Desalojado tras 22 a?os el Tacheles, emblema del Berl¨ªn ¡®okupa¡¯
El edificio ofrec¨ªa talleres y exposiciones art¨ªsticas Ser¨¢ reconvertido en un centro cultural, seg¨²n el Gobierno regional
De buena ma?ana, como acostumbran, llegaron el martes los encargados del desahucio a la mole del Tacheles. Hace 22 a?os que la hab¨ªan tomado los primeros inquilinos ilegales, que entonces colgaron de la fachada el lema: ¡°Los ideales est¨¢n arruinados, salvemos la ruina¡±. La Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) se acababa de hundir con un largo bostezo. El proyecto okupa del Tacheles parece haberse apagado igual: sin resistencia ni violencia ninguna, tras languidecer durante a?os.
El edificio ofrec¨ªa un espacio barato para estudios y exposiciones art¨ªsticas en una de las mejores zonas de la ciudad. Pero al final de sus d¨ªas, muchos berlineses ve¨ªan en el Tacheles poco m¨¢s que una atracci¨®n tur¨ªstica. Como las prostitutas de tac¨®n alto y los restaurantes caros y malos de la Oranienburger Strasse, el Tacheles termin¨® siendo una cosa para for¨¢neos. La an¨¦mica manifestaci¨®n de protesta del pasado s¨¢bado apenas dejaba lugar a dudas: el destino del Tacheles no moviliza. Al desalojo del martes acudieron casi tantos periodistas y fot¨®grafos como manifestantes. La mayor¨ªa de los 100.000 firmantes del manifiesto que pide la conversi¨®n del Tacheles en una fundaci¨®n prefirieron quedarse en casa.
El Tacheles es un artefacto maloliente, pintarrajeado y tremendo. En el amplio parque tem¨¢tico de remedos de tiempos quiz¨¢ m¨¢s turbulentos, punk o an¨¢rquicos de Berl¨ªn, el Tacheles equivale al palacio de Cenicienta.
Fue un centro comercial hasta la Guerra. Tras la ca¨ªda del Muro en 1989, las autoridades aprobaron su demolici¨®n, pero los okupas la impidieron. Esa parte de Berl¨ªn Oriental era una pura ruina. El edificio ocupado se convirti¨® muy pronto en una atracci¨®n para artistas de todo el mundo. Parad¨®jicamente, este ¨¦xito contribuy¨® al desarrollo general de la antigua Juder¨ªa berlinesa.
En 1998, un grupo de inversores se hizo con la propiedad. Planearon un hotel de lujo y apartamentos caros. Un proyecto absurdo para la arruinada capital de Alemania, que es incapaz de construir un aeropuerto. Quebr¨® y el edificio qued¨® en manos del tambi¨¦n arruinado HSH Nordbank, que lo sacar¨¢ a subasta.
Hasta 2011 tuvo su cine, su caf¨¦ (llamado Zapata) y otros atractivos que se fueron tornando m¨¢s comerciales con el tiempo. Hace algo m¨¢s de un a?o, la mitad de los viejos inquilinos decidi¨® abandonar el edificio a cambio de dinero. Un mill¨®n de euros para los okupas del Zapata y de los bares. El resto decidi¨® quedarse y prometi¨® aguantar indefinidamente. En junio, un tribunal orden¨® el desalojo del teatro y de la galer¨ªa de arte. Poco despu¨¦s, la Oficina de Urbanismo cerr¨® el paso a los turistas. Los peritos municipales hab¨ªan tardado 22 a?os en percatarse de supuestas deficiencias en las medidas contra incendios. Cortaron parte del suministro el¨¦ctrico. Los artistas pudieron quedarse, pero el desenlace era ya cuesti¨®n de tiempo.
Seg¨²n el Senado (Gobierno regional) de Berl¨ªn, los 1.200 metros cuadrados tendr¨¢n uso cultural. Est¨¢ por ver, porque la enorme superficie es un aut¨¦ntico tesoro inmobiliario en el coraz¨®n de Berl¨ªn.
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