Don Pelayo sali¨® de la nada
Algunos mitos hist¨®ricos que no son lo que parecen
Don Pelayo. ¡°El mito fundacional por excelencia de la historia de Espa?a ha sido el de la Reconquista, entendida como el largo y ¨¦pico proceso de redenci¨®n o salvaci¨®n de la perdida Espa?a por culpas pret¨¦ritas (...). Sobre Don Pelayo no hay referencias hasta el siglo X, en paralelo a la construcci¨®n de la idea de Reconquista, se le hace noble godo, preso en C¨®rdoba y refugiado en Asturias. El mito se desarrolla a partir del XII. Alfonso X lo convierte en descendiente del rey Chindasvinto¡±.
Reyes Cat¨®licos. ¡°El matrimonio feliz y arm¨®nico como fundamento y a la vez met¨¢fora de la unidad nacional. El ¡®tanto monta-monta tanto¡¯ como s¨ªmbolo del equilibrio dom¨¦stico y de poderes (...). La unidad nacional no existi¨® en un sentido literal y solo cabe hablar de un gobierno compartido. No obstante, y pese a la fragilidad del presunto modelo nacional de los Reyes Cat¨®licos, este reinado quedar¨¢ en la memoria de los espa?oles como una Arcadia feliz, plena de equilibrio y armon¨ªa¡±.
Asalto a Barcelona el 11 de septiembre de 1714. ¡°En el siglo XVIII la cercan¨ªa de los hechos pesaba a¨²n demasiado y las menciones al 11 de septiembre fueron escasas (...) La fiesta del 11 de septiembre se empez¨® a celebrar en 1891 con homenajes anuales a la figura de Casanova. Entonces se inici¨® la tradici¨®n de publicar en prensa las esquelas dedicadas a los m¨¢rtires de 1714 (...) Las dictaduras de Miguel Primo de Rivera y de Francisco Franco hicieron parad¨®jicamente m¨¢s por la construcci¨®n de la memoria nacionalista catalana que los propios nacionalistas. Primo de Rivera prohibi¨® la Diada hasta 1930 (...) La Diada se conmemor¨® clandestinamente hasta 1976, a?o en que la celebraci¨®n en Sant Boi congreg¨® a 100.000 personas¡±.
La excepcionalidad vasca. ¡°A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII los vascos se creyeron los mejores espa?oles y el casticismo espa?ol encontr¨® su quintaesencia en la identidad vasca. Fue la ideolog¨ªa liberal del XIX la que cuestion¨® la idea de privilegio y fabric¨®, a caballo de la experiencia carlista, el arquetipo de la simplicidad y el aldeanismo rural vasco. Despu¨¦s lleg¨® el 98 y la decepci¨®n fue entonces vasca mientras se fabricaban todos los t¨®picos etnicistas y xen¨®fobos contra la inmigraci¨®n (maquetos). El nacionalismo desliz¨® a los vascos de su convicci¨®n de ser espa?oles excepcionales, los mejores, los m¨¢s castizos, a la conciencia de ser la excepci¨®n de la mediocre normalidad espa?ola¡±.
La marginaci¨®n de Galicia. ¡°La primera l¨ªrica hispana en lengua romance es la galaico-portuguesa. Pero desde el siglo XIII el uso literario del gallego se fue perdiendo hasta su resurrecci¨®n en el Rexurdimento del XIX (...) Santiago fue el gran referente que convirti¨® a Galicia en tierra de peregrinaciones, aunque nunca fue ¨ªdolo del galleguismo (...) El problema de Galicia ha sido su marginaci¨®n perif¨¦rica. Nunca ha sido sujeto agente de su propia historia. Su conciencia diferencial, m¨¢s que un discurso ideol¨®gico-pol¨ªtico s¨®lido, ha generado un ejercicio de melancol¨ªa¡±.
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