El Rey regresa a Estoril
Telecinco rueda en Portugal una miniserie de tres cap¨ªtulos basada en la vida de don Juan Carlos y la relaci¨®n con su padre, el conde de Barcelona
La escena es as¨ª: en una terraza de la palaciega mansi¨®n de la Casa de la Orden Malta de Estoril, con la majestuosa playa de Tamariz al fondo, un grupo de personas dialogan en un caf¨¦ de lujo. Hay camareros de chaqueta azul celeste y damas envueltas en abrigos caros. En el centro, el actor Fernando Gil, caracterizado de pr¨ªncipe Juan Carlos, habla con su hermana Pilar y sus hijas Elena y Cristina, a¨²n no infantas, de no m¨¢s de siete u ocho a?os. Tras algunos errores, el director de la serie, Norberto L¨®pez Amado, da por buena la toma y se pasa a la escena siguiente. El de la plaqueta informa: se rueda El Rey,una miniserie de televisi¨®n producida por Telecinco y Videomedia que contar¨¢, en tres cap¨ªtulos de 70 minutos, una parte definitiva y pol¨¦mica de la vida del Monarca: su relaci¨®n con su padre, el conde de Barcelona, heredero al trono.
¡°M¨¢s que una serie hist¨®rica que vaya encadenando episodio tras episodio, esto es una suerte de obra shakespeariana¡±, explica el director, que ha rodado, entre otras, Tierra de Lobos y La Rep¨²blica. L¨®pez Amado a?ade que la serie arranca cuando don Juan Carlos, a los 10 a?os, es enviado a estudiar a Madrid, a la sombra de Franco. ¡°Va solo, a un ambiente algo hostil, empujado por su padre, que lo utiliza un poco como moneda de cambio ante la dictadura. As¨ª, Juan Carlos, que crece lejos de su familia, se convertir¨¢ en alguien que constantemente andar¨¢ en busca de un padre y lo encontrar¨¢ en algunos preceptores, en Torcuato ?lvarez de Miranda o en L¨®pez Rod¨®¡¡±.
Con tres cap¨ªtulos, es ¡°una obra shakespeariana¡±, seg¨²n su director
La serie busca realismo, verosimilitud. De ah¨ª que los escenarios sean los mismos de entonces y de ah¨ª que ahora se ruede en Estoril, donde don Juan pas¨® buena parte de su exilio y don Juan Carlos buena parte de su infancia y sus veranos de adolescencia. Las c¨¢maras, pues, entrar¨¢n en Villa Giralda o en otros lugares emblem¨¢ticos de los Borbones en Portugal, pero tambi¨¦n, y ya en Espa?a y durante los pr¨®ximos dos meses de rodaje, en El Pardo o en el palacio de Miramar.
El actor que interpreta a don Juan es Jos¨¦ Luis Garc¨ªa-P¨¦rez. Lleva encima un quintal de maquillaje a fin de alargarle la nariz, envejecerle el rostro y hacer que parezca 30 a?os mayor. Asegura que se ha empapado de informaci¨®n, de documentaci¨®n, que ha buceado en las biograf¨ªas y en los testimonios de la ¨¦poca para redondear el car¨¢cter. ¡°Era un hombre con un concepto de la monarqu¨ªa que ya no existe. No es que yo lo defienda. Pero es consecuente con ¨¦l, ve¨ªa el hecho de ser rey como un designio brutal. Fue hijo de rey y padre de rey, pero ¨¦l no lo fue. Por eso, el d¨ªa que abdic¨® en su hijo yo dir¨ªa que pasaron por su cabeza siete millones de sentimientos contradictorios¡±, explica.
Fernando Gil, don Juan Carlos en la serie ¡ªque a¨²n carece de fecha para su emisi¨®n¡ª, ya interpret¨® al pr¨ªncipe Felipe en la serie Felipe y Letizia. Aparece tambi¨¦n maquillado, con un brillante cabello pelirrojo echado para atr¨¢s. Este parecido es bienvenido, pero Gil explica que ¡°dar verdad¡± al personaje (y a toda la obra) va m¨¢s all¨¢ de imitar su manera de moverse o de hablar. ¡°No tenemos que obcecarnos en interpretar a personas que son reales y que existen, sino en verlo todo como un drama¡±, explica.
El guion es de Santos Mercero, que comenz¨® a escribirlo hace dos a?os y medio, antes de que la monarqu¨ªa se viera sacudida y cuestionada debido a varios esc¨¢ndalos sucesivos (el procesamiento de I?aki Urdangarin y la cacer¨ªa de elefantes de don Juan Carlos). ¡°Nuestra serie termina cuando muere don Juan. Todo eso que vino despu¨¦s es otra pel¨ªcula¡±, a?ade, con una sonrisa, Gil.
Por la serie desfilar¨¢n Franco, Carmen Polo, la reina Sof¨ªa, Torcuato ?lvarez de Miranda y la Transici¨®n entera: un pedazo crucial de la historia contempor¨¢nea espa?ola que, a juicio del director L¨®pez Amado, no se ha contado mucho ni en la televisi¨®n ni en el cine de esta manera, esto es, poniendo en pie a los protagonistas que la hicieron posible. ¡°Quiz¨¢ porque se ha tenido miedo. Miedo a no ofender. Nosotros tampoco tratamos de contar lo que todo el mundo sabe, sino de recalcar los sentimientos que hab¨ªa detr¨¢s¡±, explica. Tal vez tambi¨¦n haga falta cierta distancia generacional. ¡°Yo tengo 45 a?os. Y es verdad que para contar esto tal vez haga falta no haberlo vivido a fin de que desaparezca cierta sensaci¨®n de falsedad¡±.
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