Martine Franck, la fot¨®grafa que aprendi¨® a decir no
Cre¨® y presidi¨® la Fundaci¨®n Henri Cartier-Bresson, dedicada a la obra de su marido
En las postrimer¨ªas de su vida, Henri Cartier-Bresson (HCB) resolvi¨® abandonar la fotograf¨ªa y entregarse cual cristiano renacido a la pintura, arte absoluto que, en un canto de sirena tard¨ªo, promet¨ªa colmar sin l¨ªmites su pulsi¨®n est¨¦tica. Antes de cambiar la pel¨ªcula por los pinceles y los bocetos, el fot¨®grafo hab¨ªa roto otras nupcias: las que le unieron a una bailarina de Java, Ratna Mohini. El vac¨ªo resultante ser¨ªa cubierto por una fot¨®grafa t¨ªmida, elegante, belga franc¨®fona pero con educaci¨®n anglosajona, que acabar¨ªa siendo su confidente, su albacea y la perpetuadora de su memoria y legado: Martine Franck.
El pasado jueves 15, Franck (Anvers, B¨¦lgica, 1938) muri¨® tras pasar una temporada enferma despu¨¦s de haber vivido una larga y fecunda vida entregada a su pasi¨®n, que le permiti¨® sobrepasar su condici¨®n de viuda de HCB y dejarnos un archivo valioso de retratos, reportajes documentales y escenas costumbristas y paisaj¨ªsticas.
Hablar de Franck, miembro de la agencia Magnum desde 1980, implica hablar de generosidad. Su entrega radica en que, m¨¢s all¨¢ de su propia aportaci¨®n como fot¨®grafa, realiz¨® un esfuerzo ¨ªmprobo para gestionar la memoria, el conocimiento y los archivos del cofundador de Magnum Photos y del fotoperiodismo moderno. Fue ella quien cre¨® y presidi¨®, apoyada por su hija M¨¦lanie, la parisina Fundaci¨®n Henri Cartier-Bresson, un notable ejemplo de gesti¨®n cultural que, al igual que la Maison de la Photographie Robert Doisneau de Gentilly, ha sido desde sus or¨ªgenes lugar de gozosa peregrinaci¨®n para los estudiosos de la fotograf¨ªa.
Sobrepas¨® su condici¨®n de viuda con una valiosa obra personal
Entre Henri y Martine se produjo un trasvase de cari?o y experiencias, pero tambi¨¦n de conocimientos. En una entrevista de 2010 con Mark Bussell, exeditor de fotograf¨ªa de The New York Times, Franck se?alaba que el maestro de la fotograf¨ªa documental le hab¨ªa ense?ado a decir no, es decir, ¡°a ser selectiva y no mostrar nunca im¨¢genes que no quisiera ver publicadas¡±.
Si se revisa el archivo disponible en Magnum o se hojea, por ejemplo, las monograf¨ªas publicadas por Actes Sud (Venus d'Ailleurs, Fables) es imposible no llegar a la conclusi¨®n de que, efectivamente, supo elegir con mimo las im¨¢genes que quer¨ªa captar y los negativos que quer¨ªa dar a luz.
Su dedicaci¨®n a la imagen hay que atribuirla a una amiga de la infancia, la dramaturga Ariane Mnouchkine, con quien empezar¨ªa a fotografiar las giras del Th¨¦?tre du Soleil (Teatro del Sol). Como recoge la periodista Annick Cojean en su introducci¨®n al volumen de la colecci¨®n cl¨¢sica Photo Poche, su viaje en 1962 por Afganist¨¢n, India, China y Jap¨®n ser¨ªa fundamental para determinar la vocaci¨®n de Franck, que antes hab¨ªa estudiado arte en la Universidad Complutense de Madrid y en la Escuela del Louvre.
Abord¨® en sus reportajes la serenidad de la vejez, la religi¨®n tibetana y la lucha de emancipaci¨®n de la mujer
Durante su carrera, no solo trabaj¨® como freelance para varias publicaciones (Life, Fortune, Vogue, The New York Times), sino que fue miembro de la Agencia VU y cofund¨® la agencia Viva.
Adem¨¢s de sus proyectos teatrales, entre los que destacan el que hizo sobre el montaje de Bob Wilson de las F¨¢bulas de La Fontaine para la Com¨¦die Fran?aise, Franck se volc¨® en sus reportajes a trav¨¦s de Oriente, donde abord¨® temas como la serenidad de la vejez, la religi¨®n tibetana y los esfuerzos de emancipaci¨®n de la mujer. Su c¨¢mara le permiti¨® tambi¨¦n testimoniar la transformaci¨®n de su Francia adoptiva y la sociedad de Estados Unidos, Irlanda y Reino Unido, en un estilo documentalista heredero del de su mentor.
Wayne Ford la entrevist¨® para Creative Review con motivo de su retrospectiva de 35 a?os de trabajo en la galer¨ªa Hackelbury de Londres. Del di¨¢logo se deduce no solo la sensibilidad de Franck, sino su lucidez a la hora de anticipar, en 2001, el declive del fotoperiodismo impreso. ¡°Los peri¨®dicos de ahora¡±, dijo entonces, ¡°son un desastre absoluto, ya no trabajamos para ellos¡±.
Su ¨²ltima gran exposici¨®n fue la titulada Venidos de fuera. Pintores y escultores en Par¨ªs desde 1945, el pasado invierno en la Maison Europ¨¦ene de la Photographie de Par¨ªs. Era su homenaje a Francia como tierra de acogida de artistas e intelectuales exiliados y un ejemplo de un proyecto vital que la llev¨® a fotografiar a Balthus, Foucault, Chagall, Giacometti, Kert¨¦scz y Strand, entre muchos otros. En la pasada primavera volver¨ªa a ser expuesta en la galer¨ªa Claude Bernard.
Quiz¨¢ una de sus im¨¢genes m¨¢s simb¨®licas es la que tom¨® en Par¨ªs en 1992. De espaldas, reflejado en un espejo colgado de una ventana, aparece Cartier-Bresson mientras dibuja su propio retrato: una met¨¢fora limpia y rom¨¢ntica repleta de referencias.
De la huella que Martine Franck despert¨® en la comunidad fotogr¨¢fica sirva como muestra esta frase de Jean-Jacques Naudet, redactor jefe de Le Journal de la Photographie: ¡°El bosque de las almas a las que hemos amado y admirado se hace m¨¢s espeso¡±.
Babelia
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