Jacques Audiard: ¡°Vivimos tiempos de un cinismo realmente odioso¡±
El director franc¨¦s estrena en Espa?a 'De ¨®xido y hueso', un drama amoroso protagonizado por Marion Cotillard y Matthias Schoenaerts
Jacques Audiard (Par¨ªs, 1952) es como sus pel¨ªculas. Aunque sea un lugar com¨²n aplicar el paralelismo entre un creador y sus obras, parece imposible no caer en la tentaci¨®n con el cineasta franc¨¦s, un tipo atildado, de traje elegante, siempre de corte moderno, con alg¨²n detalle rompedor, al que le gusta llevar sombrero o gorra ¨Cno suele descubrir su calva- y unas gafas de sol que aumentan la fiereza de su sonrisa. Es cineasta como podr¨ªa ser g¨¢nster: impoluto y contundente en el vestuario y en la charla. Le gustan las pel¨ªculas directas, como crochets pugil¨ªsticos, la mejor manera de definir Un h¨¦roe muy discreto, Lee mis labios, De latir mi coraz¨®n se ha parado, Un profeta y la que estrena hoy en Espa?a, De ¨®xido y hueso.
No sali¨® bien parado del certamen de Cannes este drama amoroso, la relaci¨®n entre una entrenadora de orcas que pierde las piernas (Marion Cotillard, reclamando a gritos su segundo oscar) y un exboxeador (sorprendente Matthias Schoenaerts) que sobrevive con un hijo de seis a?os como puede, con peque?as chapuzas. Cuando Audiard vino a Espa?a a la entrega de los Goya, a los que optaba con Un profeta, ¨¦l y su guionista habitual, Thomas Bidegain, aseguraban que iban a hacer algo rom¨¢ntico. Con sus desazones morales, su pobreza econ¨®mica, su crudeza emocional y su violencia f¨ªsica, ?es De ¨®xido y hueso lo que ellos entienden como romanticismo? ¡°Tengo dudas. Quer¨ªamos decir que est¨¢bamos escribiendo una historia de amor, algo que era nuevo para Tom y para m¨ª. Es cierto que hemos batallado con los relatos del canadiense Craig Davidson que nos inspiraron el filme, porque les hemos pegado algo que no ten¨ªan: el personaje femenino. Se resist¨ªan¡±.
Es la primera vez que Audiard coloca como motor de la historia a una mujer. ¡°Cuando estaba montando Un profeta, confirm¨¦ que cada pel¨ªcula provoca una frustraci¨®n, y la de Un profeta era que no hab¨ªa mujeres, ni amor, no hab¨ªa espacio o luz, y r¨¢pidamente naci¨® el deseo de esa historia de amor y de un personaje femenino. Justo entonces le¨ª los relatos de Davidson. Entonces eran dos proyectos distintos, y acabamos atornill¨¢ndolos¡±. En De ¨®xido y hueso hay amor, luz y espacio, pero al estilo Audiard: a la protagonista la enclaustra en una silla de ruedas, la luz y el espacio son angustiosos, casi dolorosos en contraposici¨®n a las dificultades de la protagonista, el amor tarda en surgir. ¡°Puede que sean conceptos abstractos, de acuerdo, pero mi deseo no lo era. Son personajes encerrados en s¨ª mismos que viven una historia de amor, y cuento c¨®mo nace y los distintos casos que hay: de un hijo a un padre, entre hermanos y el de la pareja protagonista, que pasa de la amistad a los servicios sexuales para acabar en el te quiero¡±.
De ¨®xido y hueso recuerda poderosamente a Una vida mejor, de C¨¦dric Kahn, con Guillaume Canet en ese rol de padre al borde del desahucio econ¨®mico y moral, oprimido en espacios abiertos, de sentimientos encerrados. ¡°S¨¦ de que hablas, aunque no la he visto. Conozco a C¨¦dric, me han preguntado otras veces por ella. Tambi¨¦n me preguntan por¡ ?c¨®mo se llama la pel¨ªcula esa de Fran?ois Cluzet que es parapl¨¦jico?¡±. ?Intocable? ¡°Ah, esa, pero tampoco la he visto. Es el a?o de las sillas de ruedas¡±. Mientras dice esta frase entre risas, Audiard saca lo mejor de su sarcasmo: por el tono y los gestos queda claro que sabe perfectamente el t¨ªtulo de Intocable, el descomunal ¨¦xito franc¨¦s en la taquilla mundial, pero que no tiene la categor¨ªa f¨ªlmica como para que ¨¦l la vea.
¡°La fotogenia es una gracia divina.Y Marion Cotillard la posee¡±
Como en sus restantes pel¨ªculas, Audiard aprovecha para dar pinceladas de descripci¨®n social: el trasfondo de la historia de amor es una Costa Azul habitada por pobres, por los criados de los ricos que disfrutan de las playas, las personas que se mueven en el patio trasero de una vida de lujo. ¡°Forma a los personajes. A veces choca ver pel¨ªculas con banqueros y modelos. En los relatos de Davidson ya estaban estas personas devastadas por la crisis. ?Qu¨¦ les queda? A Al¨ª solo le queda su cuerpo: su hijo y ¨¦l comen de las basuras y gana dinero en las peleas callejeras. Como su hermana, cajera de un supermercado que se alimenta de productos caducados. Son felices, porque esas privaciones no excluyen la felicidad, sino que te hacen relativizar las cosas. Tienen en cambio una vida colectiva, amigos con los que hacen pi?a¡±. Es el tenue optimismo con el que Audiard ahonda en la brutal crisis econ¨®mica actual. ¡°Vivimos momentos en los que los pobres se comen a los pobres, viven en la pobreza obligados a la inmoralidad, mientras los ricos siguen ah¨ª arriba. Hay un cinismo odioso¡±.
Un profeta dej¨® el nivel muy alto, pero a Audiard le da igual las expectativas provocadas. ¡°No me importan las opiniones, lo que me inquietan son las ideas. Y sus consecuencias. Por ejemplo, que te den un cheque en blanco para tu siguiente trabajo tras un ¨¦xito. No leen tu guion, te dan el dinero que necesitas sin preguntar. De eso hay que desconfiar porque si lo ves desde el punto de vista del dinero te puede hacer insidioso con los actores, los t¨¦cnicos, lanzarte a la boutade como mear en un piano y hacerlo pasar por algo ingenioso, genial¡±.
Marion Cotillard ya tiene un oscar, y su primer valedor para una segunda estatuilla es Audiard. ¡°Fue complejo para ella porque compagin¨® el rodaje con otro en Estados Unidos. Es encantadora. Llen¨® de detalles su personaje. Desde luego el mundo es injusto: la fotogenia es una gracia divina. Ella la posee. Eso juega a favor del personaje. Esa cara tan marcada¡±. Hay una secuencia en la que Cotillard, a la que le han borrado las piernas digitalmente, se resbala del asiento de un coche por no llevar cintur¨®n¡ y no tener punto de apoyo. Es una r¨¢faga, mas una r¨¢faga brillante. ¡°Creo que Marion ha inventado algo¡±. Y Audiard se tira del sof¨¢ dos veces, repitiendo ese momento y otra secuencia que no pudo rodar.
A Audiard ahora le esperan tres proyectos, todos en el aire, entre ellos un western. ¡°Pues s¨ª, es un encargo, una historia que se desarrolla en 1870 en mitad de la fiebre del oro. No hab¨ªa pensado que es la primera vez que alguien me encarga algo, en este caso adaptar una novela. S¨ª, un encargo. Umm, tengo que acostumbrarme a la palabra¡±.
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