Patty Shepard, bello rostro para un cine de transici¨®n
La estadounidense fue actriz habitual en pel¨ªculas de g¨¦nero en el cine espa?ol de los a?os sesenta y setenta
La actriz Patty Shepard falleci¨® en Madrid el pasado 3 de enero a los 67 a?os, v¨ªctima de un infarto. La noticia no ha tenido el eco merecido, probablemente porque sean ya pocos quienes recuerdan su presencia en el cine espa?ol de los a?os sesenta y setenta, cuando intervino en unas 50 pel¨ªculas. Cierto que la mayor¨ªa de ellas fueron de g¨¦nero, especialmente de terror, algunas junto al especializado Paul Nashy, que ahora valoran con entusiasmo los espectadores incondicionales (Los monstruos del terror, de Tulio Demicheli, 1970; La noche de Walpurgis, de Le¨®n Klimovski, 1971; El asesino est¨¢ entre los trece, de Javier Aguirre, 1973)¡ Patty Shepard vino a parecerse a Barbara Steele, musa brit¨¢nica encumbrada en el cine de miedo, aunque aportando una inquietante dulzura a sus personajes sat¨¢nicos. Eran tiempos del cine espa?ol en el que este tipo de producciones baratas combinaban con el spaghetti western y la comedia er¨®tica. Entre otras, Patty Shepard protagoniz¨® ...Y si no, nos enfadamos, de Marcello Fondato, 1974, junto a la pareja cl¨¢sica del western europeo Terence Hill y Bud Spencer, y tambi¨¦n La curiosa, de Vicente Escriv¨¢, en la que daba vida a una chica de 25 a?os que a¨²n no sab¨ªa c¨®mo se hacen los hijos¡ Pero no fueron de estos g¨¦neros sus ¨²nicas pel¨ªculas. La reclamaron, entre otros directores, Manuel Summers (?Por qu¨¦ te enga?a tu marido?, 1969), Iv¨¢n Zulueta (Un, dos, tres, al escondite ingl¨¦s, 1970), Eloy de la Iglesia (El techo de cristal, 1971), Jos¨¦ Antonio de la Loma (Timanfaya, 1972), Pedro Olea (La casa sin fronteras, 1972), Jaime de Armi?¨¢n (Un casto var¨®n espa?ol, 1973), Antoni Ribas (La ciudad quemada, 1976)¡
Shepard pose¨ªa una expresi¨®n angelical que cautivaba, una mirada transparente y una sonrisa deslumbrante, buen sentido del humor y una profesionalidad a prueba de bomba. Su presencia signific¨® algo nuevo para el cine espa?ol, pero quiz¨¢s fue demasiado discreta para obtener relumbr¨®n popular; en aquellos a?os no exist¨ªa la morbosa curiosidad actual por la vida ajena. Esta norteamericana nacida en Greenville, Carolina del Sur, hab¨ªa aterrizado en Espa?a acompa?ando a su padre, oficial de la Fuerza A¨¦rea de Estados Unidos, destinado a la base madrile?a de Torrej¨®n. A sus 18 a?os ella estaba dispuesta a estudiar Filosof¨ªa y Letras, pero pronto llam¨® la atenci¨®n de expertos en publicidad y su bello rostro comenz¨® a ilustrar los spots del co?ac Fundador, con tal simpat¨ªa y gracia inocente, que seguramente estimul¨® a su consumo a los menos proclives. Casada con el tambi¨¦n actor Manuel de Blas, su carrera en el cine fue inmediata y f¨¦rtil, hasta que a finales de los a?os ochenta decidi¨® retirarse. En cualquiera de las pel¨ªculas en que intervino despleg¨® una magia ya inolvidable.
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