¡®Holy motors¡¯ rompe la banca en Sitges
'Chained', de Jennifer Lynch, ha conseguido el Premio especial del jurado 'Sightseers', de Alice Lowe, se ha llevado el premio del guion
Los rumores que circulaban, insistentes, han resultado ser ciertos (siempre lo son en festivales tan endog¨¢micos como el de Sitges, donde todos conocen a todos) y en cierto modo eran bastante obvios: Holy motors de Leo Carax ha arramblado con todos los premios de entidad en el certamen catal¨¢n, empezando por el de mejor pel¨ªcula y siguiendo con el de mejor director (ambos cantados) y siguiendo por el M¨¦li¨¨s de Plata. Los dem¨¢s han podido repartirse las migajas, que era algo que se intu¨ªa desde que la obra de Carax hipnotiz¨® a media platea (y horroriz¨® a la otra mitad) el d¨ªa de su presentaci¨®n. M¨¢s all¨¢ de las polaridades que provoca un filme como el del franc¨¦s es innegable su capacidad para provocar al espectador, hacerle entrar en un juego de espejos, de luces, de camerinos con ruedas, que trascienden el ¨¢mbito del s¨¦ptimo arte para bucear en territorios v¨ªrgenes. El experimento puede cabrear al personal o hacerle tocar el cielo con las manos pero no dejar¨¢ indiferente a nadie, algo de lo que muy pocas pel¨ªculas pueden presumir en los ¨²ltimos tiempos.
Darle el premio a mejor actor a Denis Lavant es ¨Csimplemente- un acto de justicia
Darle el premio a mejor actor a?Vincent D'Onofrio es ¨Csimplemente- un acto de justicia a un tipo que se come con patatas a cualquier personaje que se ponga delante, joven, viejo, animal o cosa. Seguramente podr¨ªamos discutir si hac¨ªa falta darle tres premios a una pel¨ªcula tan retorcida (por compleja y por loca) y dejar sin recompensa otros intentos ¨Cnobles- de tocar el g¨¦nero pero lo cierto es que la cosecha tampoco ha sido para tirar cohetes. La excepci¨®n, excelente, ha sido Sightseers, una comedia m¨¢s negra que el carb¨®n sobre una curiosa pareja inglesa con cierta predilecci¨®n por el asesinato que se ha alzado con el galard¨®n al mejor gui¨®n (absolutamente merecido). La actriz protagonista, la maravillosa Alice Lowe, se ha llevado el premio a la mejor interpretaci¨®n femenina y y si alguien hubiera prestado algo de atenci¨®n el director del filme, Ben Wheatley se hubiera llevado la menci¨®n del jurado. En cambio, por razones que uno no acaba de entender, el premio se lo ha llevado Jennifer Lynch (el apellido ha debido pesar algo, por buscar una explicaci¨®n) por una pel¨ªcula tan regular como Chained.
Por otro lado, la edulcorada aunque correcta Robot & Frank se va de Sitges con el premio del P¨²blico y The viral factor cubre el cupo asi¨¢tico con el reconocimiento a sus efectos especiales.
As¨ª llega el festival a su fin con magn¨ªfica salud (un 6% m¨¢s de entradas vendidas a falta de las cifras oficiales definitivas), demasiadas pel¨ªculas a secci¨®n oficial (alguien deber¨ªa velar por la salud mental de los jurados despu¨¦s de este trote) y la impresi¨®n que el certamen tiene cuerda para rato.
Para que no faltara de nada se ha proyectado Looper, un final memorable que ha dejado el nivel en las alturas. Looper, protagonizada por Joseph Gordon-Levitt y Bruce Willis es un filme mutante que transita por el thriller, la ciencia-ficci¨®n, el noir, el drama y hasta el western. Empieza con vocaci¨®n de Blade Runner y pronto se disfraza de polic¨ªaco para acabar en la tierra de George Stevens o M. Night Shyamalan. Su director Rian Johnson cuenta la historia de unos tipos encargados de deshacerse de cad¨¢veres del futuro en el presente (tampoco conviene explicarse mucho m¨¢s) que un d¨ªa se encuentra con una may¨²scula sorpresa.
Divertida, autorreferencial, deudora de Terminator, Scanners o Se?ales pero con un plus de clase francamente notable, Loopers es una excelente prueba de la robusta salud del cine comercial estadounidense, ese diablo que parece molestar tanto a algunos y que sin embargo ¨Ccuando saca pecho- es capaz de conquistar sin cortapisas los corazones del respetable. Esperemos que sepan venderla como se merece porque Looper es una maravilla concebida ¨²nicamente para el disfrute y la diversi¨®n. Ni m¨¢s, ni menos.
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