Se busca arte perdido: raz¨®n, aqu¨ª
La Tate de Londres presenta una revolucionaria muestra virtual La exposici¨®n rescata obras c¨¦lebres robadas, quemadas o destruidas por sus creadores
Una tarde de septiembre de 1925, montada en aquel tranv¨ªa que al descarrilar qued¨® clavado por siempre en sus entra?as, Frida Kahlo mir¨® a la muerte de frente. Tiempo despu¨¦s, a sus simb¨®licos 33 a?os, la sent¨® con ella a la mesa. Era 1940 cuando la artista mexicana plasm¨® en La mesa herida una cascada de referencias sobre su sufrimiento.
Ser¨ªa o no la influencia de la parca acechando entre las pinceladas pero lo cierto es que, ir¨®nicamente, aquel enorme lienzo de 121,6 x 245,1 cent¨ªmetros, el m¨¢s grande que jam¨¢s realizara, se evapor¨® sin dejar huella. A d¨®nde fue a parar contin¨²a siendo un misterio. En 1946 la artista lo confi¨® al embajador ruso en M¨¦xico y se sabe que despu¨¦s se mostr¨® en Polonia, donde se encontraba en 1955. Hasta ah¨ª alcanzan los anales. Como La mesa herida, centenares de obras del ¨²ltimo siglo se encuentran desaparecidas. The gallery of lost art, una ins¨®lita exposici¨®n virtual organizada por la Tate londinense en colaboraci¨®n con el canal de televisi¨®n Channel 4, hace acopio de documentaci¨®n, im¨¢genes, testimonios y documentos que perviven de 40 ejemplos de este arte en ausencia. Y como ellas, acabar¨¢ por desvanecerse, cuando el 1 de julio de 2013 la p¨¢gina web se funda en negro.
No todas las obras de arte desaparecen tan misteriosamente como la de Kahlo. Algunas son, simplemente, piezas ef¨ªmeras. En otros casos han sido robadas, desestimadas por el artista, destruidas o rechazadas. The gallery of lost art propone hasta diez categor¨ªas que definen el estado de inexistencia de las obras, y presenta cuatro ejemplos de cada una de ellas. ¡°Mucha gente est¨¢ c¨®moda con la idea de que obras antiguas hayan desaparecido con el paso del tiempo, pero les parece chocante que se hayan perdido otras recientes¡±, se?ala Jennifer Mundy, comisaria de la muestra y jefa de investigaci¨®n de colecciones de la Tate.
Tras dos a?os de b¨²squeda y recopilaci¨®n de documentaci¨®n, de rastrear el patrimonio de artistas fallecidos y de contactar con otros que viven, encontr¨® multitud de casos contempor¨¢neos. ¡°Estas 40 piezas son solo la punta del iceberg, pero son representativas de las diferentes formas en las que el arte puede perderse¡±.
Por el mismo agujero negro adonde fue a parar La mesa herida cayeron creaciones de Joseph Beuys, Willem de Kooning, Egon Schiele o Pablo Picasso. ¡°El objetivo es plantear la cuesti¨®n de por qu¨¦ importa y qu¨¦ consecuencias tiene que estas obras ya no se puedan ver f¨ªsicamente¡±. Espa?a no es ajena a estos avatares. Aunque en el portal de la Tate se har¨¢ referencia a una de las monumentales esculturas de Richard Serra perdida en Nueva York, en 2005, los responsables del Reina Sof¨ªa echaron de menos la poco discreta Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, de 38 toneladas, que se guardaba en los dep¨®sitos del museo. Nunca m¨¢s se supo. El artista realiz¨® otra nueva gratuitamente para la instituci¨®n madrile?a.
All the people I have ever slept with, la intim¨ªsima instalaci¨®n de Tracey Emin en la que recreaba en el interior de una tienda de campa?a los nombres de todas las personas con las que hab¨ªa compartido cama, qued¨® reducida a cenizas cuando, en 2004, qued¨® atrapada en el incendio que asol¨® el almac¨¦n en donde el coleccionista Charles Saatchi ten¨ªa guardado m¨¢s de medio centenar de ejemplos cumbre del arte contempor¨¢neo.
Tambi¨¦n sucumbi¨® presa de las llamas buena parte de la producci¨®n del arstista conceptual John Baldessari, aunque en su caso medi¨® intenci¨®n y alevos¨ªa. El artista quem¨® en 1970 todas las pinturas que hab¨ªa realizado entre 1953 y 1966, como parte de su Proyecto de cremaci¨®n. ¡°Aunque creo que me recordar¨¢n como el t¨ªo que pon¨ªa puntos en las caras de la gente¡±, dice en el divertido v¨ªdeo Breve historia de John Baldessari, narrado por Tom Waits, que se puede encontrar en la web, que incluye abundante material audiovisual como parte de la documentaci¨®n.
Pensada para que el espectador pueda ¡°sumergirse¡± en ella, esta muestra, la primera que organiza la Tate en versi¨®n online, presenta distintas v¨ªas de aproximaci¨®n. Si se accede a trav¨¦s del nombre del artista, ahora mismo se pueden encontrar 20 ejemplos. Los otros 20 se ir¨¢n a?adiendo a lo largo de los pr¨®ximos seis meses, para ¡°animar al p¨²blico a que visite la p¨¢gina¡±.
Adem¨¢s de im¨¢genes, hay an¨¢lisis de expertos, informaci¨®n sobre los antecedentes de la obra, las circunstancias de la desaparici¨®n o datos sobre piezas relacionadas. Si se bucea a trav¨¦s de la categor¨ªa, la comisaria explica las peculiaridades de cada forma de desaparici¨®n. Un blog a?ade enlaces a otras p¨¢ginas, al material audiovisual, y permite la interacci¨®n del p¨²blico, que puede dejar sus comentarios.
El conjunto resulta en la exposici¨®n m¨¢s ambiciosa realizada sobre esta cuesti¨®n. Aunque, como su contenido, el continente est¨¢ destinado a la extinci¨®n. ¡°Las exposiciones son temporales, y quer¨ªamos traducir eso a la esfera virtual¡±, explica la comisaria. Existe adem¨¢s una raz¨®n pr¨¢ctica: la Tate ha pagado por un a?o de derechos de reproducci¨®n. ¡°Y no hay presupuesto de continuidad¡±. S¨ª que habr¨¢, no obstante, una labor de preservaci¨®n de algunos elementos de la web. Mundy, adem¨¢s, elaborar¨¢ un libro sobre el proyecto. "El portal tendr¨¢ as¨ª una segunda vida". La misma que no disfrutaron las piezas expuestas en la Red.
Babelia
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