Cat¨¢logo razonado de revueltas irracionales
'Revoluciones' se basta y se sobra para justificar el prestigio del premio Nobel Le Cl¨¦zio. El libro, publicado en Francia en 2003, es una de las obras imprescindibles de este autor poli¨¦drico que busca alcanzar el arte con la escritura
Si convenimos en que lleva raz¨®n Michel Tournier en El espejo de las ideas cuando asegura que, a diferencia del hombre de talento, ¡°que corre el riesgo de actuar al dictado de la masa¡±, el hombre de genio ¡°crea sin preocuparse del p¨²blico, casi siempre nada a contracorriente y sus obras se impondr¨¢n por su autoridad, pero no por su seducci¨®n¡±, entonces no hay asomo de duda de que Le Cl¨¦zio (Niza, 1940) es un hombre de genio, llevado en volandas por el soberano dictado de sus fantasmas interiores, incitados por irresolutos conflictos de identidad y de memoria, hasta alcanzar el amparo de la escritura cualesquiera que sean sus formas, ¨²nica triaca eficiente para el veneno del desasosiego ¨ªntimo. Muy pocos entendieron que le concedieran el Nobel en 2008 en detrimento de autores que mejor han sabido seducir a p¨²blicos mayoritarios o de m¨¢s protagonismo medi¨¢tico, como el propio Tournier o como algunos de sus compa?eros de generaci¨®n, Patrick Modiano, Jean Echenoz, Philippe Sollers o Daniel Pennac. Tal vez el galard¨®n premiaba su temprana e imprudente rebeld¨ªa escribiendo con apenas veintitr¨¦s a?os El atestado (1963), su inextricable opera prima en forma de homenaje al experimentalismo del nouveau roman, que le vali¨® el reconocimiento de Michel Foucault y de la que vino a renegar m¨¢s tarde acus¨¢ndola de arrogante neovanguardia, o quiz¨¢s recompensaba su invariable audacia cambiando de est¨¦ticas, g¨¦neros y tendencias. Al fin y al cabo Le Cl¨¦zio domina las formas narrativas hasta el virtuosismo, y las combina ad libitum, sin atender a rutinas o estilos convencionales, con el ¨²nico objetivo de que su escritura alivie su congoja.
Autobiograf¨ªa en clave, espacio para una reflexi¨®n introspectiva extraviada en la encrucijada de lo racional y lo emocional
En su ensayo esencial El ¨¦xtasis material (1967) escribi¨®: ¡°Para m¨ª s¨®lo cuenta una cosa: el acto de escribir. Las estructuras de los g¨¦neros son d¨¦biles. Es evidente que los g¨¦neros literarios existen, pero no tienen ninguna importancia. No es queriendo hacer una novela que se hace arte. Haciendo una escritura sin otra mira que ser uno mismo, se alcanza el arte¡±, y lo cierto es que Revoluciones, uno de sus libros imprescindibles, publicado por Gallimard en 2003 y ahora por fin traducido, encarna mejor que ning¨²n otro la poli¨¦drica personalidad literaria de Le Cl¨¦zio. Autobiograf¨ªa en clave, espacio para una reflexi¨®n introspectiva extraviada en la encrucijada de lo racional y lo emocional, y una prosa l¨ªrica impresionante, que lo emparentan con Michel de Leiris y Gracq, el dominio del ars combinatoria que hered¨® de Perec y el Oulipo, el diario personal o el relato de viajes que rescata para el lector culturas ex¨®ticas desde una ¨®ptica que se pretende poscolonial, un terreno al que contribuy¨® con Desierto (1980), Onitscha o El africano (2004), otra obra maestra en la que tambi¨¦n combaten la identidad, el origen, la memoria afectiva proustiana, las leyendas m¨ªticas de tradici¨®n oral y la fotograf¨ªa mental, compartida con el lector mediante descripciones sumamente intensas que requieren del narrador aplicarse en cuerpo y alma a la solemnidad de la sintaxis m¨¢s escrupulosa y al lujo de la palabra, presentes una y otro en Revoluciones: ¡°Que la cabeza cortada de Teteo Innan, la diosa de la boca negra, ten¨ªa todav¨ªa, a pesar del escarnio y la fuerza del dinero, el poder de hacer bailar los rel¨¢mpagos por encima de la ciudad m¨¢s abandonada del mundo¡±.
Saga de altos vuelos y tiempo c¨ªclico, historia de la educaci¨®n sentimental de su alter ego Jean Marro, cat¨¢logo razonado de revoluciones irracionales ¡ªcon el motto homo homini lupus grabado al fuego en su cubierta¡ª y, seguramente por encima de todo, una met¨¢fora del hast¨ªo en forma de diatriba novelesca contra los menoscabos de la civilizaci¨®n occidental, Revoluciones es una muestra insustituible de la perturbadora capacidad narrativa de Le Cl¨¦zio, que aqu¨ª recorre el mundo para confeccionar una suerte de autorretrato caleidosc¨®pico, de la Francia de la Revoluci¨®n a la isla Mauricio, de la Argelia secesionista a Londres, Par¨ªs y M¨¦xico DF hermanados por las revoluciones callejeras te?idas de ideas y represi¨®n, del XVIII al XX, la vuelta al d¨ªa en ochenta mundos: ¡°Si escribir sirve para algo¡±, anota en El ¨¦xtasis material, ¡°debe ser para testimoniar. Para dejar inscritos sus recuerdos, para depositar suavemente su racimo de huevos que fermentar¨¢n . ?Soy yo? ?Finalmente hice entrar al mundo en un orden? ?Pude contenerlo en un ¨²nico peque?o cuadrado de materia blanca?¡±. No son otras las preguntas que podr¨ªa haberse formulado el autor tras la escritura de Revoluciones. No es ¨¦l, pero se le parece mucho, ni siquiera Balzac pudo hacer entrar al mundo en un orden, pero s¨ª, s¨ª ha podido contenerlo, desordenado y heterog¨¦neo, en varias p¨¢ginas, como pueden contenerlo todas las novelas verdaderamente grandes.
A la sombra de Balzac elevado a la en¨¦sima potencia, tejida con hilo de distintas texturas y ba?ada en la embarazosa nostalgia del recuerdo tal vez inventado de uno mismo, Revoluciones se basta y se sobra para justificar el prestigio del camusiano Le Cl¨¦zio, el extranjero insatisfecho, el trasterrado metaf¨ªsico ¡°que comprendi¨® que hiciera lo que hiciese sus ra¨ªces estar¨ªan en otro lugar¡±, en un lugar que no figura en los mapas porque se llama escritura.
?Revoluciones. Jean-Marie Gustave Le Cl¨¦zio. Traducci¨®n de Juana Bignozzi. Adriana Hidalgo. Buenos Aires, 2012. 604 p¨¢ginas. 23 euros
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