Zapatos
En El a?o del pensamiento m¨¢gico, Joan Didion aplica sus dotes de observaci¨®n literaria y period¨ªstica al proceso de la muerte y el luto por su marido, el tambi¨¦n escritor y guionista John Gregory Dunne. El texto fue transformado hace a?os en un mon¨®logo teatral que interpret¨® originalmente Vanessa Redgrave. En uno de los momentos m¨¢s memorables, la narradora repara en los zapatos del marido fallecido y cuidadosamente los coloca junto al armario y piensa: ¡°Para cuando regrese¡±. Las ¨²ltimas encuestas sobre intenci¨®n de voto en Espa?a evidencian el descr¨¦dito del Gobierno, ya patente hasta en la prensa internacional m¨¢s conservadora, pero tambi¨¦n la nula inyecci¨®n de confianza en las posibilidades de la oposici¨®n. Todo ello hace f¨¢cil volver a pensar en la escena de Didion. Da la sensaci¨®n de que los socialistas guardan los zapatos del muerto, para cuando vuelva. Tambi¨¦n ellos conf¨ªan quiz¨¢ en el pensamiento m¨¢gico.
Puede que el regreso al poder tenga mucho que ver con dejar que las olas te devuelvan a la playa. Pero no nos podemos permitir que los partidos pol¨ªticos sigan ejerciendo esa rutina tan da?ina para el pa¨ªs, confiando en el desgaste del rival, la ausencia de colaboraci¨®n y la inercia desoladora. Consumir los a?os de la oposici¨®n sin planificar, con esa prisa febril por llegar al poder, nos condena al tiempo malgastado, sin diligencia a la hora de elegir los altos cargos, conservando esa costumbre delirante de ofrecer los ministerios la tarde antes del nombramiento sin primar tiempo de estudio ni proceso formativo.
Que los votantes espa?oles, desesperanzados tras ver que los conservadores no logran la confianza internacional y la calma de los tiburones, castiguen tambi¨¦n la alternativa socialista es algo natural. El luto, y la pol¨ªtica tambi¨¦n, tiene ritmos mortuorios, empieza a superarse cuando se abandona el espejismo de la resurrecci¨®n. La izquierda malgast¨® su cr¨¦dito en un fracaso a¨²n cercano. El proceso pol¨ªtico se acelera, porque el mundo se acelera, y en la crisis democr¨¢tica los votantes se agarran a la ¨²nica ilusi¨®n a su alcance: la alternancia. Pero para que el dedo te se?ale has de dejar de sacar lustre a los zapatos de quien no volver¨¢ y empezar a caminar hacia el futuro, que es tan distinto del futuro que conoc¨ªamos.
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