Las catedrales de Peridis
El dibujante estudia la arquitectura de siete catedrales espa?olas para fundamentar la nueva tecnolog¨ªa y espiritualidad de un arte eterno
Entre la piedra y la luz parece ser que anda escondido el misterio de Dios. Si el hombre alguna vez quiso elevarse para buscarlo, nunca hab¨ªa estado tan cerca del mismo como en el descabellado tiempo de las catedrales. Aun as¨ª, se escurre a menudo en mitad de esos espacios de consistente pesadez que elevan no obstante su ligereza al cielo gracias a la tenue o intensa penetraci¨®n de la luz entre sus vidrieras. El contraste es precisamente el enigma que envuelve todo. Metaf¨®rica, m¨¢gica y realmente. Y a ¨¦l se ha enfrentado con un libro y una serie de televisi¨®n Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez, Peridis.
De la Enciclopedia del rom¨¢nico al g¨®tico, el viaje resulta m¨¢s que coherente en su caso. A excepci¨®n de una inaplazable tira diaria para EL PA?S ¨Cdibujada est¨¦ o no enfermo¨C y que le quita el tiempo justo con que propinar un zarpazo de tinta para plasmar la actualidad pol¨ªtica en el peri¨®dico, Peridis vive entregado al patrimonio. ¡°Su defensa es m¨¢s que importante en estos tiempos que corren¡±, advierte, medio temeroso de que, en esta ¨¦poca de recortes indiscriminados, unos cuantos bur¨®cratas y pol¨ªticos con la sensibilidad de una lista inform¨¢tica se coman el granito de nuestra historia por dejadez.
El arquitecto y dibujante se ha centrado en el siguiente eslab¨®n estil¨ªstico con el rigor que da la pasi¨®n. La luz y el misterio de las catedrales (Espasa) encierra los desmanes, la esperanza y las razones de siete templos importantes en la configuraci¨®n de una civilizaci¨®n: Jaca, Santiago de Compostela, Burgos, Cuenca, L¨¦rida, Barcelona y Oviedo. En ellas, todas diferentes entre s¨ª, respira el ideal que durante siglos mov¨ªa a poblaciones enteras en base a la construcci¨®n de sus edificios.
Una vez en marcha, transformaban la historia de la ciudad. ¡°Proporcionaban miles de puestos de trabajo y cambiaban la fisonom¨ªa y la identidad de los sitios. Adem¨¢s, con el tiempo, se convert¨ªan en custodias de su historia¡±, comenta el arquitecto.
¡°Las catedrales suponen un gran salto tecnol¨®gico y espiritual¡±, asegura Peridis. ¡°El cuerpo deja de pintar, el alma se eleva a la luz, lo que importa es la consistencia de la materia. El templo g¨®tico persigue la elevaci¨®n por la ligereza. Hay otra b¨²squeda de espiritualidad en el cambio de la pared por la vidriera, es una t¨¦cnica que se asemeja a la de los rascacielos¡±.
Ese matiz produc¨ªa efectos alucin¨®genos. La luz que entraba en el interior cambiaba de intensidad y color. Nada describ¨ªa mejor el paradigma b¨ªblico. ¡°H¨¢gase la luz¡±. Y la luz se hac¨ªa, viv¨ªa, se transformaba. ¡°Era un atractivo extraordinario¡±.
Siete catedrales
JACA. De espaldas al Pirineo, camuflada dentro de la ciudad, dif¨ªcil de otear, la catedral de Jaca cuenta en su historia con algunos tesoros y leyendas. "Tierra de avance en la reconquista, sus fronteras fueron permeables", comenta Peridis. Y por eso, cuando en este templo anduvo el santo grial ¨Cuno de tantos conocidos o reconocidos¨C, tuvo que verse obligado a peregrinar por diferentes lugares de Arag¨®n para no ser profanado por los musulmanes. Construida en la ¨¦poca de Sancho Ram¨ªrez, que la empez¨® en 1077, es, junto a Fr¨®mista, uno de los m¨¢ximos exponentes del rom¨¢nico en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica.
