo gesto que emprend¨ªa el personaje de Al Pacino en aquella cl¨¢sica y magistral Tarde de perros (1975) que encuentra aqu¨ª su eco desarrapado y chandalista.
La pel¨ªcula tiene energ¨ªa, carisma c¨®mico y voluntad de estilo: el plano secuencial que relaciona a los diversos personajes en la entrada a la sucursal bancaria es una buena demostraci¨®n de fuerza.
El conjunto deja cabos sueltos y no explora in¨¦ditos registros de comicidad, pero demuestra que el contingente de energ¨ªa creativa que ha estado aguardando en la red puede dar el salto a la gran pantalla y caer de pie.
Babelia
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