Locura, poder y soledad en la escena teatral
Natalia Men¨¦ndez, Najwa Nimri y Marta Etura asaltan los escenarios del Espa?ol y el Matadero Sus propuestas est¨¢n marcadas por emociones y angustias vitales
Las pesadas cortinas de pl¨¢stico transparente del Matadero de Madrid se abren esta tarde al paso de tres mujeres. Una es directora de escena, las otras dos son actrices. El teatro Espa?ol y las naves del Matadero acogen esta temporada, en el inicio del a?o, las propuestas bien diferentes de estas creadoras, que van desde la locura a la soledad, pasando por el poder y la ambici¨®n. Natalia Men¨¦ndez, Najwa Nimri y Marta Etura conocen de sobra lo imprescindibles que son los riesgos y los miedos para el ¨¦xito. A unos se enfrentan con la mirada fija, sin pesta?ear, el miedo lo cuidan y acarician para que no salte de manera imprevista e incontrolable.
Natalia Men¨¦ndez se enfrentar¨¢ a un texto de Marguerite Duras en la primera obra que dirige tras hacerse cargo del festival de Almagro, hace ya tres temporadas, y lo har¨¢ con una obra, La amante inglesa, que se adentra sin tapujos en la cordura, la locura, el maltrato, el desconocimiento del otro. Najwa Nimri, que ha elegido el color amarillo, ese color tan supersticioso para la gente del teatro ¡ªel gran Moli¨¨re muri¨® en escena llevando un bat¨ªn de ese color¡ª, se estrena como actriz de teatro tras m¨¢s de quince a?os en el cine y la canci¨®n. Y lo har¨¢ nada menos que con el personaje de Ant¨ªgona, en la versi¨®n de la tragedia que escribi¨® Jean Anouilh y que ha versionado y dirigido el tambi¨¦n actor y director Rub¨¦n Ochandiano. ¡°Es el primer grito hist¨®rico ante el poder¡±, dice Nimri sobre este personaje al que le ha dado tantas vueltas. En la aventura de Marta Etura, que debuta como directora de escena con Invierno en el barrio rojo, escrita por el estadounidense Adam Rapp, hay un poco de todo. Ganas de mirar desde fuera el trabajo interpretativo, de saber de las dificultades y de controlar el proceso en su totalidad.
No niega Natalia Men¨¦ndez (Madrid, 1967) que su formaci¨®n francesa ¡ªes de padre espa?ol y madre francesa¡ª ha influido en la elecci¨®n de Marguerite Duras ¡ª¡°es una mujer que llega al fondo y la esencia de las cosas sin cortapisas, que lo que escribe nunca es banal ni evidente¡±¡ª para volver a la direcci¨®n despu¨¦s de su ¨²ltima puesta en escena con Realidad, de Tom Stoppard en el Centro Dram¨¢tico Nacional en 2010. La literatura y el teatro franc¨¦s siempre han estado presentes en la vida y el trabajo de esta mujer que ha tocado no uno sino muchos palos. Licenciada en interpretaci¨®n y direcci¨®n de escena en Madrid, es tambi¨¦n traductora y desde hace tres a?os est¨¢ al frente del Festival de Teatro Cl¨¢sico de Almagro. La amante inglesa parte de una cr¨®nica period¨ªstica sobre el asesinato de un hombre a manos de su mujer sucedido en 1949 en la regi¨®n francesa de Essonne. El cuerpo de la v¨ªctima fue descuartizado y lanzado en pedazos en los trenes de mercanc¨ªas que pasaban por la zona. Duras transform¨® esta cr¨®nica en una novela y una obra de teatro. ¡°Es una obra que desazona, que habla de emociones, que plantea qui¨¦nes son los culpales, los responsables de un crimen, pone al espectador ante la perspectiva de preguntas sin respuestas, son ellos, los espectadores, los que tienen que componer su propia obra¡±, asegura Men¨¦ndez, quien en La amante inglesa presenta, tanto a la asesina como a la v¨ªctima, que son mujeres. La obra, con una escenograf¨ªa muy l¨ªrica, tiene dos partes bien diferenciadas. En la primera es interrogado el marido de la asesina y en la segunda es la propia asesina la que se somete a las preguntas de la investigaci¨®n. ¡°El interrogador no es polic¨ªa ni juez, se desconoce la profesi¨®n, puede ser incluso un escritor o un confesor, incluso un terapeuta. Lo destacable de esta funci¨®n es que no es nada expl¨ªcita. He querido crear un espacio de sensaciones¡±.
