Principio y final del ¡®Guernica¡¯
Se cumplen 30 a?os de la llegada del cuadro de Picasso a Espa?a, Teixidor y Ch¨¢varri arrojan luz en el Hay Festival de Segovia sobre los interrogantes que persisten
Se cumplen 75 a?os desde que Picasso pintara el Guernica, y 30 desde que llegara a Espa?a, primero al Cas¨®n del Buen Retiro, despu¨¦s a su emplazamiento actual en el museo Reina Sof¨ªa. Ha pasado una guerra civil, una dictadura, un proceso de transici¨®n a una democracia incipiente que ve como sus cimientos se tambalean por el descuido de sus instituciones. A¨²n as¨ª, el cuadro del artista malague?o sigue planteando interrogantes. El pintor Jordi Teixidor y el cineasta Jaime Ch¨¢varri han tratado de solucionar algunas de estas cuestiones en un encuentro con Jos¨¦ Manuel G¨®mez Bravo, director de propiedad intelectual del grupo PRISA, en la pen¨²ltima jornada del Hay Festival de Segovia.
¡°Es un cuadro te¨®ricamente horroroso que no provoca pasmo est¨¦tico¡±, ha empezado diciendo Ch¨¢varri. ¡°Cambia el concepto pict¨®rico de la guerra caballerosa, a partir de entonces pod¨ªa relacionarse con la moral o la valent¨ªa, pero nunca desde la heroicidad anterior¡±. La cara visible de la obra que la Rep¨²blica encarg¨® para la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs en 1937 interpreta desde el cubismo m¨¢s ligero de Picasso el primer bombardeo contra poblaci¨®n civil en territorio europeo. ¡°La obra tiene que cuestionarse desde el punto de vista pict¨®rico, no puede considerarse una pieza maestra como se entiende en la pintura debido a su finitud¡±, ha apostillado el pintor.
Cualquier intento pict¨®rico posterior de estas caracter¨ªsticas fue un fracaso Jordi Teixidor
El Guernica comienza y acaba en ese mural de siete metros de longitud. El aislamiento de la obra en s¨ª misma debido al simbolismo que us¨® el pintor es determinante para entender su trascendencia. ¡°Uno de los condicionantes del cuadro para que no llegue a ese estado pleno es que usa el s¨ªmbolo, es decir, posee un recorrido muy exacto¡±, ha explicado Teixidor. ¡°Cuando se usa la met¨¢fora en pintura, se deja abierta la posibilidad de lectura, pero este cuadro, por el contrario, est¨¢ muy concretizado, la representaci¨®n del acontecimiento es tan exacta y excesiva que hace que la obra se cierre¡±.
La manera de la obra de representar el dolor y la irracionalidad del conflicto adquiere para G¨®mez Bravo un aura de nost¨¢lgica libertad que recorri¨® el per¨ªodo de la Transici¨®n espa?ola en los cuartos de una generaci¨®n que ve¨ªa demasiado lejos el MoMA de Nueva York, residencia temporal del Guernica. ¡°Su poder simb¨®lico es tal que cuando Colin Powell intervino en las Naciones Unidas durante la Guerra del Golfo, las televisiones estadounidenses censuraron la reproducci¨®n del cuadro que estaba colgada en la sala¡±, ha recordado el pintor. ¡°Para mi generaci¨®n, no fue tanto ese paralelismo con la libertad, sino con la sensaci¨®n de confirmar un horror que sab¨ªamos que podr¨ªa volver a pasar y as¨ª fue en el Holocausto, Vietnam o ahora Alepo¡±, ha continuado Ch¨¢varri.
Conscientes de que el avance tecnol¨®gico provoca el mismo impacto que el cuadro en el informativo del mediod¨ªa con el horror en directo a la hora de comer, los intelectuales no desde?an, sin embargo, uno de los ¨²ltimos atributos que se le pudo conceder a un cuadro de estas caracter¨ªsticas: ¡°la eficacia pol¨ªtica¡±. ¡°Es cierto que no provoc¨® una respuesta directa¡±, ha manifestado Ch¨¢varri, ¡°pero cualquier intento pict¨®rico posterior de estas caracter¨ªsticas fue un fracaso¡±, ha apostillado Teixidor.
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