¡®Minable¡¯
Se equivoc¨® el primer ministro Ayrault al tildar de ¡°minable¡± la decisi¨®n del actor G¨¦rard Depardieu de instalarse en B¨¦lgica para eludir el aumento de la fiscalidad en Francia. Minable viene a decir despreciable y si algo se ha ganado el enorme actor en su carrera es el aprecio. Las mil y una ficciones que lo han engordado convierten al actor franc¨¦s en un mito. Su apoyo a Sarkozy, incluida la comprensi¨®n con algunas de sus empresas, ya decantaba sus opiniones pol¨ªticas. El exilio contable es la deserci¨®n del siglo XXI. As¨ª como pagar los impuestos es la ¨²nica forma cre¨ªble de eso que antes se llamaba patriotismo. Menos banderas, pues, y m¨¢s hondear las declaraciones de la renta.
Cuando el due?o de Louis Vuitton amenaz¨® con irse de Francia hubo un temple cr¨ªtico. Francia debe mucho a su Vuitton o su Mo?t, pero tambi¨¦n aquellas marcas le deben algo a su lugar de origen. Porque ser franc¨¦s suma un plus, y nunca mejor dicho, a cualquier producto de lujo. Prueben a vender ropa, bolsos y espumosos de alta calidad diciendo, por ejemplo, que son de Cantalejo del Jarama. La deserci¨®n no se combate con insultos, sino con talante seductor y, a¨²n mejor, con argumentos s¨®lidos de justicia social para la econom¨ªa dom¨¦stica.
El lamento mayor que escond¨ªa detr¨¢s ese ¡°lamentable¡± del pol¨ªtico franc¨¦s era pensar que se evaden de una tacada Cyrano, Ob¨¦lix, Danton, Martin Guerre, Marin Marais, Rodin y hasta el coronel Chabert. Solo se le va el actor, ese que acostumbran a ver de borracho excesivo, incorrecto pero libre como su hermosa carta de adieu, con escondida fragilidad tras el aire de hipop¨®tamo, que ya perdi¨® un Oscar porque saltaron a la prensa puritana americana sus desmanes juveniles y a la industria le gusta dejar claro en un letrero que todo parecido de la ficci¨®n con la realidad es pura coincidencia. Los equilibrios contables est¨¢n rompiendo las costuras, por arriba y por abajo, en buena parte de Europa. Los que abandonan el barco tienen sus razones. Los que no pueden hacerlo soportan algo m¨¢s duro. El equilibrio se complica m¨¢s cada d¨ªa. Hollande tendr¨¢ que contrapesar la deserci¨®n de un gigante mostrando la utilidad de su pol¨ªtica para el bien com¨²n.
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