SANTIAGO DE COMPOSTELA. Dos s¨ªmbolos inigualables aporta la catedral de Santiago de Compostela a la humanidad, comenta Peridis: el P¨®rtico de la Gloria y la fachada del Obradoiro. "El primero es una suma de la escultura rom¨¢nica, alma del para¨ªso. La mejor manera de dar la bienvenida a los peregrinos, el abrazo espiritual perfecto, como quien recibe a la salida de los aeropuertos despu¨¦s de un largo viaje o un regreso de a?os". En cuanto a la fachada del Obradoiro, Peridis cree que es la penetraci¨®n perfecta de una ¨¦poca en otra. "La forma que tiene de inmiscuirse en el rom¨¢nico, con esa piedra de granito que parece un bosque vertical, resulta ¨²nica". Santiago fue grande, seg¨²n el autor de este recorrido fascinante por estos siete templos, gracias a un personaje: el obispo Gelm¨ªrez. "?l entiende que en un lugar que para ellos es conf¨ªn del mundo debe levantarse un templo tan importante como el de Jerusal¨¦n o Roma".
LLEIDA. La maravilla de la catedral de Lleida est¨¢ en su desnudez. "Es una obra de transici¨®n entre el rom¨¢nico y el g¨®tico. Lleida es un cruce de caminos. Peligroso y simb¨®lico". Por all¨ª estuvieron en tiempos las tropas romanas comandadas por C¨¦sar y Pompeyo, se dieron batallas fundamentales en la guerra de sucesi¨®n librada por Felipe V, el primer Borb¨®n, y tuvo sus altercados Napole¨®n. Pero su origen es ¨¢rabe. Se trata de la mezquita mayor de Medina Larida, consagrada como cristiana cuando Ram¨®n Berenguer IV entr¨® en la ciudad en 1149.
BARCELONA. La catedral de Barcelona es un espacio para la solemnidad. Del Tois¨®n de Oro hay huella por el resto de escudos nobiliarios que la han adornado. Fue una de las ciudades favoritas de Carlos V por su semejanza con los aires flamencos, y su catedral gan¨® protagonismo el a?o que el hijo de Felipe el Hermoso y Juana la Loca permaneci¨® en la ciudad. Los turistas que hoy la llenan casi a diario puede que ignoren que tard¨® 150 a?os en construirse desde que comenzaran las obras a finales del siglo XIII.
BURGOS. El doble tardaron las obras de Burgos, una de las catedrales g¨®ticas de mayor valor universal. A lo largo de 300 a?os fueron complet¨¢ndose, contando el trauma del desplome del cimborrio, que se reconstruye en el siglo XVI como una muestra del arte plateresco. A lo largo de ese tiempo, Burgos fue una gran cantera. "Se convirti¨® en una ciudad superpoblada gracias al trabajo que proporcionaban las obras de la catedral, al tiempo que se consegu¨ªan grandes avances en las t¨¦cnicas de construcci¨®n". Del Papamoscas al sepulcro del Cid, cuyos restos fueron trasladados a Burgos a principios del XX, en plena vor¨¢gine reivindicativa del 98 y sus s¨ªmbolos castellanos, el lugar define por s¨ª solo toda la idiosincrasia de la ciudad.
CUENCA. Es una de las ciudades espa?olas donde mejor se postula el di¨¢logo entre arte contempor¨¢neo y tradici¨®n. Y su catedral es todo un ejemplo. La hoz del Hu¨¦car, marcada en lo alto por este templo discreto pero original, lo convierte en una zona de peregrinaje singular. La convivencia entre piedra secular y nueva luz se observa en las vidrieras restauradas por los artistas retirados en Cuenca entregados a la abstracci¨®n m¨ªstica que representa Bonifacio o Gustavo Torner. La luz se reparte a placer a todos los niveles, y por ah¨ª anda el esp¨ªritu indomable de otro artista fundamental en su definici¨®n: "Jamete, un canalla, un maldito, un Caravaggio espa?ol con tanto talento que se le perdonaban los pecados".
OVIEDO. Por el suelo de la catedral de Oviedo todav¨ªa existen restos de la baba que aquel sacrist¨¢n proporcion¨® en forma de beso de sapo a Ana Ozores en el final de La regenta, un pasaje desconcertante, puro precursor del surrealismo. Por eso, en la catedral de Oviedo huele a literatura. Tambi¨¦n a los restos de la deslumbrante apertura de un arca santa a manos de Alfonso VI, a la manera de una buena aventura de Indiana Jones o a la decadencia que aquella sede sufri¨® poco a poco en la historia por el influjo con el que atra¨ªa a los peregrinos desde Santiago de Compostela. "La sabia proporci¨®n de sus vol¨²menes, la armon¨ªa de sus espacios, la clara articulaci¨®n de sus cuerpos, la unidad y originalidad de sus propuestas inspiradas en el clasicismo nos parecen una creaci¨®n de enorme frescura y originalidad", cree Peridis
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