?Qui¨¦n dispara, el psic¨®pata o el cine?
La tragedia de Denver reabre el debate sobre la tolerancia de los grandes estudios con la violencia de sus pel¨ªculas La masacre sucedi¨® antes de un pase de ¡®Batman¡¯
¡°?Est¨¢n las pel¨ªculas que vemos envenenando nuestra cultura, nuestra sociedad, nuestras mism¨ªsimas mentes?¡±. As¨ª arrancaba uno de los art¨ªculos m¨¢s rotundos que se han podido leer en Estados Unidos a cuenta del tristemente c¨¦lebre tiroteo de Denver, donde un pistolero llamado James Holmes mat¨® a 12 personas que se dispon¨ªan a ver el ¨²ltimo Batman, de Christopher Nolan.
Lo de verdad sorprendente es que la algarada, que relacionaba ¨ªntimamente la violencia en la gran pantalla con incidentes tan penosos como el de Denver, era obra de Kenneth Turan, veterano cr¨ªtico cinematogr¨¢fico del peri¨®dico Los Angeles Times. En su art¨ªculo, Turan exig¨ªa a los estudios que cambiaran su pol¨ªtica ante la violencia generada por sus productores, y a los legisladores les reclamaba que hicieran cumplir a rajatabla el sistema de calificaciones (como la que obliga a los menores a acudir a ciertas pel¨ªculas acompa?ados por un adulto) para tocar la verdadera fibra de Hollywood: el dinero. Extra?amente, solo tocaba de refil¨®n el cacareado asunto de la (inexistente) restricci¨®n de Colorado en cuanto a posesi¨®n de armas de fuego.
Para el cr¨ªtico estadounidense eso no era lo importante, como si el hecho de que un tipo cualquiera pudiera (a trav¨¦s de Internet) hacerse con cuatro armas de fuego y 6.000 balas fuera solo un detalle colateral. Solo Michael Moore, en una larga misiva, cargaba contra la lucrativa industria armament¨ªstica. Mientras, un senador republicano ped¨ªa m¨¢s armas (su razonamiento, ¡°si alguien hubiera tenido una pistola la cosa habr¨ªa acabado de otra manera¡±) y el actor Ice-T defend¨ªa el derecho de los estadounidenses a portar armas de fuego. Entretanto muchos callaban y arreciaban los art¨ªculos-denuncia contra el cine violento; algunos de ellos citaban el estudio del neuropsic¨®logo Jordan Graffman para el Instituto Nacional de la Salud en 2010, que relacionaba directamente videojuegos y actitudes violentas y aplicaba la misma p¨¢tina al mundo del cine.
As¨ª, en cuesti¨®n de dos d¨ªas, el gran debate al otro lado del Atl¨¢ntico era si hab¨ªa que obligar a los estudios a reducir la violencia en sus pel¨ªculas m¨¢s que a hablar de la rid¨ªcula legislaci¨®n del pa¨ªs para la compra y posesi¨®n de armas de fuego. Tan solo el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, propuso un gran debate nacional, para al menos tratar de vetar la venta de fusiles de asalto. Otros muchos art¨ªculos, publicados en revistas como Wired o peri¨®dicos digitales como el Huffington Post, enfatizaban la conexi¨®n (seg¨²n sus autores) entre el bombardeo de im¨¢genes violentas que sufren los adolescentes del pa¨ªs y los actos de locura que perpetran algunos de ellos (ya sea en Columbine o en un cine al aire libre).
¡°Creo que las pel¨ªculas deber¨ªan desvulgarizarse en todas las facetas: menos violencia exuberante, menos sexo est¨²pido, menos lenguaje cercano a la muerte cerebral, etc¨¦tera. Pero este es el punto m¨¢s importante que quiero subrayar: en algunos aspectos Estados Unidos es un sitio bastante salvaje. Mira la cantidad de violencia que tiene que ver con armas, la grotesca influencia de la Asociaci¨®n Nacional del Rifle tanto en el Gobierno como en la opini¨®n p¨²blica, la cantidad de violencia f¨ªsica, la cantidad de personas que retenemos en prisiones, la cantidad de personas que ejecutamos, la cantidad de civiles que matamos cuando invadimos Irak, nuestro retorno a la tortura como leg¨ªtimo instrumento de interrogaci¨®n, nuestra pol¨ªtica de retenci¨®n de gente contra la que ni siquiera hemos presentado cargos, nuestra aceptaci¨®n del permanente estado de guerra contra cualquiera que hayamos decidido declarar nuestro enemigo¡ y muchas cosas m¨¢s. Pon todas esas cosas en un lado de la balanza y las pel¨ªculas violentas en el otro y ahora dime que el pistolero de Colorado hizo lo que hizo porque la pel¨ªcula de Batman lo excit¨® much¨ªsimo. Va a ser que no¡±: la reflexi¨®n la traslada a EL PA?S v¨ªa telef¨®nica David Sterritt, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de Cr¨ªticos Estadounidenses.
A?ade Sterritt: ¡°No soy un gran defensor de esa m¨¢quina de hacer dinero que es Hollywood, pero este tipo de art¨ªculos que mencionas son in¨²tiles. Para empezar esta clase de pensamiento es inexcusable: hay violencia, a ver a qui¨¦n podemos culpar... mmm, culpemos a las pel¨ªculas. Es m¨¢s f¨¢cil que tratar de profundizar en la situaci¨®n de las familias, sistemas de control de la salud mental totalmente ineficientes, etc¨¦tera (¡) La legislaci¨®n para el control de armas de fuego no es la panacea, pero obviamente deber¨ªa haber alguna manera para poner dif¨ªcil a los psic¨®patas comprar toneladas de armamento¡±.
Sterritt es de los pocos cr¨ªticos estadounidenses que ha verbalizado lo que parece ser una posici¨®n mayoritaria en la profesi¨®n. Steven Rea, del Philadelphia Inquirer, admite en declaraciones a este diario: ¡°La historia de EE UU es violenta. Hollywood desde el principio convirti¨® las armas en algo ic¨®nico. Dicho esto, creo que tenemos un problema con el control de las armas de fuego, el lobby de las armas. Entiendo que visto desde Espa?a resulta dif¨ªcil de entender. Ese es un debate que lleva muchos a?os en marcha, que no solo toca las pel¨ªculas sino que se extiende a los videojuegos o las novelas gr¨¢ficas, y que tiene a gente a ambos extremos. No creo que Batman glorifique la violencia, pero si est¨¢s seriamente perturbado, y parece que James Holmes lo estaba, nadie sabe lo que esas im¨¢genes pueden causar en tu cerebro y c¨®mo puedes reaccionar. Es dif¨ªcil sacar conclusiones¡±.
Sea como fuere, de momento Warner Brothers, el estudio responsable de El caballero oscuro, la leyenda renace, ha decidido eliminar de uno de sus pr¨®ximos estrenos, Gangster squad, la escena de un tiroteo en el interior de un cine. Veremos si cunde el ejemplo.
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