Tortura y pol¨¦mica en la pantalla
La nueva pel¨ªcula de Kathryn Bigelow, ¡®La noche m¨¢s oscura¡¯, sobre la captura de Bin Laden, reabre el debate sobre los m¨¦todos de la CIA para obtener informaci¨®n
A¨²n no se ha estrenado ¡ªllega a las pantallas estadounidenses el 11 de enero, y en Espa?a se ver¨¢ una semana antes¡ª, pero el ruido medi¨¢tico logrado por la nueva pel¨ªcula de Kathryn Bigelow, La noche m¨¢s oscura (Zero dark thirty)¡ªgracias a su ¨¦xito entre los cr¨ªticos o a las candidaturas a premios como los Globos de Oro, anunciados ayer y en los que ha obtenido cuatro nominaciones¡ª, ha reabierto en Estados Unidos el debate sobre la legitimidad de la tortura ¡ªdebate sobre una cuesti¨®n pol¨ªtica y moral que se abri¨® durante la presidencia de George W. Bush con la creaci¨®n de Guant¨¢namo y las c¨¢rceles secretas de la CIA¡ª. Bigelow ilustra, como si fuera una cr¨®nica period¨ªstica alejada de cualquier opini¨®n (o justo por su renuncia, cargada de ella), la d¨¦cada que pas¨® la CIA tras el fantasma de su enemigo p¨²blico n¨²mero 1, Osama Bin Laden. ?Fueron cruciales en la muerte de Bin Laden los brutales interrogatorios a los que fueron sometidos algunos sospechosos? ?Se le habr¨ªa dado caza de no haberse producido?
El filme est¨¢ triunfando entre la cr¨ªtica, aunque a¨²n no se ha estrenado
Tanto el expresidente Bush ¡ªen sus memorias¡ª como sus ide¨®logos de la guerra contra el terrorismo siguen insistiendo en que la fuerza fue necesaria y b¨¢sica para persuadir a hablar a los miembros de Al Qaeda que finalmente condujeron a los Navy Seals a la guarida de Bin Laden en Abbottabad (Pakist¨¢n). John Yoo, uno de los abogados de Bush a cargo de la arquitectura legal que dio luz verde a la tortura en una de las ¨¦pocas m¨¢s oscuras de la historia estadounidense, justificaba el uso de las eufemisticamente llamadas ¡°t¨¦cnicas de interrogatorio violentas¡± dos d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Bin Laden en mayo de 2011. ¡°El presidente Obama puede hoy, legitimamente, atribuirse el ¨¦xito. Pero se lo debe a las duras decisiones que hubo que tomar durante la Administraci¨®n Bush¡±, escribi¨® Yoo en la revista National Review.
Obama y las organizaciones de derechos humanos simplemente han calificado esas t¨¦cnicas como torturas y manifestado que suponen la traici¨®n de principios b¨¢sicos establecidos en la Constituci¨®n de su pa¨ªs. ¡°Am¨¦rica no tortura¡±, es la frase que pronuncia el actual presidente de EE UU durante la ¨²nica aparici¨®n que hace en la pel¨ªcula de Bigelow a trav¨¦s de una pantalla de una televisi¨®n. Por lo dem¨¢s, el mandatario que lleg¨® al poder en 2008 fue muy t¨ªmido en su declaraci¨®n sobre ese oscuro episodio y declar¨® que hab¨ªa llegado la hora de mirar ¡°hacia delante y no hacia atr¨¢s¡±.
Sobre la tortura en los a?os que siguieron a los ataques del 11-S no ha existido una comisi¨®n de la verdad y el informe que esta semana debe de aprobar el Senado ¡ªy del que no se conocer¨¢n detalles en meses¡ª est¨¢ lastrado antes de su nacimiento debido a una lucha partidista que ha dejado a los republicanos fuera de su redacci¨®n. Tan solo hay una excepci¨®n en las filas republicanas a favor de ese informe y su exposici¨®n p¨²blica, la del senador por Arizona y antiguo pretendiente a la Casa Blanca, John McCain, quien fue torturado cuando era prisionero en Vietnam del Norte y todav¨ªa luce secuelas.
Tanto Bush como sus ide¨®logos insisten en que la fuerza fue necesaria
Hay quien considera que la tortura hace hablar, como podr¨ªa sugerir La noche m¨¢s oscura, ya que el dolor y el p¨¢nico que se ejerce sobre un prisionero en los primeros minutos de filme concluye con la caza y captura del l¨ªder de Al Qaeda al final de la pel¨ªcula. Pero lo cierto es que dos prisioneros que han pasado por las c¨¢rceles secretas y que ahora esperan juicio en Guant¨¢namo son prueba de lo contrario. Uno de ellos es Jalid Sheij Mohamed, el supuesto cerebro del 11-S y sobre quien se aplic¨® 183 veces la t¨¦cnica de interrogatorio conocida como waterboarding o ahogamiento simulado. Mohamed no solo no dijo la verdad sino que enga?¨® a sus torturadores y los desvi¨® del camino a seguir.
Como expuso el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor, tras la muerte de Bin Laden: ¡°Si el waterboarding hubiera producido resultados en 2003 ¡ªcuando se practic¨®¡ª habr¨ªamos acabado con Bin Laden en 2003¡±.
A cambio lo que queda es una pel¨ªcula vibrante, con una imperial Jessica Chastain como agente de la CIA con un ¨²nico objetivo en la vida: cazar a Bin Laden. Bigelow sigue siendo una superdotada para la acci¨®n, una mano que le luce en el tramo final, con la recreaci¨®n de la entrada de los comandos de los Navy Seals en la casa de Bin Laden. La CIA estar¨¢ contenta: entre La noche m¨¢s oscura y Argo, de Ben Affleck, est¨¢ logrando un lavado de cara colosal. Con o sin waterboarding.
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