El Mal
Puedo disfrutar mucho del g¨¦nero de la entrevista, del ingenio o la habilidad del interrogador para lograr que alguien que tiene algo interesante que contar muestre un pedazo de su alma, pero confieso mi incapacidad o mi desidia para hacer ese trabajo. Hace demasiados a?os tuve que ejercerlo, casi siempre por obligaci¨®n. A veces, con entusiasmo inicial debido a la admiraci¨®n hacia la obra del entrevistado. En ocasiones, para terminar decepcionado ante el personaje. Pero era una gloria cuando la personalidad del autor estaba a la altura de su arte.
Me desped¨ª con alivio de las entrevistas hace mucho tiempo, intentando en vano comunicarme con Polanski. Todo parec¨ªa ir bien, hasta que le habl¨¦ del mal como presencia fija en todo su cine, real o abstracto, f¨ªsico o psicol¨®gico, sat¨¢nico o terrenal. Se rebot¨® un mont¨®n, ignoro sus razones, tal vez pens¨® que yo era un buitre dispuesto a hurgar en las excesivas tragedias de su vida, no ten¨ªa sentido continuar hablando.
Pero veo un programa en Canal + titulado Confesiones de Polanski en el que este aparentemente dialoga (en el fondo es un mon¨®logo) con un ¨ªntimo amigo sobre su muy accidentada y compleja existencia. El rostro y la voz de este hombre enjuto y peque?ito (aunque deben de ser enormes su fortaleza f¨ªsica y mental para haber sobrevivido a tanta tragedia) se convierten en un mapa de la desolaci¨®n recordando como el mal se ensa?¨® con ¨¦l. Habla del guetto de Cracovia, de una ni?ez a la intemperie o buscando refugios provisionales y acorralado como un animal despu¨¦s de que gaseen a su madre en Auschwitz, su padre sea deportado a Mauthausen, su hermana desaparezca, la mayor¨ªa de los ni?os de su barrio sean fusilados en la calle. Habla del asesinato de su mujer, embarazada de ocho meses, y de varios amigos, en su casa de Los ?ngeles. Habla de su huida de Estados Unidos (no se emborracha, se droga, ni se folla a las ni?as, Polanski) por un delito que si cometi¨®, pero con el que se iban a ensa?ar demasiado. Todo ello acompa?ado por im¨¢genes de su cine que son transparentemente autobiogr¨¢ficas. Lo cuenta de forma conmovedora el hombre que se negaba a hablar del protagonismo del mal en su obra.
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