Catatumbo y un enero atroz
La escalada violenta en esta regi¨®n fronteriza trae los peores recuerdos: esas ¨¦pocas en las que los armados iban casa por casa, lista en mano, eligiendo sus v¨ªctimas para asesinarlas a la vista de todos. El desaliento de vivir en bucle
Colombia est¨¢ viviendo un enero atroz. La ofensiva de la guerrilla del ELN contra una de las disidencias de las extintas FARC, que ha dejado decenas de muertos en la regi¨®n del Catatumbo- ONU Derechos Humanos calcula m¨ªnimo 60, cifra que asciende a 80 de acuerdo con el gobernador de Norte de Santander- tiene a miles de civiles apabullados por el terror. La escalada violenta ha hecho revivir la peor de las reminiscencias: esas ¨¦pocas en las que los armados iban casa por casa, lista en mano, eligiendo sus v¨ªctimas para asesinarlas a la vista de todos, los muertos tirados en las calles como una amenaza para los que quedan, el sucesivo desplazamiento de campesinos con lo que tienen puesto, el ¨¦xodo con sus gallinas y mascotas. El desaliento de vivir en bucle.
?El Catatumbo es una tierra exuberante y calurosa que parece marcada por un sino tr¨¢gico apelmazado por los cultivos de coca: es considerada la regi¨®n donde hay m¨¢s hect¨¢reas sembradas en el mundo. Tambi¨¦n es tierra de frontera con Venezuela y ha sido azotada por distintos grupos en su historia: el ELN, el EPL, las FARC, los paramilitares, las disidencias de las FARC. Todos se han turnado la vida y la tranquilidad de sus pobladores ante la incapacidad estatal de a?os.
?All¨ª, bajo las ¨®rdenes de Salvatore Mancuso y Carlos Casta?o, entre 1999 y 2004, los paramilitares asesinaron a 12.427 personas y desaparecieron a otras 400 de las maneras m¨¢s crueles. Por eso, el presidente Gustavo Petro ha dicho que esa masacre cometida por la guerrilla del ELN ¡°calca perfectamente con el accionar de los grupos paramilitares¡±. La escalada violenta hizo que Petro decidiera suspender, una vez m¨¢s, el proceso de paz que adelanta con esa guerrilla. ¡°Lo sucedido en el Catatumbo no es sino una demostraci¨®n m¨¢s, del tr¨¢nsito de las guerrillas insurgentes hacia las organizaciones narco armadas¡±, escribi¨® tambi¨¦n en X.
?La ofensiva que ya se ha catalogado como crisis humanitaria o desangre del Catatumbo, comenz¨® de una forma cruel: el asesinato de Miguel ?ngel L¨®pez, due?o de una funeraria de Tib¨², junto a su esposa y su beb¨¦ de 9 meses. El hombre, a pesar de las amenazas, hac¨ªa el levantamiento de cad¨¢veres de los muertos que ven¨ªan ocurriendo en la regi¨®n, que en los ¨²ltimos a?os estaba escalando¡±. El ELN culpa al frente 33 de las disidencias. Poco tiempo despu¨¦s de esa masacre, las redes sociales se vieron inundadas de videos de campesinos y l¨ªderes sociales huyendo de la guerrilla del ELN y pidiendo ayuda del Gobierno para ser rescatados.
?Para conocedores del conflicto armado, hay varias particularidades de esta escalada. Primero, la escena de campesinos siendo evacuados en helic¨®pteros de las fuerzas armadas es in¨¦dita. El ministro de Defensa, Iv¨¢n Vel¨¢squez, fuertemente cuestionado por no atender a tiempo las alertas que se hicieron desde noviembre de esta crisis, dijo que su prioridad es justamente ¡°la extracci¨®n de las personas en riesgo¡± y la atenci¨®n humanitaria a los desplazados que ya se cifran en 36.000 y se abarrotan en coliseos de los municipios de Oca?a, C¨²cuta, Tib¨² y Hacar¨ª.
?La escalada violenta ocurre tambi¨¦n en el contexto de una enorme fragmentaci¨®n de los grupos armados y en medio de negociaciones de paz. Tanto el ELN como el frente 33 de las disidencias de las FARC han participado en ceses al fuego, que han comenzado o suspendido en distintos momentos. El congresista Humberto de La Calle, quien fue jefe del equipo negociador en el proceso de paz con la extinta guerrilla de las FARC, durante el mandato de Juan Manuel Santos, hab¨ªa se?alado ese riesgo. ¡°Muchas veces interrogu¨¦ sobre esto: si se enfrentan dos bandas una de las cuales est¨¢ en cese de fuego con el Estado, ?c¨®mo proceder? ?Aliarse con una en contra de la otra? ?Servir solo de ¨¢rbitro humanitario? ?Combatir a ambas?¡±, escribi¨®. De La Calle ha dicho que el gobierno ha cometido errores como ¡°los ceses al fuego desordenados, ausencia de ley de sometimiento, descontrol territorial¡±; pero se mostr¨® abierto ante el Gobierno porque se trata de ¡°la m¨¢s grave afectaci¨®n en d¨¦cadas¡± y ¡°una urgencia nacional¡±.
?El respaldo que recibi¨® Petro al suspender el proceso de paz con el ELN no le alcanza, sin embargo, para su determinaci¨®n de declarar dos estados de excepci¨®n: la conmoci¨®n interior y la emergencia econ¨®mica. Desde que lo anunci¨® en X el lunes (a¨²n no presenta el decreto que formaliza la decisi¨®n y debe dar m¨¢s detalles de las medidas), la oposici¨®n comenz¨® a criticarlo y alertar de que puede utilizarla en a?o preelectoral. La conmoci¨®n interior no se decretaba desde hace 17 a?os y Petro defiende que la dimensi¨®n de la crisis humanitaria la justifica. ¡°?Van decenas de muertos y no hay justificaci¨®n para conmoci¨®n interior? As¨ª estamos acostumbrados a la muerte. ?Prefieren debilitar al gobierno que detener el narco?¡±, dijo. Busca evitar un efecto de propagaci¨®n, pues ya hay enfrentamientos tambi¨¦n en la regi¨®n de Guaviare, en el suroriente del pa¨ªs. Esta vez entre dos facciones de disidencias de las FARC que han dejado ¡°un alto n¨²mero de personas muertas y heridos¡±, de acuerdo con la Defensor¨ªa, que no ha precisado cu¨¢ntas ser¨ªan las v¨ªctimas.
?Mientras el pa¨ªs espera el documento para entender el alcance, el ministro Vel¨¢squez dijo que est¨¢n enviando m¨¢s ¡°efectivos militares al Catatumbo¡±. All¨ª, sin embargo, no solo faltan militares sino jueces, fiscales y hasta funerarios como el que fue asesinado con su familia en este enero de terror.
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