En la segunda guerra

Ayer no m¨¢s

Andr¨¦s Trapiello

Destino. Barcelona, 2012

310 p¨¢ginas. 20 euros

En el coraz¨®n caliente de esta angustiosa novela est¨¢n la mentira y su aliado indestructible, el miedo. A la mentira y a su blindaje llegamos a menudo como sin querer, sin conciencia del enga?o propiamente dicho. A veces llegamos por la rutinaria repetici¨®n en esquema de nuestro pasado como si eso fuese todo lo vivido, o por la amputaci¨®n sistem¨¢tica y traum¨¢tica de una parte fundida en negro hasta que lo oculto regresa de golpe, por azar, o porque s¨ª, en un encuentro fortuito. Y este es el arranque dram¨¢tico de una novela que se instala en las ra¨ªces del ser humano, y que nadie dejar¨¢ de leer con el coraz¨®n encogido, como si pudiese estar cont¨¢ndole sin saberlo una parte de su propia vida (y sobre todo la de sus padres y abuelos): el encuentro azaroso entre una v¨ªctima pura de la guerra y un c¨®mplice difuso pero cierto del crimen.

Trapiello ha conseguido que esta novela se lea a la vez con la cabeza en la guerra de ayer y en la guerra de hoy, que es el presente, y es su aut¨¦ntico protagonista. Trata de esta segunda guerra, la que peleamos entre todos por saber verazmente y por interiorizar ese saber sobre el pasado, tanto si destruye las fantas¨ªas embusteras de la memoria individual como si condena las pretensiones del revanchismo que a menudo anida en las asociaciones de la memoria hist¨®rica y, singularmente, en algunos de sus m¨¢s interesados y nocivos portavoces. Porque hay tesis sin que en absoluto se trate de una novela de tesis, sino todo lo contrario. Pero el impulso de fondo es la angustia por una reparaci¨®n p¨®stuma de culpas que fueron m¨²ltiples y que hoy engendran m¨¢s dolor del que reparan. La pregunta est¨¢ en los l¨ªmites de la memoria como valor civil, y esa es en gran medida la llamada a la racionalidad h¨²meda de una novela con momentos espl¨¦ndidos, viscosa, viva y cre¨ªble en cada uno de sus personajes.

Porque es una novela, pura novela, quiz¨¢ la m¨¢s autobiogr¨¢fica de Trapiello, y no un tratado sobre la memoria hist¨®rica y sus patolog¨ªas. El primer requisito para escribirla era la valent¨ªa, pero el segundo es el talento propiamente literario en la construcci¨®n trabada de voces que se expresan con su lenguaje y miran con sus propios ojos. El motor es Pepe Pesta?a, catedr¨¢tico de Historia refugiado en la universidad de su ciudad natal, Le¨®n, e involucrado de golpe en la reaparici¨®n de un episodio de la guerra que afecta a su padre (fascista irredento) y por descontado a ¨¦l, como historiador de aquella etapa. De la sectaria de la memoria hist¨®rica, Mariv¨ª, habr¨ªa que protegerse con todo y con m¨¢s; de la limpia Raquel nos cautiva su luminosa honradez reci¨¦n hecha; de Pepe Pesta?a aspiramos a leer incluso de pie su libro ¨²ltimo (y titulado Ayer no m¨¢s, que no es este Ayer no m¨¢s) y para los dos actores centrales del instante de 1936 s¨®lo pedimos la piedad ecu¨¢nime y veraz de la raz¨®n ilustrada.