Un 'clown' en el zoo
P¨¢ginas de Espuma ha tenido el acierto de poner a disposici¨®n del lector los cuentos de Javier Tomeo completos, una veta fundamental en su obra compuesta por piezas de microteatro, bestiarios, cuentos y microrrelatos
No ser¨¢ f¨¢cil encontrar en el sistema literario espa?ol a alguien menos afectado que Javier Tomeo por todo el boato que el Romanticismo proporcion¨® a los artistas. Tampoco ser¨¢ sencillo dar con alguien menos al tanto de la parafernalia del mundo cultural. Pero es probable que estos desapegos hayan condicionado la recepci¨®n de su obra, desde que empez¨® a ser reconocido tras la aparici¨®n de su novela El castillo de la carta cifrada (1979).
Ahora, P¨¢ginas de Espuma ha tenido el acierto de poner a disposici¨®n del lector sus cuentos completos, una veta fundamental en su obra compuesta por piezas de microteatro, bestiarios, cuentos y microrrelatos. Se trata de siete libros (Bestiario e Historias m¨ªnimas, ambos de 1988; Problemas oculares, 1990; Zoopat¨ªas y zoofilias, 1992; El nuevo bestiario, 1994; Cuentos perversos, 2002, y Los nuevos inquisidores, 2004) y un ¨²ltimo apartado formado por textos in¨¦ditos y reescritos. Para que estos cuentos fueran completos habr¨ªa que haber incluido libros como, por ejemplo, Pat¨ªbulo interior (2000). De lo ya dicho se deduce que no todos son cuentos, puesto que muchos son microrrelatos. Asimismo, tanto los bestiarios como Zoopat¨ªas y zoofilias carecen de las ilustraciones del autor, hechas ex profeso e imprescindibles para entenderlos. Por ¨²ltimo, el que algunos textos se hayan retocado no justificar¨ªa su desgaje de los libros de los que formaban parte. A menudo, las correcciones, que he cotejado, son poco relevantes, y solo en casos contados resultan significativas, lo que hubiera estado bien ilustrar en el pr¨®logo con alg¨²n ejemplo concreto.
Para que estos cuentos fueran completos habr¨ªa que haber incluido libros como, por ejemplo, 'Pat¨ªbulo interior'
A Tomeo, que dudo que haya padecido ansia alguna por las influencias, se le ha emparentado con Kafka, Valle-Incl¨¢n, G¨®mez de la Serna y aquellos escritores que cultivaron la veta de lo inveros¨ªmil, con Jardiel y Mihura a la cabeza, la literatura existencialista y del absurdo, y escritores como Cunqueiro y Perucho. As¨ª como con sus paisanos Goya, Bu?uel y Antonio Saura, grandes hacedores de monstruos. Quiz¨¢ su inspiraci¨®n provenga en mayor medida de la lectura de los cl¨¢sicos (Arist¨®teles, Plinio, Claudio Eliano, el Fisi¨®logo, Buffon¡), los estudios naturalistas y los libros de divulgaci¨®n cient¨ªfica. Aunque solo haya que permanecer un rato en compa?¨ªa de Tomeo para descubrir que es un atento observador de la realidad, dotado de un excelente o¨ªdo para reproducir los tonos y el ¨¦nfasis del di¨¢logo, y ver m¨¢s all¨¢ de la apariencia de los seres, algo que apreciaron pronto las gentes del teatro.
El narrador se ha alejado de la tradici¨®n realista para acercarse a lo fant¨¢stico y grotesco, de cuyos motivos se vale, ha roto tanto con la relaci¨®n causa/efecto como con la idea tradicional de tiempo y del espacio, anima los objetos, hace hablar a los animales, se desdobla en su alter ego Ram¨®n, con quien parece condenado a no entenderse; ignora, en suma, la l¨®gica racional.
Sorprendente resulta la erudici¨®n que lucen animales y humanos
Sus libros deben leerse en peque?as dosis, para no empacharse de animales parlanchines y pedantes, y tipos chinches y estramb¨®ticos, quienes a veces se refugian en el silencio. Es frecuente que un individuo disparatado y obsesivo tome la palabra, se presente e inicie un monodi¨¢logo, o un leve di¨¢logo, a veces con seres de otra especie, produci¨¦ndose a menudo una disputa. Sus personajes se saben ¨²nicos, pues suelen ser tipos solitarios con miedo al silencio, que han padecido el desamor, y casi nunca pretenden entenderse con los dem¨¢s; antes bien soltar cada uno la suya¡ As¨ª, las conversaciones suelen ser tan inveros¨ªmiles, como grotescos resultan los retratos de los personajes, quienes a menudo est¨¢n en los l¨ªmites entre lo humano, lo animal y lo monstruoso, como ocurre con el gallitigre o el gallileo, s¨ªmbolos de la armon¨ªa de los contrarios. En otros casos, presentan alguna anomal¨ªa, ceguera o malformaci¨®n que les impide alcanzar la felicidad. No menos sorprendente resulta la erudici¨®n que lucen animales y humanos, siempre al servicio de lo parad¨®jico. El caso es que estas narraciones, que suelen concluir de manera abrupta y a veces poco afortunada, aunque tiendan a la f¨¢bula sat¨ªrica, carecen de lecci¨®n moral. En ellas la conducta de los animales resulta una proyecci¨®n de la del hombre.
A sus 80 a?os, este aragon¨¦s afincado en Barcelona se ha ganado a pulso un lugar destacado en la historia de la narrativa contempor¨¢nea. La singularidad de sus propuestas narrativas las han puesto de manifiesto sus mejores estudiosos y valedores, a la par que algunos narradores le han rendido tributo: Quim Monz¨®, ?ngel Zapata o Hip¨®lito G. Navarro.
Tras leer m¨¢s de ochocientas p¨¢ginas de relatos, acaso una estricta antolog¨ªa le hubiera hecho m¨¢s justicia. Tomeo ha confesado de s¨ª mismo ser ¡°un clown m¨¢s¡±, aunque cuando se mira al espejo, a uno de los que no tiene domesticados, observe a un caballo malhumorado. Habr¨ªa que preguntarle tambi¨¦n a Ram¨®n.
Cuentos completos. Javier Tomeo. Daniel Gasc¨®n (editor). P¨¢ginas de Espuma. Madrid, 2012. 872 p¨¢ginas. 29 euros
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