The Killers, 'Battle born'
"Es un horror de disco. No es que sus anteriores referencias fueran ¨¢lbumes redondos, pero en todos ellos se acertaba a discernir la senda hacia un Greatest hits memorable"
Existe gente que escucha solo m¨²sica hecha ahora. Y existen otros que solo lo hacen con discos editados 30 a?os atr¨¢s. Los hay que persiguen escenas a partir de una referencia, extendiendo su inter¨¦s a los coet¨¢neos de quienes les llamaron en primer lugar la atenci¨®n. Los hay que, adem¨¢s, echan la vista atr¨¢s y aprovechan el fen¨®meno actual para rastrear el origen de aquel sonido, aquel peinado, aquella forma de afinar los instrumentos, de entender la vida. Tambi¨¦n existen aquellos que, como los concursantes de cualquier reality musical, la audiencia del mismo y gran parte de los responsables intelectuales del programa, afirman amar la m¨²sica, pero se ponen siempre el disco de Mal¨² ¨Ces el que sonaba en el Ikea cuando tuvieron la discusi¨®n que provoc¨® su divorcio- y la capacidad del Ipod Shuffle se las hace inabarcable. Gente que escucha muy pocas cosas muchas veces. La m¨²sica forma parte de su vida de la misma forma que lo hace ir al ba?o: es algo que se hace cada d¨ªa; y en compa?¨ªa, si quiere mejorar la experiencia.
G¨¦nero: Pop
T¨ªtulo: Battle born
Sello: Island / Universal
A?o: 2012
Puntuaci¨®n: 1
?Con este, su cuarto largo, los de Las Vegas, han terminado el trayecto que los llev¨® de grupo de poderosos singles enmarcado en una escena ¨Cprimero el revival ochentero de baja intensidad v¨ªa Duran Duran; luego la reivindicaci¨®n m¨¢s o menos indie de Springsteen- a banda que, en principio, se va a ver en directo porque tiene una canci¨®n que suena en la radio (Human) y, al final, simplemente, se asiste al concierto porque es lo que hace todo el mundo. The Killers te gustar¨¢n si te gustan¡ The Killers. Y no porque sean ¨²nicos, sino porque, afortunadamente para la raza humana, son pr¨¢cticamente los ¨²nicos en facturar hoy este tipo de engendro pretencioso y vacuo .
?Battle born es, pues, un horror de disco. No es que sus anteriores referencias fueran ¨¢lbumes redondos, pero en todos ellos se acertaba a discernir la senda hacia un Greatest hits memorable. Desde las magn¨ªficas Mr.Brightside, Somebody told me o Jenny was a friend of mine hasta la impecable Spaceman, pasando por Read my mind o When you were young, tal vez lo mejor que jam¨¢s hayan grabado. Pero poco a poco, la banda de Brandon Flowers fue perdiendo el pudor, y llegados a este punto descubrimos que ese pudor era, como en Juego de tronos, el muro que les manten¨ªa a salvo del apocalipsis. Una vez superada la barrera, y aceptado el hecho de que van a jugar en al liga de las bandas que molan porque venden muchos discos, los de Las Vegas celebran su mayor¨ªa absoluta haciendo lo que les da la gana -porque ellos lo valen- y grabando discos por decreto. Este ¨¢lbum es como la segunda legislatura de Aznar.
?Para concretar sus desmesuradas ambiciones, llaman a Brendan O¡¯Brien, Steve Lillywhite y Daniel Lanois (la sant¨ªsima trinidad del reverb) para que les construyan un sonido, a pesar de no tener canciones ¨C?qui¨¦n quiere canciones cuando tiene explosiones?-, y se abandonan Meat Loaf (A matter of time), Garth Brooks (From here on out) o Foreigner (Here with me). Jam¨¢s han sido una banda para tirar cohetes, pero es que ahora son simplemente fuegos artificiales. El problema, adem¨¢s, es que se lo toman todo muy en serio, por lo que la esperanza de que esto sea una c¨¢mara oculta se desvanece cuando entra la orquesta y, tras ella, Los Mayas con una sonrisa y un ¡®luego no dig¨¢is que nos os avisamos¡¯.
Valoraci¨®n: 0 ABERRANTE, el mundo ser¨ªa mejor sin ¨¦l; 1 PRESCINDIBLE, nadie se acordar¨¢ de ¨¦l; 2 PASABLE, para incondicionales; 3 ACONSEJABLE, en su estilo merece la pena; 4 INDISPENSABLE, un ¨¦xito asegurado; 5 OBRA MAESTRA, uno entre un mill¨®n.
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