El M¨¦xico m¨¢s mexicano
El documental ¡®Hecho en M¨¦xico¡¯ de Duncan Bridgeman se estrena el 21 de septiembre Participan figuras como Juan Villoro, Chavela Vargas y Diego Luna
¡°El imperio de los chingones terminar¨¢ cuando los agachados dejen de admirarlos, pero mientras tanto ambos bandos colaboran en la destrucci¨®n del pa¨ªs¡±. Lo dijo el escritor mexicano Enrique Serna sobre El laberinto de la soledad de Octavio Paz, considerado el mayor ensayo sobre la mexicanidad. El documental Hecho en M¨¦xico, del brit¨¢nico Duncan Bridgeman, refleja una nueva ¨¦poca en la que, aunque los chingones siguen chingando, los agachados ya no est¨¢n tan agachados, ni son tan adulones. El filme estren¨® el festival MexFest de Londres el pasado viernes y llega a los cines el 21 de septiembre. Las im¨¢genes prometen una fiesta para los sentidos. Tal como el pa¨ªs al que representan.
A pesar de la violencia, el fraude, la corrupci¨®n, la desigualdad y las p¨¦simas noticias que d¨ªa a d¨ªa aparecen en los medios, M¨¦xico siempre se hace querer. Sus habitantes, lejos del patriotismo barato de bandera e himno nacional, declaran el amor a su tierra, a su comida y a su naturaleza. Y as¨ª es Hecho en M¨¦xico, una declaraci¨®n de amor colectiva a un pa¨ªs ¨²nico. El tr¨¢iler es un fiel reflejo de lo que un extranjero encuentra en el territorio azteca: un imaginario ¨²nico y surrealista, con una energ¨ªa inigualable que a veces deja sin respiraci¨®n. Un universo que aglomera las culturas m¨¢s contradictorias que nadie pudiera imaginar y que est¨¢ experimentando cambios decisivos en los que se juega su vigorosa identidad. Sobre ello reflexionan intelectuales como Juan Villoro y Elena Poniatowska, actores como Diego Luna y Daniel Gim¨¦nez Cacho, y sobre todo m¨²sicos de muy distintas tendencias como Lila Downs, Chavela Vargas, Le¨®n Arregui, Alejandro Fern¨¢ndez, Adanowsky y Julieta Venegas entre otros.
El tr¨¢iler es fren¨¦tico y adictivo. Un clavadista salta al mar desde una roca mientras un luchador enmascarado simula pisar la cabeza de su enemigo. Una pir¨¢mide contempla el atardecer crepuscular de la selva y un rascacielos asoma su rostro cristalino en medio del smog de la capital. Mientras una jaur¨ªa humana colisiona cruzando la calle, un ni?o canta una cumbia en lengua ind¨ªgena en medio del p¨¢ramo. Gente humilde conviviendo con la naturaleza. Gente sofisticada desvivi¨¦ndose en una ciudad monstruosa. Sonidos, coraz¨®n, espiritualidad, esperanza¡ Cualquier documental que hable sobre M¨¦xico arrancar¨ªa con alguna de estas estampas. Este experimento musical apuesta por todas ellas, para mostrar la belleza en el contraste, como un mural de Diego Rivera.
Conversaciones esclarecedoras, una fotograf¨ªa deliciosa y ritmos endiablados que hacen bailar a ricos y a pobres. Una reflexi¨®n musical sobre la mexicanidad, en clave documental. ?Conseguir¨¢ cumplir la expectativa del tr¨¢iler e ir m¨¢s all¨¢ que un videoclip simp¨¢tico y folcl¨®rico?
Babelia
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