Tom Cruise se desata
Escena inicial: una chica deja su pueblo y viaja en autob¨²s a Los ?ngeles en busca de la gloria como cantante; durante el trayecto, abre una caja que agarra como un tesoro y all¨ª est¨¢n, sus preciados discos de vinilo; de pronto, comienza a cantar para expresar sus sentimientos, a la manera del musical cl¨¢sico, y la siguen los dem¨¢s pasajeros, como un coro griego. Es una buena secuencia de arranque, un homenaje a otra ¨¦poca, en la que el soporte f¨ªsico de la m¨²sica a¨²n era motivo de delectaci¨®n, en la que el musical era un g¨¦nero espectacular, vivo y efervescente. Y, sin embargo, conforme avanza la pel¨ªcula, la dura realidad se va imponiendo: Rock of ages, adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica del musical nacido precisamente en Los ?ngeles, y representado, entre otros, en los teatros del neoyorquino Broadway y el West End londinense, es un producto genuinamente contempor¨¢neo: indolente, insustancial, blanco, que va de gamberro pero que s¨®lo es ligeramente travieso, quiz¨¢ como los tiempos que corren.
ROCK OF AGES
Direcci¨®n: Adam Shankman. Int¨¦rpretes: Julianne Hough, Diego Boneta, Tom Cruise, Catherine Zeta-Jones, Alec Baldwin. G¨¦nero: musical. EE UU, 2012. Duraci¨®n: 123 minutos.
Ambientado en la d¨¦cada de los ochenta, durante los a?os previos a la eclosi¨®n de los grupos de pop para quincea?eras, el musical presume de esp¨ªritu rock, pero, por mucho que se r¨ªa expl¨ªcitamente de grupos como los Backstreet Boys frente a la presunta dureza del glam metal, Rock of ages, pasado por una batidora de levedad y con una historia central lastimosamente parecida a Burlesque, el infecto musical de Christina Aguilera y Cher de hace un par de a?os, est¨¢ mucho m¨¢s cerca de High school musical que, por poner un ejemplo, del alma contestataria de Hair. Lanzan la piedra, como en el baile en la iglesia de las madres pijas ultracat¨®licas, para luego esconder la mano: es m¨¢s una broma que una provocaci¨®n.
La sorprendente presencia de Tom Cruise como estrella decadente, borracha y mujeriega (y adem¨¢s cantando con gran fuerza), sin duda lo mejor de la pel¨ªcula, solo sirve para demostrar una vez m¨¢s (?recuerdan Tropic Thunder?) que, frente a sus detractores, Cruise es muy capaz de re¨ªrse de s¨ª mismo, pero la sobredosis de baladas (ya sabemos que era algo consustancial a grupos como Bon Jovi o Europe, pero, ?m¨¢s de la mitad de las canciones?), la convencional puesta en escena de Adam Shankman y el nulo carisma de la joven pareja protagonista, que adem¨¢s debe bregar con una trama entre insulsa e idiota, provocan que, un a?o m¨¢s, la resurrecci¨®n del musical a¨²n est¨¦ por llegar.
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