El fin del buen humor
Un ¨²ltimo informe de CEDRO, la asociaci¨®n que trata de proteger los derechos de los escritores, nos comunicaba anteayer que el sistema de protecci¨®n de la propiedad intelectual de los autores y editores de libros se ha debilitado en tal grado que los derechos de autor han quedado ¡°vaciados de contenido econ¨®mico¡±. ?La raz¨®n? Falta de compensaci¨®n por copia privada, lenidad en la Administraci¨®n y los centros de ense?anza, usos torcidos de Internet, falta de regulaci¨®n en los pr¨¦stamos de las bibliotecas p¨²blicas.
La cuesti¨®n invitar¨ªa a la l¨¢stima si al lado del vaciamiento econ¨®mico de los derechos de autor no se alzara el gigantesco cr¨¢ter de seis millones de parados. Un 36% de ellos ha dejado de comprar carne o pescado, la mitad ha entrado en una depresi¨®n, dos millones de hogares tienen a todos sus componentes (potencialmente activos) en un paro tan prolongado que han vendido ya casi un 10% de sus coches, junto a todos los enseres de alg¨²n valor. Los derechos de autor se han vaciado de contenido econ¨®mico pero, ?c¨®mo revertir o comparar esta situaci¨®n a la que padece el alba?il?
Muy caracter¨ªstico de esta crisis es que la adversidad, lejos de provocar una reacci¨®n subversiva, cae en abatimiento y su contagio crea la extensa cultura de la desesperanza que hoy sobrevuela. Cuanto m¨¢s tiempo un trabajador permanece parado menos esperanzas tiene de hallar un empleo. De modo que la desdicha de la desdicha se agranda y la maldici¨®n engendra otra nueva maldici¨®n. En estas condiciones no hay lugar sino para la escritura maldita, la cultura del mal.
?Poemas de amor, novelas de humor y polic¨ªacas, excursiones argumentales hacia la historia del antiguo Egipto o la Roma imperial, excursiones hacia los hombres primitivos del Neanderthal? Todo esto junto a los partidos de f¨²tbol y los cotilleos televisivos alivian el peso de la negra tonelada ambiental. No por casualidad el programa m¨¢s trivial de la tele se llama S¨¢lvame y los best sellers de la narrativa son aquellos que proporcionan guarida en la oscuridad (la trilog¨ªa de Las cincuenta sombras de Grey). O, para redondear, los partidos embriagadores entre el Madrid y el Bar?a se repetir¨¢n pr¨®ximamente a raz¨®n de tres por mes.
La derecha franquista sab¨ªa bien lo dec¨ªa cuando en los a?os de miseria confiaba los v¨ªveres a los ¨¦xitos del Real Madrid en Europa. Pero la situaci¨®n se presenta hoy, igualmente, con el cariz de una dictadura enajenante. Millones de protestas son aplastadas por la ideolog¨ªa de una Gran Crisis sist¨¦mica, tan fatal como una hecatombe de la Naturaleza. El pus de una c¨®lera tan vasta que se extiende ya desde los funcionarios a los alba?iles y desde los periodistas al Alma Venus de Gimferrer. ?Para qu¨¦ pugnar? El poder ha hecho sentir que esta crisis es como el efecto natural de una encrucijada en el seno gen¨¦tico de la sociedad occidental. De modo que incluso Merkel declara su asombro ante el desempleo de Espa?a y la inminencia de una biol¨®gica recesi¨®n alemana. Todo ello, como prueba de que el fracaso del sistema neoliberal expande un virus que enferma todo: los ni?os y sus escuelas, la sanidad y sus s¨¢banas, la investigaci¨®n y sus c¨¢lculos.
Editorial Pen¨ªnsula ha publicado recientemente un libro m¨ªo que, por evidente deseo del editor, se ha titulado Apocalipsis now. Nunca, en los preparativos previos a la edici¨®n, nos pareci¨® que exager¨¢bamos con ese r¨®tulo teniendo en cuenta las l¨ªneas medi¨¢ticas evocando una situaci¨®n ¡°al borde del abismo¡± as¨ª como los diagn¨®sticos que los analistas hac¨ªan sobre el final de un tiempo, al modo de las estremecedoras revelaciones de San Juan.
Pero adem¨¢s, visto lo visto, vaciados todos de esp¨ªritu, de ingresos de CEDRO incluidos, habr¨ªamos de llamar al mundo la Emptiness now. Es decir, el mundo donde la creciente vaciedad de soluciones nos privara de toda morada ideol¨®gica mientras nos infundir¨¢ la desmoralizaci¨®n como ideario emocional y general.
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