La calle se cuela en la sala
'Naturaleza muerta en una cuneta', en el Valle-Incl¨¢n de Madrid, propone un 'thriller' policiaco en torno al asesinato de una joven
Si un asesinato puede provocar, casi a la vez, desaz¨®n y risas, probablemente estemos hablando de ficci¨®n. Invocar ambas sensaciones, y sobre todo, entretener, es la meta que se proponen los seis actores de Naturaleza muerta en una cuneta, en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid, hasta el 21 de octubre. El texto, basado en el original del dramaturgo y actor italiano Fausto Paravidino, ha sido ¡°muy adaptado, en un proceso muy largo¡±, para dar lugar a la representaci¨®n que dirige Adolfo Fern¨¢ndez, que es tambi¨¦n uno de los protagonistas.
¡°Se trata de un thriller policiaco con algo de comedia¡±, explica Fern¨¢ndez. ¡°Los personajes son todos unos parias a los que todo les sale mal. Destruyen todo y se destruyen a s¨ª mismos¡±. La m¨¢s de una docena de protagonistas que rondan por el escenario, tomado por un muro de 30 metros cuadrados que se transforma de carretera a hospital, estaci¨®n de polic¨ªa, habitaci¨®n y hasta inodoro, cobran vida de manos de Susana Abaitua, Sonia Almarcha, David Castillo, Ismael Mart¨ªnez, Ra¨²l Prieto y el propio Fern¨¢ndez. Entre todos hacen de prostitutas, polic¨ªas, padres, novios, camellos y dem¨¢s individuos relacionados con el misterioso asesinato de una joven que aparece abandonada en una cuneta. "Lo que se ve es pura calle", se?ala el director.
Por encima del propio acto criminal, la obra abarca varias cuestiones de car¨¢cter social. ¡°Habla de la falta de comunicaci¨®n entre padres e hijos y de la criminalizaci¨®n de la inocencia, el tratar de explicar que el muerto hab¨ªa elegido su destino de alguna manera¡±, indica el director. El car¨¢cter desproporcionadamente medi¨¢tico de algunos asesinatos ¨Cv¨¦anse, como ¨¦l mismo apunta, los casos de Marta del Castillo o de los ni?os Ruth y Jos¨¦-, tambi¨¦n se pone en tela de juicio. ¡°Putos periodistas¡±, dice el inspector Salti, a quien interpreta Fern¨¢ndez, en un momento de la funci¨®n. Tras descubrir el cad¨¢ver junto a una carretera, el detective dice tener solo 16 horas antes de que la noticia explote en los medios, lo que da lugar a una b¨²squeda contrarreloj del culpable.
Los temas, los interrogantes y las dudas se ponen sobre la mesa, pero no hay una moralina tras las palabras. ¡°El autor quiere que la lectura la haga el p¨²blico¡±. El puro placer de sentarse a ver una obra de teatro y pasarlo bien tambi¨¦n forma parte de la lista de ingredientes. ¡°Hay un ritmo trepidante, que proporciona el texto y la puesta en escena. Adem¨¢s, a los actores te los crees, porque hemos trabajado la verdad¡±.
Los personajes no solo hablan entre ellos, sino que se comunican directamente con el p¨²blico cruzando la cuarta pared. Narran el aspecto del entorno por el que se mueven, desatan sus sentimientos, miran en su interior a trav¨¦s de la comunicaci¨®n con el espectador. Ciertas im¨¢genes proyectadas sobre el polis¨¦mico muro del decorado inciden, adem¨¢s, en las explicaciones de lo que sucede. ¡°Considero que el p¨²blico se queda muy enganchado¡±, concluye Fern¨¢ndez, ¡°porque cuando est¨¢s sobre el escenario, eso lo notas¡±.
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