La amante inglesa, en la Sala 2 del Matadero, desde el pr¨®ximo d¨ªa 30, coincidir¨¢ con Ant¨ªgona, en la Sala 1 desde el 6 de febrero. Se la ve bien a Najwa Nimri (Pamplona, 1972) en el t¨ªpico camerino teatral, bombillas iluminadas en todo el per¨ªmetro de un gran espejo que domina el espacio, donde se agradece el calorcito frente al fr¨ªo de esas grandes naves del sur de Madrid. 17 a?os en el mundo del cine ¡ªsu primera pel¨ªcula Salto al vac¨ªo, de Daniel Calparsoro es de 1995¡ª y con nueve discos en el mercado, Nimri se estrena en el teatro con Ant¨ªgona. No ha sido una decisi¨®n f¨¢cil, confiesa sin complejos. Ant¨ªgona, basada en la versi¨®n de la tragedia que Jean Anouilh escribi¨® en 1942 durante la ocupaci¨®n alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial, es, en la versi¨®n de Rub¨¦n Ochandiano, un personaje desgarrador que representa la lucha de la justicia ante el poder y un canto a la libertad. ¡°Rub¨¦n ha situado la historia en el presente. En realidad ha presentado un carromato de freaks, con mujeres barbudas, trapecistas y payasos. Tiene una visi¨®n bastante moderna de la historia y, aunque no s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ el resultado final, lo que s¨ª estamos comprobando en los ensayos es que es una mezcla de violencia, poes¨ªa y comedia¡±.
Las artistas presentan obras de Marguerite Duras, Jean Anouilh y Adam Rapp
El primer papel que le ofrecieron fue el del narrador Anouilh. No tuvo dudas al rechazarlo. ¡°Dije que no porque era m¨¢s o menos lo mismo que yo estaba haciendo en un escenario como cantante. Me pareci¨® que no iba a explorar lo que yo quer¨ªa explorar en el teatro. Pens¨¦ que iba a ver a todos mis compa?eros actuando y que eso me iba a hacer sufrir mucho¡±. La actriz de Luc¨ªa y el sexo o Los amantes del Circulo Polar se decidi¨® meses despu¨¦s cuando, por azares del casting, Ochandiano lleg¨® ¡ª¡°qu¨¦ tozudo y en¨¦rgico es, agotador¡±¡ª con el gran personaje debajo del brazo. Y ante Ant¨ªgona, Nimri se arrodill¨®. ¡°Me daba igual un papel peque?o que uno protagonista. Lo que yo quer¨ªa era estrenarme en el teatro interpretando. Y me enamor¨® el momento, todo lo que se contaba en la obra cuadraba y ten¨ªa sentido para m¨ª. Tengo la sensaci¨®n de que vamos a experimentar y a aportar algo a este momento cr¨ªtico que estamos viviendo¡±.
Est¨¢ agotada. Llevan ya m¨¢s de un mes de ensayos y ella, que se confiesa an¨¢rquica, est¨¢ comprobando con satisfacci¨®n que s¨ª, que esa disciplina diaria de interpretaci¨®n la ha atrapado. ¡°No me estoy topando con excesivas dificultades, excepto el hecho de tener que memorizar un texto entero. Pero es verdad que me doy cuenta de que el cine es algo as¨ª como un paseo por un jard¨ªn. Aqu¨ª no hay trucos, tienes que estar pendiente todo el rato de la intenci¨®n final del personaje. No te puedes perder en ning¨²n momento¡±, dice la actriz y cantante.
La que no parece perderse es Marta Etura, a pesar de que se enfrenta por primera vez a una obra como directora de escena. Algo que no aparec¨ªa en sus planes. Fue algo casual, cuando el productor y actor Gonzalo de Santiago le propuso la obra Invierno en el barrio rojo. ¡°Me pareci¨® atractivo colocarme en otro lugar, ver todo el proceso al completo, conocer las dificultades desde fuera. Yo soy actriz y me siento actriz, y pens¨¦ que esta experiencia me pod¨ªa nutrir y ayudarme a crecer como int¨¦rprete¡±. Invierno en el barrio rojo, protagonizada por Aura Garrido, Gonzalo Santiago y Ra¨²l Sanz, relata el encuentro de dos amigos con una prostituta durante un viaje a ?msterdam. La obra, que ya se estren¨® en la Sala Mirador y salta ahora al templo por excelencia de la escena teatral, como es el Espa?ol, es algo m¨¢s que un tri¨¢ngulo amoroso. ¡°Habla de la soledad, de lo que nos pasa cuando nos sentimos solos y de c¨®mo nos agarramos a cualquier acto de afecto, aunque sea m¨ªnimo, para sobrevivir¡±, explica su directora, que ha realizado cambios significativos con respecto a su versi¨®n anterior. ¡°He de reconocer que no llegu¨¦ a contar la obra, que ten¨ªa m¨¢s complejidad de la que yo expuse y de la que sent¨ª al leer el guion. Esta vez lo tengo claro. El trabajo previo me sirve para empezar desde otro lugar, con m¨¢s confianza y teniendo muy presentes los errores que comet¨ª¡±, a?ade la actriz de Lo imposible y premio Goya por Celda 211. Es desde la humildad desde la que Etura acomete esta gran aventura. No pretende ser ambiciosa ni pretenciosa. Su objetivo es centrarse en la interpretaci¨®n de los personajes, que la verdad se transmita al p¨²blico, olvid¨¢ndose de grandilocuencias esc¨¦nicas. Lo que s¨ª pretende es aquello que est¨¢ en el alma del teatro, que sirva para la reflexi¨®n y para remover conciencias, convencida como est¨¢ de que ¡°la reflexi¨®n es el principio de cualquier cambio¡±.
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