Ideas para salir de la crisis cultural entre Espa?a y Am¨¦rica Latina
EL PA?S re¨²ne a cinco intelectuales de Espa?a y Am¨¦rica latina para analizar el declive y resurgimiento de una cultura amenazada
Hoy m¨¢s que nunca Espa?a necesita de Am¨¦rica, pero sin imposiciones, sin soberbias, sin vanidades, sin tutelas ni paternalismos, sino en situaci¨®n de amigos y socios leales y respetuosos. Es la conclusi¨®n a la que llegan los cinco intelectuales de uno y otro lado del Atl¨¢ntico reunidos por EL PA?S, para debatir sobre una cultura com¨²n que, en el continente americano est¨¢ floreciendo despu¨¦s de siglos a la cola de Espa?a, mientras el pa¨ªs europeo encuentra cada d¨ªa unos presupuestos m¨¢s mermados y se topa con las dificultades propias de la crisis que atraviesa y los salvajes recortes en Cultura.
Los escritores espa?oles, Almudena Grandes y Manuel Rivas, se re¨²nen en Puerto Rico, aprovechando el encuentro en el festival la Palabra, con el argentino Guillermo Mart¨ªnez, el mexicano Jorge Volpi y el periodista puertorrique?o H¨¦ctor Feliciano.
La Cultura de la subvenci¨®n
JORGE VOLPI: Hasta los a?os noventa no exist¨ªa en M¨¦xico una instituci¨®n que se encargara directamente de la Cultura y las Artes. Cuando se crea, aparecen un sinf¨ªn de ayudas a la creaci¨®n a trav¨¦s de becas y est¨ªmulos a individuos de grupos m¨¢s grande del mundo. M¨¦xico tiene innumerables becas para creadores de todas las disciplinas, de todas las ¨¢reas y de todas las edades, y al mismo tiempo hay una infraestructura de actividades culturales bastante s¨®lida.
Lo que, sin embargo, no ha habido hasta ahora manera de solucionar es el problema de la creaci¨®n de p¨²blicos, del consumo cultural, y sobre todo de la distribuci¨®n de los bienes culturales. Con estas becas se han escrito cientos de libros, de poemarios, se han pintado cientos de cuadros, se han hecho decenas de performances, cantidad de pel¨ªculas... Pero luego es dif¨ªcil que lleguen al p¨²blico. El cine que se produce en M¨¦xico se puede ver en la televisi¨®n o en los festivales, pero en las salas se ven pel¨ªculas americanas. Al contrario que ocurre en Espa?a, en M¨¦xico cada vez se abren m¨¢s salas, pero solo se ven pel¨ªculas gringas.
MANUEL RIVAS: Lo preocupante es cuando se destruyen los h¨¢bitats, que es el problema que tenemos ahora en Espa?a y en parte de Europa. A veces se plantea la relaci¨®n Cultura-Estado, en t¨¦rminos de si hay m¨¢s o menos subvenciones, y entonces se ofrece una imagen caricaturizada de los creadores que responde al t¨®pico "se quejaran porque no reciben esas sinecuras".
H?CTOR FELICIANO: Hay que concebir la cultura como lo hace el gobierno franc¨¦s: cabalmente. No como un producto en el mercado, sino como algo particular, excepcional, que se intercambia y nos enriquece inconmensurablemente.
ALMUDENA GRANDES: En Espa?a existe una prensa de extrema derecha medi¨¢tica muy potente, que se ha dedicado durante a?os a caldear el ambiente presentando la Cultura como cuatro millonarios rojos de sal¨®n, que gritan en las manifestaciones para posar. Se ha conseguido instalar en esta sociedad la idea de que invertir en Cultura es apostar a caballo ganador de unos pijos millonarios que ya tienen bastante dinero, y esto va a destrozar la industria. La ruina del cine espa?ol es inminente porque se han abandonado los programas de subvenciones, y porque la gente no comprende que detr¨¢s de Almod¨®var y detr¨¢s de Pen¨¦lope Cruz hay una industria de la que viven miles de personas y se van a destruir cientos de puestos de trabajo.
