Las afueras

Que el presidente de la Generalitat haya elegido irse fuera de La Moncloa para ofrecer su rueda de prensa posterior a la reuni¨®n que tuvo con el presidente del Gobierno merece cierta reflexi¨®n est¨¦tica.

Resulta evidente, aunque no se haya subrayado demasiado, que el presidente catal¨¢n no quer¨ªa aparecer detr¨¢s de un letrero que aludiera al hecho de que estaba en territorio del Gobierno de Espa?a, donde estaba de visita.

Prefiri¨® Mas trasladarse a la sede madrile?a de la Generalitat para ofrecer desde all¨ª su valoraci¨®n de lo que hab¨ªa sucedido intramuros del territorio en el que lo hab¨ªa recibido su anfitri¨®n. Dicen los comentaristas pol¨ªticos que el guion de ese encuentro estaba ya escrito, tanto en un lado como en el otro de aquellos sof¨¢s inmaculados en los que los pol¨ªticos (el local y el visitante) gesticulaban para beneficio de los fot¨®grafos.

Esta vez esa gesticulaci¨®n parec¨ªa tan importante que hasta los peri¨®dicos (este tambi¨¦n) contaron someramente lo que tambi¨¦n someramente fue objeto de ese small talk de ambos contertulios. Hablaron, dijeron los que los escucharon, de las vacaciones que ambos hab¨ªan disfrutado el ¨²ltimo verano. Luego forcejearon durante dos horas, y acabado este coloquio en el que, al parecer, cada uno dijo lo que ya se sab¨ªa que iba a decir, el se?or Mas abandon¨® al se?or Rajoy a su suerte y fue a instalarse en territorio propio, en su embajada.

A m¨ª me pareci¨® francamente un exceso ese desplazamiento, y en todo caso un agravio comparativo. Porque, independientemente de las distancias que nos separan de Finlandia (con respecto a Madrid y con respecto a Barcelona), es bien cierto que el primer ministro finland¨¦s no tuvo escr¨²pulo en servir a los periodistas con sus opiniones desde el palacio de la Moncloa cuando estuvo aqu¨ª hace unos d¨ªas, en lugar de irse a la Embajada finesa.

?Por qu¨¦ Mas no quiso esos servicios? Viendo por la tele todos estos tejemanejes de la pol¨ªtica, resulta evidente que Mas quer¨ªa decir mucho m¨¢s con esa excursi¨®n a las afueras de La Moncloa que lo que en definitiva dijo cuando rompi¨® a hablar. Manca finezza. Ahora es cuando m¨¢s hace falta aqu¨ª lo que Andreotti echaba de menos en la pol¨ªtica espa?ola. Menos solemnidad, m¨¢s finura.