La versi¨®n de ¡®Rebecca¡¯ en Broadway, arruinada por un fraude
Un corredor de bolsa neoyorquino ha sido detenido por defraudar a los productores
Un cuento g¨®tico de terror psicol¨®gico se ha convertido en el mayor thriller de enga?os financieros en la historia de Broadway. El origen: ¡®Rebecca, el musical¡¯, una adaptaci¨®n de 2006 de la novela de Daphne Du Maurier, inmortalizada por Alfred Hitchcock en 1940. Los productores, Ben Sprecher y Louise Forlenza, quer¨ªan estrenar este oto?o en el teatro neoyorquino Broadhurst. Necesitaban inversores. A principios de a?o conocieron a Mark C. Hotton, un corredor de bolsa que les abri¨® una puerta millonaria. Les ofreci¨® recaudar 4,5 millones, gracias a sus contactos con grandes magnates de todo el mundo.
La producci¨®n se derrumb¨® el 30 de septiembre, un d¨ªa antes de la jornada en que los ensayos deb¨ªan comenzar. El dinero prometido no hab¨ªa llegado. Hotton dijo que dos de los millones prometidos se hab¨ªan esfumado, dado que deb¨ªan haber procedido de un tal Paul Abrams, un magnate que hab¨ªa muerto en Reino Unido, supuestamente, de una malaria contra¨ªda en un safari africano. Sprecher, uno de los productores, lleg¨® a volar a Londres para intentar convencer a los herederos de Abrams de que invirtieran su dinero en el musical, que se hab¨ªa estrenado con ¨¦xito de cr¨ªtica en Austria en 2006.
Abrams, sin embargo, eran tan fantasmag¨®rico como Rebecca, la parte central -e inexistente- de la novela de Du Maurier. Hotton, el corredor de bolsa, fue detenido el lunes, acusado de fraude, con la posibilidad de cumplir hasta 40 a?os de prisi¨®n si se le considera culpable. ¡°Mark Hotton perpetr¨® fraudes mucho m¨¢s extra?os que la propia ficci¨®n dentro y fuera de Broadway¡±, asegura Preet Bharara, fiscal p¨²blico federal en Manhattan, en un comunicado. ¡°Hotton se invent¨® a una serie de personajes como inversores. Esos inversores resultaron ser fantasmas con los bolsillos muy hondos¡±.
Hotton se hab¨ªa embolsado 60.000 d¨®lares por servicios cumplidos a los productores, unos servicios que eran en realidad inventados. Con sus promesas, los productores se han gastado seis millones de otros inversores -reales- y han contra¨ªdo unas deudas de ocho millones. En principio, aceptaron pagarle a Hotton 7.500 d¨®lares por sus honorarios y un 8% de comisi¨®n de los fondos recaudados a los inversores, siempre que superaran los 250.000 d¨®lares, seg¨²n la denuncia presentada ahora por la fiscal¨ªa. El corredor de bolsa se declar¨® inocente a trav¨¦s de sus abogados.
No fueron los productores los ¨²nicos estafados por Hotton, seg¨²n esa demanda. A una empresa inmobiliaria de Connecticut le defraud¨® 750.000 d¨®lares. Otras demandas previas le acusan de haberse hecho con hasta 15 millones de d¨®lares. Sin embargo, su capacidad inventiva alcanz¨® sus cotas m¨¢s altas en el caso del musical Rebecca. Se invent¨® a un asistente del inversor Abrams que, misteriosamente, s¨®lo se comunicaba por correo electr¨®nico. Y a trav¨¦s de ¨¦l, cre¨® a todo un coro de personajes fantasmas.
En esta operaci¨®n policial ha quedado al descubierto el mundo de Broadway, tan opaco y enrevesado como una pel¨ªcula de Hitchcock, donde un pu?ado de empresas privadas controlan casi todos los 40 teatros que entran en ese circuito. Rebecca, por su parte, ya ten¨ªa todo un reparto, liderado por Jill Paice, que previamente protagoniz¨® The Woman in White, de Andrew Lloyd Webber. El director, Michael Blakemore, es un veterano de Broadway que en 2000 gan¨® un premio Tony por dirigir el musical Kiss Me, Kate. Todos sus planes quedan ahora en suspenso, en una trama que ni la propia Daphne Du Maurier hubiera ingeniado para una de sus imposibles novelas.
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