GUILLERMO MART?NEZ: Bueno, todav¨ªa queda mucha estructura en Espa?a. Ustedes siguen estando en el tope, culturalmente hablando, en Latinoam¨¦rica. Lo que quiz¨¢s no est¨¦ cerca del horizonte es que Espa?a vuelva a ser como antes.
A. G.: Que tampoco hace falta, por cierto. En Espa?a hemos perdido la noci¨®n de lo que era la pobreza. Quiz¨¢s tambi¨¦n por eso hay esa par¨¢lisis.
La experiencia argentina
G. M.: Quiz¨¢s en Latinoam¨¦rica estemos m¨¢s acostumbrados a estos ciclos econ¨®micos, por eso sabemos vivir las crisis. Sobre todo en Argentina, que hemos sufrido unos altibajos tremendos, y hemos tenido que buscar refugios en momentos de crisis. En los noventa, cuando est¨¢bamos en paridad uno a uno con el d¨®lar americano, no hab¨ªa pr¨¢cticamente industria cultural. A partir del proceso de endeudamiento aparecieron una gran cantidad de editoriales independientes. No creo que Espa?a la crisis sea crepuscular.
H. F.: En el periodo del Corralito, a principios del gran desastre financiero, la gente se agarr¨® a la Cultura como boya de salvaci¨®n. Se llenaron los teatros, se ley¨® m¨¢s que antes, se empez¨® a crear. La gente lo hizo para reflexionar creativa y fruct¨ªferamente sobre lo que estaba ocurriendo. Hay que incentivar la creaci¨®n, la reflexi¨®n, la juventud en estos momentos de crisis para abrir nuevos caminos y no para cerrarlos. En Colombia, otro ejemplo, con una guerrilla que cobraba fuerzas, con unos paramilitares que se inmiscu¨ªan en el Estado, el gobierno colombiano promov¨ªa la Cultura como forma de salir de la crisis, de recordar que es profundamente humano crear, pensar y presenciar el arte que se hace. Lo que sucede en Espa?a o en Puerto Rico es que los gobiernos olvidan que la Cultura no es algo que se le a?ade a la vida, es la vida misma. Y sin embargo la tratan como si estuvieran fabricando cucharas.
Am¨¦rica Latina, espacio de esperanza
M. R.: La deformaci¨®n de imagen, la caricatura de los artistas y creadores, es el principio de la destrucci¨®n del tejido cultural. Y no hablemos ya de los recortes en educaci¨®n. Eso s¨ª que es una destrucci¨®n grave. Que se cierren cines o librer¨ªas es la destrucci¨®n del h¨¢bitat y, en esta cuesti¨®n, Am¨¦rica Latina es un espacio de esperanza. Los dep¨®sitos de esperanza han ido siempre unidos a la Cultura y la Educaci¨®n. Siempre se ha asociado el ni?o con la barra de pan y el libro debajo de cada brazo. Pues ahora le han quitado el libro al ni?o y el pan a los padres. Por eso es importante la mirada hacia Am¨¦rica Latina, porque es un halo de esperanza para Espa?a.
J. V.: Es muy impresionante c¨®mo, en general, ni el Gobierno ni la gente mira hacia Am¨¦rica latina. Nosotros hemos atravesado unas veinte crisis distintas y, muchas veces lo hemos hecho mal, pero de algunas otras hemos salido relativamente bien. La experiencia acumulada la tenemos, no se puede negar, y eso deber¨ªan saber aprovecharlo.
