La importancia de la cabeza

Afirma el maestro Pepe Luis V¨¢zquez que ¡°al toro hay que poderle con la cabeza¡±, y esa fue la clave ¡ªuna mente fr¨ªa e inteligente¡ª de la faena de muleta de Iv¨¢n Fandi?o al quinto de la tarde, un toro protestado por la blandura de remos, al que dio distancia y tore¨® con temple en una labor de menos a m¨¢s que no tuvo el refrendo final de una estocada fulminante.

Le falt¨® a Fandi?o coronar la estrategia, bien dise?ada de principio a fin, y abrir esa puerta grande que tuvo en sus manos y que otra vez se le esfum¨®. Pero dej¨® constancia de su magn¨ªfica disposici¨®n, de su actitud de triunfo, de su pasi¨®n desmedida delante del toro, requisitos indispensables para que m¨¢s pronto que tarde lo lleven a hombros hasta la calle Alcal¨¢.

No fue, sin embargo, una tarde redonda de este bravo torero. Prueba de ello es que sali¨® de la plaza por su propio pie; pero dej¨® la impronta de su gallard¨ªa, su arrojo, su pundonor¡­ que no es poco.

Comenz¨® la faena al quinto con parte de la plaza en contra, y tard¨® poco en entender que el toro necesitaba distancia. Se alej¨® de su oponente, el animal acudi¨® al cite y as¨ª lo tore¨® sobre la mano derecha en tres tandas de muletazos largos y templados que sorprendieron a todos. Antes de entrar a matar, y tambi¨¦n desde lejos, cit¨® por bernardinas ce?idas que pusieron punto y final a una labor de menos a m¨¢s de un torero habilidoso y perspicaz al que no le sonri¨® la suerte a la hora de la verdad.

Le concedieron una oreja en el segundo sin que hubiera mayor¨ªa de pa?uelos, lo que origin¨® el l¨®gico enfado de algunos. Es verdad que se mostr¨® dispuesto, que su actitud fue encomiable y su labor con la muleta tuvo fases de alto inter¨¦s, especialmente una tanda de derechazos ligados y muy templados. Pero a todo el conjunto le falt¨® consistencia y rotundidad, y qued¨® la impresi¨®n de que el torero no alcanz¨® la calidad del toro.

Cargado de expectaci¨®n llegaba David Mora tras su triunfo el pasado m¨¢s de junio en esta misma plaza, y a fe que ayer decepcion¨® gravemente. Brind¨® su primero a El Chano, convaleciente a¨²n en silla de ruedas, comenz¨® con un molinete de rodillas y con un ¨ªmpetu arrollador, pero su obra desbord¨® vulgaridad y aceleraci¨®n, y result¨® destemplada y desdibujada. Reserv¨®n, distra¨ªdo y soso fue el quinto y el torero estuvo a su altura.

Sergio Aguilar deleit¨® con una extraordinaria tanda de derechazos al primero, manso y rajado, y pareci¨® embotado y con pocas ideas ante el irregular sexto. Por cierto, dura, variada y encastada corrida de Valdefresno que brill¨® m¨¢s que la terna de toreros.