El museo del Prado abre una escuela de teor¨ªa del arte
El escritor F¨¦lix de Az¨²a se incorpora al Centro de Estudios de la pinacoteca
?Qu¨¦ ideas subyacen al final de Las Meninas? ?Hay una filosof¨ªa digna de ese nombre escondida en la belleza sin paliativos de Rafael? ?Acaso el arte no examinado no merece ser disfrutado? Preguntas como estas se plantear¨¢n desde enero en el Cas¨®n del Buen Retiro, durante el primer curso organizado por el Centro de Estudios, bajo la direcci¨®n del escritor, fil¨®sofo, poeta y traductor F¨¦lix de Az¨²a (Barcelona, 1944), catedr¨¢tico de Est¨¦tica.
Como segunda parte de un proceso ya iniciado con las c¨¢tedras del museo Prado, celebradas desde 2009, el curso se plantea como ¡°un experimento que se inicia en el peor momento en cuanto a las condiciones econ¨®micas, pero que se espera que se prolongue dos a?os m¨¢s¡±. Tratar¨¢ sobre el romanticismo, ¡°el momento en el que surge la idea de que al arte, m¨¢s all¨¢ de lo suntuoso, lo ¨²nico y lo bello, lo sostiene tambi¨¦n un discurso te¨®rico¡±, seg¨²n De Az¨²a. ¡°Los rom¨¢nticos alemanes llegaron a proponer el arte y la poes¨ªa como sustituci¨®n de la filosof¨ªa, y es ah¨ª donde arrancan todos los ismos¡±.
El programa junta, bajo el sugerente enunciado El ojo que piensa, clases te¨®ricas sobre asuntos como los inicios de la cr¨ªtica, el descubrimiento del paisaje como estado de ¨¢nimo o el pintoresquismo y sublimidad en Inglaterra, con seminarios pr¨¢cticos. Para ellos, De Az¨²a cuenta con algunos de los m¨¢s agudos expertos espa?oles en est¨¦tica, como Jos¨¦ Luis Pardo, Arturo Leyte, Jordi Ib¨¢?ez o los conservadores del museo Javier Port¨²s, Andr¨¦s ?beda o Javier Bar¨®n, que se valdr¨¢n de visitas a las salas del Prado para ilustrar las transformaciones art¨ªsticas del muy convulso siglo XIX.
¡°El recorrido anal¨ªtico de todo el proceso desde la constituci¨®n de las Academias, primer paso hacia la intelectualizaci¨®n de las artes, hasta las artes puramente te¨®ricas del siglo XX¡±, escribe De Az¨²a en el programa del curso, ¡°es uno de los caminos m¨¢s fruct¨ªferos para entender nuestra actual situaci¨®n tantas veces considerada ca¨®tica. Es un caos, posiblemente, pero tiene sentido¡±.
Para el director del museo, sin duda, tambi¨¦n lo tiene. Miguel Zugaza entiende la iniciativa acad¨¦mica, sellada adem¨¢s por la donaci¨®n de 6.500 vol¨²menes de filosof¨ªa del arte de la biblioteca personal del escritor a la de la pinacoteca, como la primera en un proceso para configurar la ¡°escuela del Prado, en cumplimiento de un mandato que nos hemos querido fijar y donde se podr¨¢n formar los historiadores del arte en el futuro¡±.
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