Rentabilizar el mercado com¨²n de la Cultura
H. F.: En cuestiones culturales, tenemos que aprovechar el hermanamiento de las culturas espa?ola y de Am¨¦rica. Dentro del intercambio cultural el sector de mayor trascendencia es, a mi parecer, el editorial. Las editoriales espa?olas cumplen un papel muy importante uni¨¦ndonos por medio de nuestro idioma. Es una de las pocas empresas internacionales que intenta unirnos en un solo mercado com¨²n. Y no es el momento de cerrar mercados y de volver a aislarnos. Creo que este momento de crisis ser¨ªa el id¨®neo para pensar en la f¨®rmula para reforzar ese intercambio que se logra con los libros.
A. G.: Tengo la sensaci¨®n de que yo pertenezco a una literatura que es la literatura de los que escriben en espa?ol, y no la literatura espa?ola. Formamos parte todos de una misma comunidad, y eso nos proporciona un beneficio instant¨¢neo, porque estamos en el mismo lado. Estamos viviendo un momento de cambio, en el que el libro es electr¨®nico tambi¨¦n puede influir en el distanciamiento entre la literatura a un lado y al otro del oc¨¦ano, porque las editoriales peque?as, independientes, van a tardar m¨¢s en digitalizar sus fondos y en reciclarse, eso unido a la ca¨ªda del consumo, a la subida del IVA, al empobrecimiento de las clases medias... Hay un panorama de nubes negras en torno al mercado del libro que temo pueda repercutir en una debilitaci¨®n del contacto tan estrecho que hemos tenido.
Los miedos que acechan
H. F.: Los recortes en Cultura en nuestros pa¨ªses son una manera muy sagaz de dejarla morir lentamente, sin matarla de forma expl¨ªcita. El peligro est¨¢ en que ante esta postura de indefensi¨®n la gente no se anime a llevar a cabo iniciativas nuevas, que casi siempre nacen de ideas de los j¨®venes. En Puerto Rico no han dejado de aparecer revistas digitales, como 80 grados, o lugares en los que se escucha y se practica la m¨²sica joven, como la cooperativa de cantautores Taller C¨¦, o las artes esc¨¦nicas impulsadas por los j¨®venes, como el Teatro Samuel Beckett.
A. G.: A m¨ª personalmente me conmueve mucho y me preocupa que pueda desaparecer todo el activismo cultural que se daba en los pueblos de Espa?a: los clubs de lectura, las universidades populares... En este pa¨ªs hay muchos pueblos, a trav¨¦s de la Cultura, que han funcionado como aut¨¦nticas balsas de salvaci¨®n para personas que estaba a un paso de la marginalidad, de la depresi¨®n. En algunos lugares la gente en riesgo de exclusi¨®n organizaba sus propias reuniones en torno a la lectura de un libro o una pintura, y de esa manera se ve¨ªan, socializaban y hablaban. Todo eso puede desaparecer.
M. R.: Esa frase t¨®pica en caso de emergencia de "ni?os y mujeres primero" es, creo, la frase m¨¢s hip¨®crita de la humanidad. Y me parece que con la boca se hizo un paralelismo con la Educaci¨®n, la Cultura y la Sanidad. Ese es el discurso que todav¨ªa o¨ªmos: "Primero la salud, vamos a preservar la Cultura...". Pero al final Cultura y Educaci¨®n son los que m¨¢s sufren en situaciones de emergencia. Son los m¨¢s abandonados.
Aspectos a imitar de Latinoam¨¦rica
M. R.: Lo mejor de la cultura de Am¨¦rica Latina es su valent¨ªa creativa, la osad¨ªa, el ir m¨¢s all¨¢... Esa cualidad de la literatura en espa?ol tiene su manantial en Am¨¦rica Latina. Y Espa?a ha jugado el papel de plataforma, sirve de hogar.
A. G.: Fuera de Espa?a existe la energ¨ªa y la vitalidad, una cultura resistente, el deseo de gritar. Y eso precisamente es un contagio necesario para la cultura espa?ola que sufre con la crisis, pero que morir¨¢ si se deja arrastrar por el enemigo y por la tristeza.
Babelia
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