Disparando contra el odio y el miedo
Visa pour l¡¯Image, cumbre mundial del mejor fotoperiodismo, pone el foco sobre el miedo, la religi¨®n y los dogmas como caldo de cultivo del fanatismo
¡°Puto terrorista¡±. Esa fue la imprecaci¨®n que escuch¨®, at¨®nita, la pareja de fot¨®grafos suizos Mathias Braschler y Monika Fischer cuando se dispon¨ªa a retratar a un vecino del barrio londinense multirracial de Brick Lane. El insulto estaba dirigido a su retratado, que hab¨ªa sido reconocido por un transe¨²nte como una de las personas que fueron encarceladas en Guant¨¢namo y, posteriormente, liberadas. Sin pruebas, ni cargos formales. Ahora, su rostro figura expuesto en la Iglesia de los Dominicos de Perpi?¨¢n (Francia), como parte de un trabajo documental sobre el campo de detenci¨®n estadounidense en el festival internacional de fotoperiodismo Visa pour l¡¯Image. La imagen tambi¨¦n sirve de prueba de la irremediable tendencia del ser humano a actuar entre el impulso visceral y la cerraz¨®n tribal ante el miedo, la ignorancia o la suma de ambas.
El proyecto llev¨® a los fot¨®grafos a retratar a personas de diferentes pa¨ªses, etnias y creencias, unidos por el trauma y la verg¨¹enza de haber sufrido malos tratos tras ser considerados terroristas por el gobierno de EE UU. ¡°Para las v¨ªctimas¡±, explica Monika Fischer, ¡°lo peor fue la tortura mental¡±. Pese al trauma, la pareja qued¨® sorprendida: esperaban encontrar ¡°mucho m¨¢s odio y sed de venganza¡±. ¡°Algunos de los que han pasado por Guant¨¢namo creen que, aunque haya injusticia en la Tierra, all¨¢ arriba [el expresidente George W.] Bush y sus camaradas pagar¨¢n por ello¡±, afirma su pareja y coautor del reportaje, Mathias Braschler.
El trabajo de Guant¨¢namo, financiado por la edici¨®n estadounidense de la revista Vanity Fair (compr¨® los derechos exclusivos para el mundo de habla inglesa, donde nunca se public¨®), ejemplifica bien las tendencias dibujadas por la gran cumbre mundial de la fotograf¨ªa: el miedo, la superstici¨®n y la irracionalidad son algunos de los temas transversales de esta edici¨®n, tanto en las exposiciones como en las proyecciones audiovisuales nocturnas al aire libre. Tambi¨¦n se deja sentir en los reportajes expuestos una buena dosis de cr¨ªtica a la superstici¨®n y a la religi¨®n como excusa para el control de los ciudadanos.
El estadounidense Jim Lo Scalzo e Ilvy Njiokiktjien reflejan, respectivamente, el resurgir de la extrema derecha en EE UU (Aryan Nations, Ku Klux Klan) y en Sud¨¢frica (campos de entrenamiento paramilitares para adolescentes Afrikaners); Lizzie Sadin aborda la deriva xen¨®foba y ultranacionalista de Viktor Orban en Hungr¨ªa, mientras que Marco Dal Maso y Jean-Patrick Di Silvestro retratan el neofascismo en Italia.
Lacerante es la realidad de los matrimonios con ni?as en India, Yemen y Afganist¨¢n que expone Stephanie Sinclair. O esta escena fotografiada por Robin Hammond, del colectivo brit¨¢nico Panos: un jeque de Somalilandia (?frica Oriental) recita fragmentos del Cor¨¢n hablando a dos tubos conectados a los o¨ªdos de una paciente mental. Lo hace con la esperanza de sanarla. La religi¨®n est¨¢ presente tambi¨¦n en la serie de B¨¦n¨¦dicte Kurzen sobre Nigeria, las disputas entre cristianos y salafistas y su impacto en la poblaci¨®n de un pa¨ªs sometido a una lucha despiadada por el control de los recursos petrol¨ªferos.
En Perpi?¨¢n se siente tambi¨¦n estos d¨ªas un cierto v¨ªnculo entre la religi¨®n y la obsesi¨®n cuasim¨ªstica por la tecnolog¨ªa y el consumo de aparatos electr¨®nicos, una cuesti¨®n presente en el reportaje sobre los desechos electr¨®nicos presentado por Stanley Greene. Miembro del colectivo Noor, recoge los efectos del marketing religioso que, en su opini¨®n, nos impone la constante renovaci¨®n de material electr¨®nico de obsolescencia programada: contaminaci¨®n de tierras y acu¨ªferos, explotaci¨®n laboral, trabajo infantil, enfermedades mentales y creaci¨®n de cementerios de e-desechos.
Visa es tambi¨¦n un lugar donde descubrir o redescubrir talentos y apreciar el esfuerzo por tratar asuntos a los que los medios tradicionales no prestan atenci¨®n. Es el caso de Sebasti¨¢n Liste, alicantino establecido en Brasil, que ha recibido el premio R¨¦mi Ochlik de J¨®venes Fotorreporteros y la codiciada beca Getty de Fotograf¨ªa Documental.
Liste participa con su proyecto Urban Quilombo, sobre una comunidad establecida en una antigua f¨¢brica de chocolate en Salvador de Bah¨ªa que fue demolida por las autoridades y realojada a decenas de kil¨®metros de la ciudad. ¡°Me cautiv¨®, como soci¨®logo, ver de qu¨¦ forma gente que viv¨ªa en la calle se hab¨ªa creado una sociedad dentro de una sociedad para sobrevivir y tener una vida m¨¢s digna¡±, explica.
Esa misi¨®n, devolver cierta dignidad a sus retratados, tambi¨¦n parece unir a los fotorreporteros escogidos por el director de Visa pour l¡¯Image, Jean Fran?ois Leroy, un tipo empe?ado en ofrecer un registro anual de la actualidad: desde los conflictos generados por los recortes y la miseria en Grecia, vistos por fot¨®grafos de la Agencia France-Presse, a la asistencia sanitaria en Siria, vista por el fot¨®grafo Mani. Otro de sus empe?os es rendir homenaje con una triste cadencia a los ca¨ªdos en combate: el trabajo sobre la Primavera ?rabe del fotorreportero R¨¦mi Ochlik, fallecido en Homs (Siria) junto con Marie Colvin, vuelve a ser mostrado en Perpi?¨¢n ocho a?os despu¨¦s de que la ciudad viera sus primeras fotos tomadas en Hait¨ª.
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