Trituradora educativa
Cierto cine de denuncia pol¨ªtico-social requiere tacto: en su exposici¨®n, en su tono, y en su razonamiento para evitar la exageraci¨®n, como ocurre en 'El Profesor'
Cierto cine de denuncia pol¨ªtico-social requiere tacto: en su exposici¨®n, en su tono, en su razonamiento. Sobre todo para que la pincelada aguda, certera, acongojante y reflexionada no se convierta en brochazo superficial, falaz y contraproducente. Por ejemplo, si en una pel¨ªcula de denuncia sobre el sistema educativo damos protagonismo a un profesor sin plaza fija que deambula como sustituto por los m¨¢s problem¨¢ticos institutos y a una adolescente obesa, retra¨ªda y brillante, apuntaremos a una realidad social implacable. Pero si rodeamos al educador de una madre suicida, de un padre inexistente, de un abuelo que no controla sus esf¨ªnteres en una residencia de ancianos inhumana, del descubrimiento de un pasado familiar pederasta y del cobijo de una adolescente yonqui, prostituta y reci¨¦n violada, andaremos cerca de la exageraci¨®n por acumulaci¨®n. He ah¨ª El profesor, de Tony Kaye, el realizador de American history X.
'El profesor'
Direcci¨®n: Tony Kaye.
Int¨¦rpretes: Adrien Brody, Marcia Gay Harden, James Caan, Christina Hendricks, Sami Gayle.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2011.
Duraci¨®n: 97 minutos.
Si, para m¨¢s inri, narramos el hacinamiento tr¨¢gico como una montonera sin sentido, le otorgamos un tono que, m¨¢s que grotesco, es caprichoso, grandilocuente y grit¨®n, a base de c¨¢maras r¨¢pidas, grandes angulares deformantes y un cierto regodeo en la carnaza, tendremos una pel¨ªcula en el alambre del rid¨ªculo, por mucho que por separado existan todas esas verdades y que, independientemente de su tendencia al bajonazo, se puedan escapar por la rendija un par de discursos aprovechables con los que ayudar a esos educadores que, ellos s¨ª, luchan cada d¨ªa por tratar de imponerse a una realidad que les tritura.
Babelia
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