Gore Vidal, cr¨ªtico mordaz del modo de vida americano, fallece a los 86 a?os
El prol¨ªfico y pol¨¦mico autor y ensayista fallece en California a los 86 a?os
¡°Como alguien que ha crecido en Washington DC, hab¨ªa escuchado con atenci¨®n las numerosas voces que suenan y resuenan en la galer¨ªa de los susurros¡±, dijo Gore Vidal a prop¨®sito de su novela La edad de oro. El escritor y ensayista falleci¨® anoche a los 86 a?os en su casa de California a causa de una neumon¨ªa.
Pocos autores han estado tan cerca del entramado de poder en Am¨¦rica como lo ha estado ¨¦l. Perteneciente a una familia de la aristocracia wasp de los Estados Unidos, afecta al Partido Dem¨®crata, ya el mismo trato con su abuelo Thomas Gore, senador dem¨®crata por Oklahoma, al que le¨ªa en voz alta durante una temporada en que padeci¨® de una ceguera temporal, puede decirse que lo familiariz¨® con el mundo m¨¢s elitista de la pol¨ªtica y de todos los negocios que esta lleva consigo.
Vidal naci¨® el 3 de octubre de 1925 en West Point, Nueva York, y creci¨® a la sombra de los centros de decisi¨®n de la vida norteamericana del siglo XX. Era un muchacho de gran inteligencia natural que, acompa?ada de una excelente formaci¨®n, dio como resultado una de las mentes m¨¢s l¨²cidas, beligerantes y receptivas de su ¨¦poca.
Su primera novela, La ciudad y el pilar de sal, en la que se muestra ya la tem¨¢tica gay, aunque de una manera bien candorosa, lejos de lo que ser¨ªan sus posteriores incursiones en el asunto, ya le caus¨® los primeros problemas y puede decirse que, desde entonces, la sociedad bienpensante norteamericana no le dio tregua ni ¨¦l a ella. Firme enemigo del imperialismo estadounidense, puede decirse que se convirti¨® en un problema permanente para sus compatriotas, lo cual, dada su veta exhibicionista, no pod¨ªa disfrutarlo m¨¢s. Sin embargo, no puede decirse de Gore Vidal que fuera un tipo insustancial; todo lo contrario: Vidal no toc¨® solo el campo de la novela, sino que ha sido uno de los m¨¢s punzantes, controvertidos y, a la vez, respetados periodistas de su pa¨ªs. Escribi¨® tambi¨¦n obras de teatro, dos de las cuales se estrenaron en Broadway con notable ¨¦xito; trabaj¨® como guionista para la Metro Goldwyn Mayer en la famosa pel¨ªcula Ben-Hur, colaboraci¨®n de la que sali¨® tan malparado que su nombre desapareci¨® de los t¨ªtulos de cr¨¦dito y provoc¨® la ira del actor Charlton Heston, que encontraba toques de homosexualidad en su personaje. Adem¨¢s, el valor de Vidal como ensayista pol¨ªtico y analista hist¨®rico corre parejas con su fama de novelista y quiz¨¢ la supera.
Gore Vidal nunca escondi¨® su homosexualidad, lo cual fue fuente de conflictos permanente, por ejemplo en un cara a cara con un influyente y reaccionario senador norteamericano que le reproch¨® su condici¨®n sexual, ante las c¨¢maras, de manera extraordinariamente agresiva, pero Vidal, hombre de exquisita educaci¨®n, siempre supo mantener la cara sin perderla nunca. Sent¨ªa debilidad por Italia y all¨ª empez¨® a pasar largas temporadas a partir de 1960, tras presentarse sin ¨¦xito como congresista por Nueva York, obteniendo de todos modos una importante cosecha de votos. Era un hombre inteligente, divertido, mundano y excepcionalmente culto; dotado de una capacidad cr¨ªtica aguda y valiente. Su mejor versi¨®n como novelista es la que enlaza la serie de novelas hist¨®ricas que comienza con Burr y sigue con Lincoln, Imperio, Hollywood y La edad de oro. ¡°Para quienes err¨®neamente ven la historia como un testimonio ver¨ªdico y la novela como una invenci¨®n ¡ªdijo a prop¨®sito de estas obras¡ª a veces puede ser exactamente al rev¨¦s¡±. En La edad de oro, se recogen, por ejemplo dos obsesiones de Vidal: una, la de que el ataque a Pearl Harbour pudo ser evitado, pues exist¨ªa evidencia suficiente de lo que se proyectaba; y dos, su encendida defensa de la abstenci¨®n de Norteam¨¦rica en la guerra de Europa, idea que m¨¢s adelante matiz¨® considerando que hab¨ªa sido un buen trabajo de todos modos.
En realidad, el deseo de Vidal de estar siempre en el candelero jug¨® a su favor y en su contra. Le concedi¨® una fama de escandalosa con la que sin duda ¨¦l disfrutaba, pero quiz¨¢ ese permanente estar en medio de la pol¨¦mica le rest¨® alguna fuerza creativa; sin embargo, su voz siempre tuvo eco y estuvo cargada de raz¨®n porque su mordacidad, como demuestra la s¨¢tira Myra Breckindridge, era su mejor arma, adem¨¢s de poseer una mente anal¨ªtica privilegiada. Quiz¨¢ su obra maestra sea A memory considerada como un texto excepcional de relato autobiogr¨¢fico.
En los ¨²ltimos a?os se enfrent¨® con verdadera dureza a George Bush y al grupo de empresarios del petr¨®leo que lo rodeaban y, como en el caso de Roosvelt y Pearl Harbour, puso en cuesti¨®n la actitud de su Gobierno con respecto a los intereses que se escond¨ªan tras la utilizaci¨®n del 11-S. Gore Vidal, un hombre extremadamente l¨²cido, fue odiado y amado con la misma intensidad, pero ha sido sin duda una personalidad extraordinariamente influyente, y controvertida, en la opini¨®n p¨²blica norteamericana.
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